EL PAíS
“El tema de los secuestros está siendo inflado por los medios”
El jefe que en la Federal investiga los secuestros dice que en la Capital no habrá un cuerpo especial para combatirlos. El comisario Carlos Sablich asegura que el tema está sobredimensionado. Y que le resulta llamativo que se diga que hay casos que no se denuncian.
› Por Alejandra Dandan
Carlos Sablich es el comisario jefe de la División de Delitos Complejos de la Policía Federal. Es la cabeza de la Federal para investigar los casos de secuestros extorsivos y los express, el nuevo nicho disparado por la emergencia económica: “Se dice que el corralito influyó ¿por qué? –dice–. Porque el delincuente al no tener opciones fue volcándose a buscar nuevas, entre ellas el secuestro”. Página/12 buscó su opinión en torno de la moda sobre la que se montan los pregoneros de la mano dura. Sablich no quiere cuerpos de elite en la Federal “porque no hacen falta”. Y asegura que todo está inflado por los medios. También sostiene que el problema no son los pobres sino los que hablan mal de la pobreza: “Como aquel que dice que en las villas están los delincuentes –explica–: creo que hay una gran mentira. No nos olvidemos que los grandes delitos no los cometen los pobres ¿o no? O el país está así por los pobres: ¿somos claros en eso?”
–¿Es posible pensar en un cuerpo de elite para la Capital?
–No hace falta, la verdad, no hace falta.
–¿Por qué?
–Está demostrado con los resultados. Para qué vamos a cambiar algo que funciona medianamente bien o bastante bien. Si yo estoy diciendo que en los últimos diez años venimos con el 100 por ciento de los hechos esclarecidos ¿cuál es el sentido de crear algo nuevo en desmedro de lo que hay?
–¿Por qué ahora aparece la muerte para finalizar un secuestro?
–El tema es muy raro. En los últimos años y desde hace mucho tiempo no había una víctima de secuestro muerto. Y aparte, si hablamos de 4 o 5 mil secuestros que habrá habido en la Argentina en los últimos 30 años, hay 20 o 25 muertos. No tiene una incidencia lógica la proporción. Es llamativo que en un secuestro donde han pagado el rescate pedido por los secuestradores, se ultime a la víctima. Habría que estudiarlo.
–¿Las hipótesis?
–Hay que entender una cosa, no tengo la causa. Hablo en base a lo que pienso. La delincuencia de hoy no es la misma que hace treinta años, cada vez es más joven. Más inexperta. Estamos viendo que pareciera que si bien nunca les importó la vida ajena ahora no les importa la vida de ellos. Entonces eso sí es problemático: no tiene ninguna clase de códigos. En algún momento tenía algunos códigos, no eran buenos, pero manejaba ciertas reglas de las cuales no se pasaba.
–¿Esperan una escalada de violencia?
–Yo hago unas investigaciones: secuestros. Hay que entender qué es un secuestro extorsivo: se priva de la libertad a una persona y se pide un rescate por ella. Muchas veces el periodismo confunde el secuestro con robo o privación de libertad del paseo por cajeros. Si se confunden los dos, claro que va a haber 200 casos. Este tema de los secuestros está siendo inflado por los medios. En realidad, en Capital hasta el momento tenemos 14 casos nada más. A la media que veníamos aumentó: el año pasado 4, el anterior 5. Aumentó considerablemente, aunque en los 14 hay cuatro autosecuestros: los contamos como secuestros porque empiezan así.
–¿Las causas?
–Un montón. Se dice que el corralito influyó. ¿Por qué? Porque el delincuente al no tener ciertas modalidades para efectuar fue volcándose a buscar nuevas formas, entre ellas el secuestro. Las sumas como un rescate de 700 o 1000 pesos son muy factibles de conseguir para muchas familias. Es un negocio porque ni pueden robar bancos hoy, si no hay un peso en ningún lado, no pueden ir a hacer cajeros porque usted tiene un máximo de extracción diario. Se volcaron a nuevos hechos. Nadie está en condiciones de hacer una estafa porque se necesitan conocimientos que no cualquiera los tiene. El delincuente común se volcó al express: pido poca plata, me la pagan y difícilmente hagan la denuncia. Porque el familiar va a preferir pagar 800 o 400: entonces el delincuente juega con eso también.
–¿Hay más casos, pero no se denuncian o no se difunden?
–Es muy difícil que no nos enteremos. Nos enteramos igual, por eso es llamativo que estén diciendo que hay un montón de secuestros que no se denuncian. Nosotros no lo escondemos. En una época los medios hablaban de robos de chicos, íbamos a investigar y establecíamos que no era verdad: ¿cuál era el fin?
–¿Qué se persigue con esto?
–Es como aquel que dice que en las villas están los delincuentes. Creo que hay una gran mentira en eso. No considero que la villa sea el caldo de cultivo. El noventa y pico por ciento para comer va a revisar basura, hay una discriminación fenomenal. No nos olvidemos que los grandes delitos no los cometen los pobres ¿o no? O el país está así por los pobres: ¿somos claros en eso?
–¿Hay organizaciones de clase media?
–Se puede pensar en cualquier cosa. En los ‘70, en la calle había subversión, delincuencia común y aparatos del Estado. Hoy no hay ni subversión, ni aparatos del Estado, ¿estamos de acuerdo en eso?