En 1985, en medio de una visita de Estado, Raúl Alfonsín sorprendió al mundo cuando contradijo a Ronald Reagan en los mismísimos jardines de la Casa Blanca. El tiempo pasa, el ex presidente está más viejo y devaluado, pero algo hay que reconocerle: no pierde las mañas. Ayer salió a responderle al delegado del gobierno de George Bush para asuntos latinoamericanos, Otto Reich, quien había enumerado las condiciones que debería cumplir el próximo presidente argentino.
Indignado, Alfonsín replicó con una lista de las características que debería tener el presidente de Estados Unidos. “Debería ser un hombre preocupado por la profunda crisis social y económica que afecta a las naciones más pobres. Debería dejar de proponer el libre mercado para los productos que exporta su país mientras pone trabas al ingreso de productos de las naciones que necesitan de esas exportaciones para vivir. En lugar de utilizar miles de millones de dólares para subsidiar la producción agrícola de la nación más rica de la tierra, debería utilizar esa enorme masa de fondos para ayuda social. Debería dejar de lado el ostentoso proyecto Guerra de las Galaxias y abogar por traer la paz a la Tierra, varios de cuyos conflictos armados tienen en su centro a intereses de EE.UU.”, señaló Alfonsín, retomando el tono antiimperialista que a veces les imprime a sus discursos.
El ex presidente fue incluso más allá, al cuestionar a Bush por los escándalos generados por los balances truchos presentados por una docena de empresas norteamericanas. “Debería preocuparse por evitar la creciente ola de fraudes en las empresas de su país que afectan a millones de personas en todo el mundo en lugar de centrar su mirada en la corrupción de países emergentes.”
“En tono desembozado el enviado de Bush no tuvo reparos en marcarnos las ‘virtudes’ que debía presentar la persona a ser elegida por los argentinos para guiar esta nación en crisis. Pero yo quiero decirle que los dirigentes de nuestras naciones los eligen los pueblos sin paternalismos de los poderosos”, concluyó.