Jue 02.11.2006

EL PAíS

Barrionuevo habló de un cambio de conducción “sin traumas” en la CGT

Luego de la reunión que armó con los Gordos, el gastronómico confirmó la embestida contra la conducción de Hugo Moyano en la central obrera. El encuentro fracasó en parte porque algunos buscaron bajarle el tono a la ofensiva. Le critican su conducción “personalizada”.

Luis Barrionuevo desaceleró ayer la embestida contra Hugo Moyano pero admitió que el objetivo final de los encuentros que viene manteniendo con los Gordos es el desplazamiento del camionero. “Vamos a ir camino, de a poco, a cambiar la conducción de la CGT”, pronosticó el gastronómico sin establecer fechas.

Barrionuevo fogoneó anteayer una reunión en la Federación de Obras Sanitarias. Allí concurrieron decenas de gremios, muchos de ellos representados por los Gordos, para fijar la estrategia anti-Moyano.

Pero se encontraron con representantes de la conducción de la CGT, como el estatal Andrés Rodríguez y el número dos de la central obrera, José Luis Lingeri, quienes buscaron frenar el golpe al camionero promoviendo la publicación de un documento donde hacían cargo de la batalla de San Vicente a personas ajenas a la central obrera.

A los Gordos les pareció un chiste. “Nos querían moderar nuestra crítica”, señalaron. Y entonces reclamaron a los moyanistas que asumieran la responsabilidad por lo sucedido. Los Gordos, quienes representan gremios como Luz y Fuerza, Comercio, Sanidad, Telefónicos y Alimentación, hubiesen preferido el armado de una comisión provisoria y el llamado a un congreso de la CGT para cambiar la conducción.

En rigor, esperaban un guiño de los integrantes de la cúpula de la CGT allí presentes, pero no hubo nada. Los Gordos también se diferenciaron de Barrionuevo, cuyo gremio gastronómico tiene una secretaría en la central. “Nosotros nos corrimos de la conducción. Y esa conducción, en su totalidad, es la que se tiene que hacer cargo. Con el traslado de los restos de Perón esa conducción se quiso apropiar de algo, le salió mal y ahora tiene que hacerse cargo”, señaló una fuente conspicua de los Gordos. Sin darse por aludido, Barrionuevo aseguró ayer que la salida de Moyano se producirá en algún momento. No dijo si tarde o temprano, pero sí que sucederá “sin ningún trauma”. Entre las razones que esgrimió el sindicalista hubo una en la que muchos coinciden: la conducción “demasiado personalizada” del camionero.

“No podemos escuchar expresiones como la del taxista Omar Viviani (‘Vamos a defender a Moyano hasta las últimas consecuencias’) o la del propio secretario general de la CGT (‘Me van a sacar a los tiros’). Acá no hay más tiros para nadie, ya la sociedad está podrida de todo esto”, dijo Barrionuevo.

Con la movida, el gastronómico también intenta encolumnar a los grandes gremios en su aventura política de convertirse en gobernador de Catamarca. Y es por eso que los Gordos quieren ser cautelosos en sus futuros pasos. Por eso ya mandaron a avisar que no pondrán la cara en el plenario de secretarios generales convocado para mañana en la CGT, donde el moyanismo, que es mayoría, hará la pantomima de una autocrítica.

Está claro que el Gobierno banca la conducción de Moyano. De hecho, el ministro del Interior, Aníbal Fernández, ya recibió al camionero tras los incidentes del 17 de octubre.

Ayer, otra voz del oficialismo confirmó el buen trato que existe con el líder cegetista. “Con el secretario general de la CGT tenemos una excelente relación”, dijo la viceministra de Trabajo, Noemí Rial, pero aclaró que “los problemas internos los tienen que resolver entre ellos y nosotros corresponde que seamos ajenos”.

La funcionaria también señaló que prefiere “una CGT unida y compacta” pero volvió a aclarar que “esa (posibilidad de una ruptura) es una decisión de quienes la integran”.

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