Efectivos de la Policía Federal y la Policía de La Pampa realizaron ayer excavaciones cerca de la localidad de Lonquimay, en La Pampa, lugar al que llegaron por una llamada anónima al 0800-333-5502, en el que se reciben datos que puedan ayudar a encontrar a Jorge Julio López. En esa comunicación, la persona que no se identificó dijo que al albañil lo pasearon por varias localidades de La Pampa y terminaron matándolo cerca de la Ruta Nacional 5. Las excavaciones dieron resultado negativo. Otra pista que se sigue investigando también lleva a La Pampa. Existe una declaración judicial en la que se menciona que, acompañado por un sacerdote, López ingresó en un convento de esa provincia. Lo cierto es que a 50 días no existe una hipótesis firme, aunque todos los días se realizan allanamientos, la mayoría de ellos producto de llamadas de gente que cree haber visto a López en tal o cual lugar.

El desconcierto por la desaparición del testigo del juicio contra Miguel Etchecolatz sigue siendo lo que predomina en la pesquisa. La falta de una hipótesis sólida provoca que los investigadores corran de un lugar a otro esperando que una llamada anónima o una declaración de alguien que vio algo les aporte el dato milagroso que permita resolver el enigma. La mayoría de los allanamientos o diligencias no trascienden, pero hay casos en que la presencia policial se hace notoria y llama la atención. La semana pasada ocurrió en la localidad de Elordi, General Villegas, donde López pasó su adolescencia. Ahí apareció un grupo numeroso de policías federales vestidos de civil y moviéndose en autos no identificables. La presencia de uno de los hijos de López, Rubén, ventiló la movida.

Ayer el foco de atención se trasladó a La Pampa. El ministro de Gobierno y Justicia de esa provincia, Rodolfo Gazia, confirmó por la mañana que se estaba haciendo un operativo a pedido de la delegación La Plata de la Policía Federal. El contenido de la llamada anónima fue analizado por el fiscal Marcelo Martini, los hombres del Ministerio de Seguridad bonaerense y los de la Federal. A raíz de la comunicación, se decidió realizar el operativo de excavación y rastrillaje en la ruta 5, a mil metros del acceso a la localidad de Lonquimay. Tras varias horas de trabajo, no se encontró ningún rastro que haga presumir que López anduvo por allí.

Las llamadas y testimonios han llevado la investigación a numerosas provincias del país e incluso a casi todas las localidades de la provincia de Buenos Aires. “Todo el mundo cree haber visto a López”, se lamentan los investigadores, que igualmente no quieren desalentar a quien haya visto u oído algo, así no esté del todo seguro. Es cierto que la recompensa de 400.000 pesos juega como un incentivo para que existan tantas llamadas y denuncias, pero a 50 días de la desaparición del testigo, no son pocos los que creen que la solución del enigma puede venir por una casualidad o un testimonio inesperado.

Respecto de La Pampa, también hay otra investigación en marcha que tiene que ver con un convento. Se dice que una persona declaró que López se recluyó en una institución de esas características y que se lo vio acompañado de un sacerdote. Nada de ello pudo ser confirmado hasta el momento, pero es una pista que se sigue trabajando.

Según coinciden los investigadores, la lógica indica que López, vivo o muerto, no puede estar en un lugar urbano, sino en una localidad rural, un campo o un sitio aislado. Pero al no haber elementos concretos, se trata siempre de especulaciones, por ahora improbables.