Fue el primero en subirse. Y por lo que se ve no tiene interés alguno en bajarse. Aníbal Fernández mantuvo ayer firme su candidatura a gobernador bonaerense y dejó en claro que declinará de ésta el día que se presenten las listas y la opción de Néstor Kirchner sea por otro aspirante. El ministro del Interior escapó así de la difícil tarea de ser él quien confirme la candidatura Daniel Scioli en la provincia.

Consultado por la prensa, Fernández aclaró que no se siente “menospreciado” por Kirchner frente a la eventualidad de que la candidatura bonaerense termine en manos de Scioli. Más aún, insistió una y otra vez en que no tiene previsto resignar su postulación, a no ser que su “equipo político” –en alusión al kirchnerismo– entiende que hay otro compañero con mejores condiciones para ofrecer a los ciudadanos”.

Fernández habló en la localidad bonaerense de San Andrés de Giles, al término de un acto que encabezó el presidente Kirchner. “Me siento con la vocación y la necesidad de trabajar para poder llegar a algo que les sirva a todos”, dijo allí, sin dar mayores datos sobre qué le deparará el destino si Scioli finalmente queda a cargo de la aventura electoral en la provincia.

Quien sí pareció dar un paso al costado ante el nuevo escenario fue José Pampuro. “Yo fui un iniciador del proyecto, creí y creo en Kirchner y apuesto a la continuidad del proyecto, y también recibo las decisiones ya tomadas con verticalidad”, dijo el senador, insinuando que lo de Scioli es mucho más que una expresión de deseo de la Casa Rosada.

Por su parte, el titular del PJ bonaerense, José María Díaz Bancalari, salió hoy a apoyar la posible postulación de Scioli al sostener que Kirchner “es el gran elector” y, por lo tanto, el peronismo de la provincia apoyará cualquier decisión que tome el jefe del Estado. El diputado también salió a responder las críticas de la oposición y de algunos juristas que advirtieron que Scioli no estará habilitado para postularse en la provincia, por no tener domicilio legal en ese distrito electoral.

En ese sentido, el titular del bloque de diputados Peronismo Federal –aliado al oficialismo kirchnerista– confirmó que ese bloque va a “acompañar” la decisión presidencial de lanzar a Scioli en la provincia, pese a que el ex motonauta había explicitado repetidas veces su intención de postularse en la Capital Federal.

El diputado acusó a dirigentes opositores, que no identificó, de realizar un “electoralismo permanente” y reclamó que se dediquen “a plantear una alternativa a los graves problemas de la sociedad” respecto de las iniciativas que propone el Gobierno. También relativizó los roces que generaría la postulación de Scioli dentro del PJ. “La gran cantidad de candidatos hace que tengamos una gran ventaja que otros partidos no tienen; algunos tienen un solo candidato, lo eligen en una cabina telefónica y lo ponen a consideración”, ironizó.

Por otra parte, aseguró que “es imposible” que se adelanten las elecciones para marzo del año que viene, como pretendería el oficialismo según se difundió, y acusó a la oposición de lanzar esa versión por no tener “propuestas políticas concretas” y sólo “una urna en la cabeza”.

El único hombre cercano a Kirchner que tomó distancia de la candidatura del vicepresidente fue el intendente Martín Sabbatella. “Scioli es lo contrario a mi pensamiento en términos políticos e ideológicos”, consignó el jefe comunal.

El que no ofreció ningún nuevo comentario fue el propio Scioli, el gran protagonista de la semana. Ya en México, donde participará hoy de la asunción de Felipe Calderón, el vicepresidente se mantuvo en silencio y, según sus voceros, evitará abordar el tema de su posible candidatura en la provincia.

De hecho, en sus recientes apariciones públicas, tras conocerse la versión de su posible postulación, mostró la cintura de Nicolino Locche para esquivar la respuesta que todos aguardaban: la confirmación de que dejará su campaña en la Capital para saltar decididamente a la provincia de Buenos Aires.