El juez federal Sergio Torres solicitó a España la extradición del represor de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), Ricardo Miguel Cavallo. El magistrado concretó la medida luego de que la Audiencia Nacional de ese país declinó la competencia y otorgó cuarenta días a los tribunales argentinos para que pidiera juzgarlo antes de dejarlo en libertad.

Torres no había reclamado antes la extradición de Cavallo porque estaba siendo investigado en Madrid, donde estaba a las puertas del juicio oral. Sin embargo, en las causas vinculadas con los crímenes de la ESMA había varias menciones al represor. En la resolución de ayer, que incluye el procesamiento de Cavallo a sólo efecto de su extradición, el juez recordó que el fiscal Eduardo Taiano lo había incluido en el requerimiento del 27 de octubre de 2005, relacionado con la responsabilidad de doscientos noventa y cinco personas pertenecientes a la Marina de Guerra, el Ejército, la Prefectura y el Servicio Penitenciario federal y la Policía Federal.

Entre los hechos por los que está siendo investigado Cavallo figuran la desaparición del escritor Rodolfo Walsh y la apropiación de sus bienes, así como el secuestro de las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo y las monjas francesas Alice Domon y Léonie Duquet. El represor también está acusado por la desaparición del abogado Conrado Gómez.

“En el momento de valorar el plexo probatorio debo decir que el mismo alcanza a las claras para dictar el procesamiento y prisión preventiva de Ricardo Miguel Cavallo a los fines del pedido de extradición”, señaló Torres. El magistrado consideró acreditado que Cavallo integraba el grupo de tareas que secuestraba y conducía a sus víctimas en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Y agregó: “Se encuentra probado, además, que una vez producido el secuestro y conducido a la persona a la ESMA se lo sometía sistemáticamente a un interrogatorio acompañado por tormentos (pasajes de corriente eléctrica, golpes, simulacros de fusilamientos) y a situaciones inhumanas de vida”.

Cavallo fue descubierto en México en 2000, cuando era director del Registro Nacional de Vehículos, luego de que el diario Reforma revelara su pasado como represor de la ESMA. Fue entregado por ese país a España, donde lo reclamaba para juzgarlo por genocidio, terrorismo y torturas el juez Baltasar Garzón. Actualmente está recluido en el penal madrileño de Soto de Real, pero la Justicia española señaló que pensaba liberarlo si la Argentina no reclamaba juzgarlo aquí. Esa decisión causó, al menos, sorpresa en los querellantes en la causa en España. El abogado Carlos Slepoy aseguró que se trataba de una resolución “insólita” ya que, entre otras cosas, Cavallo pasó más de seis años a disposición de los tribunales de Madrid y estaba a punto de ser condenado.