La intervención del radicalismo mendocino amenaza con profundizar la ruptura entre los boinas blancas proclives al Gobierno, los radicales K, y los distantes que prefieren a Roberto Lavagna o buscan un acuerdo con los socialistas y la CTA. Ayer, el gobernador de Mendoza, Julio Cobos, volvió a rechazar los argumentos presentados por la conducción partidaria, los consideró “infundados”, y confirmó que hoy presentará un recurso ante la Justicia Federal para frenar la intervención. Cobos asimismo prepara un congreso partidario para el próximo domingo. También recibió el apoyo de gobernadores y de intendentes afines a la concertación K. Alerta a esos movimientos, el oficialismo que conduce la UCR decidió enviar a Mendoza a la secretaria general del partido, Margarita Stolbizer, que llegará mañana para poner en funciones al interventor Armando Camerucci.

La presentación judicial del sector de Cobos quedará en manos de dos intendentes muy cercanos al mandatario, César Biffi (Godoy Cruz) y Ricardo Manzur (Rivadavia), cuyos nombres suenan como probables sucesores de Cobos en el 2007. Entre los allegados al gobernador, que el interventor elegido para la UCR local fuera Camerucci fue interpretado como un gesto de mucha animosidad. Camerucci es un dirigente mendocino muy afín a Roberto Iglesias, archienemigo de Cobos en la provincia. Cerca de Cobos habrían preferido que el interventor fuera un hombre de otro distrito.

En el Congreso, la decisión de intervenir al radicalismo mendocino recibió la bendición casi unánime de los diputados nacionales que integran el bloque radical. El único que se mostró en desacuerdo fue el mendocino Alfredo Cornejo, principal operador y vocero de Cobos en la ciudad. Por su parte, Cobos viajó anoche a Buenos Aires con el objetivo de reunirse con otros mandatarios afines a la concertación K, entre ellos el rionegrino Miguel Saiz. Su idea era debatir una estrategia común para involucrarse de lleno en la agitada interna partidaria. “Lo único que estamos proponiendo son acuerdos de gestión de gobierno. Lo demás son todas suposiciones y en base a suposiciones nadie puede acusar a nadie”, dijo ayer.

Otro de los exponentes del grupo de radicales K, el intendente de Neuquén, Horacio “Pechi” Quiroga, salió a defender a Cobos y cargó contra las autoridades del Comité Nacional. “Esto es un acto de prepotencia inconcebible. Si lo que han pretendido es sembrar el terror en los distritos, van a lograr el efecto contrario”, señaló. Quiroga mantiene en su provincia un acuerdo con el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, también neuquino, y otras fuerzas que pertenecen al kirchnerismo, como Libres del Sur y el Frente Grande. “Esto nos hace reafirmar nuestra postura, porque así como el Comité tiene ganas de pasar agachado la lección de 2007, nosotros creemos que tenemos que estar comprometidos con un proyecto de país”, agregó Quiroga.

Desde la vereda de enfrente, la bonaerense Stolbizer, que se prepara para viajar a Mendoza en representación del Comité Nacional, explicó que la intervención es posible por la contundencia de los números. “Nosotros somos más, esto es así”, argumentó. “La intervención no tiene que ver con una interna partidaria, sino con la construcción de una clara oposición al Gobierno y en ese sentido nosotros estamos en contra de cualquier tipo de coalición con el oficialismo”, afirmó. Stolbizer también adelantó que la línea mayoritaria del radicalismo está trabajando para organizar una cumbre partidaria que reafirmará el rol “opositor” del partido con vistas a 2007. El encuentro se hará el 10 de noviembre en el Comité Nacional.