EL PAíS › DIRIGENTES KIRCHNERISTAS DEBATIERON SOBRE SU ROL EN LAS ELECCIONES
Buscaron consensuar una forma común de encarar las elecciones. Críticas al “duhalismo residual que todavía hay en el oficialismo”.
Se largó el año electoral y comenzaron las primeras muestras de cerramiento de filas y acomodamientos internos. Los sectores que se encolumnan en el ala izquierda del oficialismo se mostraron juntos, declarándoles la guerra a lo que ellos llamaron la “vieja política”, centrándola en el duhaldismo residual, que todavía contiene el armado de Néstor Kirchner. Estuvieron Humberto Tumini, del Movimiento Libres del Sur; Luis D’ Elía, de la Federación de Tierra y Vivienda (FTV); el diputado Edgardo Depetri, del Frente Transversal Nacional y Popular, y Emilio Pérsico, del Movimiento Evita. Hacía casi dos años que no se juntaban por diferencias entre ellos, pero mostraron voluntad de comenzar a discutir otra vez la forma en que enfrentarán la campaña.
El salón Montevideo de la Legislatura porteña estaba colmado por entusiastas militantes de las organizaciones sociales que participaban del debate, pero también de políticos como el legislador de la ciudad Francisco Talento, el senador provincial Hugo Gómez, el subsecretario de Producción del gobierno de la Ciudad, Rodolfo Córdoba, y Eduardo Bussi, de la Federación Agraria Argentina, entre otros.
Los cuatro dirigentes kirchneristas coincidieron en que las deudas más importantes de la política del Gobierno eran la falta de una distribución más justa de la riqueza y la profundización de la renovación política. Y debatieron sobre el rol que deberían tener los movimientos sociales en el proceso electoral de este año.
Tumini hizo un análisis sobre las etapas que atravesó la gestión de Kirchner y destacó la acumulación de consenso que fue adquiriendo con sus políticas, ya que había llegado al gobierno con “el 22 por ciento de los votos”. Resaltó la política económica y de derechos humanos como los pilares más importantes, y aseguró que “ya no estamos en la etapa de la resistencia, pero sería un grave error pensar que es cosa del pasado. Todavía existe una fuerte oposición de los factores de poder como el económico, las grandes empresas y algunos sectores de las Fuerzas Armadas. Estos representan a un viejo país, pero no se van a morir solos, hay que enfrentarlos y empujarlos al basurero de la historia”.
Luego D’ Elía presentó un documento elaborado por la FTV que leyeron dos militantes de la organización en el que, tras destacar que por sus logros, Kirchner era “el mejor presidente de los últimos cincuenta años”, denunciaban que su proyecto estaba “lleno de acechanzas. Están quienes desde la derecha oligárquica, muchas veces articulada con la derecha del Frente para la Victoria, abogan a imagen y semejanza de los noventa” las prácticas políticas del modelo neoliberal de aquellos años.
Para Emilio Pérsico, el objetivo principal de las organizaciones sociales debe ser “la refundación de un movimiento nacional. Así como en la ofensiva popular del ’45 el elemento central fueron los trabajadores, y en la del ’73 fue la juventud, hoy lo son las organizaciones sociales”. Y agregó que “no hay posibilidad de cambio si el movimiento social no golpea con el Presidente. Tenemos que ser la columna vertebral del Movimiento Nacional”.
El que dio el discurso más encendido fue Depetri, quien aseguró que “la dictadura nos cambió el país para siempre. Fue el golpe final al modelo de país que habíamos empezado a construir en el ’45. Ese país de la dictadura militar todavía no lo pudimos desarmar, por eso tenemos a Julio López desaparecido y el secuestro de Luis Gerez”. Después afirmó airadamente que era el proceso iniciado por Kirchner el que estaba imponiendo una nueva etapa histórica de construcción social. También denunció que “el PJ fue una asociación ilícita para entregar el país. Porque no sólo se privatizaron los recursos naturales, también se privatizó la representación política”.
La idea del acto era mostrar que los distintos actores sociales que apuntalan al kirchnerismo estaban más cerca que lejos, aunque se pudieron vislumbrar algunos roces entre los dirigentes. Finalmente, pusieron sobre la mesa los puntos que les parecían comunes a todos, como un disparador para retomar los contactos dejados atrás desde hace dos años.
En la exposición todos los integrantes coincidieron en que fueron las organizaciones sociales las que sostuvieron al presidente Néstor Kirchner desde sus primeros años de gobierno. Y también que la gran deuda en la política gubernamental era “la profundización de la distribución de la renta nacional, tanto de manera directa como indirecta”, como reza el texto de la FTV.
Tumini fue el primero en referirse a la “renovación política” como la “batalla más importante. Las viejas estructuras no tienen que ver con la propuesta de Kirchner. Las organizaciones sociales tienen que ser parte de este proceso porque las próximas elecciones presidenciales van a ser la consolidación del proyecto. Vamos a ir por los espacios de la vieja política que se presentan por líneas internas del kirchnerismo en el 2007. Vamos a salir a disputarles gobernaciones, municipios y legislaturas provinciales para plasmar ese cambio”. Allí, Pérsico retrucó: “No es un problema de renovación política. De poner caras bonitas”. El dirigente del Movimiento Evita subrayó, en cambio, como lo central del proceso la participación de las organizaciones sociales en el Estado.
Sobre el final Depetri sentenció que “hay que ponernos de acuerdo. Los movimientos sociales fuimos la columna vertebral del sostén del gobierno de Kirchner y hasta ahora no peleamos ninguna representación”.
Informe: Julián Bruschtein.
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