A pocas horas de cumplirse dos meses de la desaparición de Jorge Julio López –cuya aparición será reclamada mañana con una nueva marcha de Congreso a Plaza de Mayo–, su nombre estuvo en boca de todos. El ministro del Interior, Aníbal Fernández, afirmó que “no hay que olvidarse ni un solo día de López; su búsqueda es una cruzada sin fin”. Por su parte, el gobernador bonaerense, Felipe Solá, aseveró que si se trató de un secuestro “es una derrota del pueblo”, mientras que el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, manifestó que “no podemos ignorar que su ausencia se produce tras su contundente testimonio en la causa contra el comisario genocida Miguel Etchecolatz”. En el mismo sentido, su hijo Rubén López declaró que su madre “se está inclinando a pensar” que fue secuestrado, aunque él y su hermano continúan con la idea de que se encuentra perdido “en algún lugar”. Otra de las voces que se escucharon fue la de Diego Maradona (ver aparte).

Durante la apertura de la reunión del Consejo Federal de Derechos Humanos, el secretario Duhalde expresó que “López sigue sin aparecer y la ausencia de todo indicio o pista no permite descartar ninguna hipótesis; todo el abanico de posibilidades está intacto como el primer día”. Sin embargo agregó: “No seríamos sinceros si no señaláramos que cada día que pasa se debilitan las posibilidades de un acto voluntario o de un shock traumático, para fortalecerse la idea de que fue víctima de un hecho ilícito”. En el cierre de su discurso, el funcionario apeló a “tensar el nervio del Estado aún más, para que la investigación no decaiga ni la búsqueda se burocratice”. En otro acto protocolar, el ministro Fernández recordó que en la Policía Federal “hay quince brigadas destacadas en la investigación” y sostuvo que quiere “seguir mirando todo con optimismo” y pensar que López será encontrado con vida. El titular de la cartera política comentó que “por ahí se encuentra algo que parece obvio y que termina siendo absolutamente negativo o, por ahí, aparece algo nimio que termina siendo la punta del ovillo que permite encontrar a Julio López”.

El gobernador Solá, que participó del encuentro de las altas autoridades en Derechos Humanos con Duhalde, aseguró que “si la desaparición de López está vinculada a algo forzado o a un secuestro por su pasado político, algo que tenemos que pensar con bastante probabilidad si no apareciera, implica una derrota de todos nosotros”. El mandatario provincial detalló que en el caso, “si bien hay muchas denuncias, alrededor de dos o tres por día, no tenemos pistas que hayan sido fecundas”. Solá resaltó la “esperanza de la familia” de López que cree que puede estar con vida, aunque admitió que “me parece difícil que si está en algún lugar y vivo, sea por su decisión”. Tanto el gobernador como el secretario de Derechos Humanos ratificaron la conveniencia de que la investigación siga estando en el fuero ordinario bonaerense, a pesar de que los querellantes quieren que pase al federal como “secuestro” o “desaparición forzada de persona”.

Adriana Calvo, de la Asociación de Ex Detenidos-Desaparecidos, se mostró indignada por la afirmación de que la desaparición de López implica un fracaso colectivo. Y destacó que esto se contradice con el pronunciamiento de que el caso quede en manos de la Justicia provincial. “Si dicen que el secuestro es una derrota de todos, tiene que ser causa federal”, enfatizó. Además, adelantó que pedirán a la Corte Suprema bonaerense que acelere la definición de la competencia del expediente para evitar su paralización.

“Tengo fe en que va a aparecer”, dijo conmovido el hijo del testigo desaparecido, Rubén López. Y agregó: “Si desapareció más de dos años (cuando fue secuestrado por Etchecolatz), ahora también” puede ocurrir lo mismo.