EL PAíS
› DENUNCIA JUDICIAL PARA CONOCER EL DESTINO DE SU NUERA
La búsqueda de Gelman no cesa y complica a Batlle
El diario “La República” de Uruguay informó que el poeta Juan Gelman le pidió a la Justicia que investigue qué pasó con su nuera María Claudia Iruretagoyena. El presidente Batlle le dijo al senador Michelini que la joven había sido asesinada por policías uruguayos.
Después de dos años sin resultados en la investigación a la que se comprometió el presidente Jorge Batlle sobre el destino de su nuera desaparecida, el poeta argentino Juan Gelman presentó ayer en Uruguay una denuncia penal para saber qué pasó con María Claudia García Iruretagoyena. El objetivo de la causa, que se enmarca dentro del plan criminal de las dictaduras del Cono Sur –Operativo Cóndor–, es precisar si la esposa del hijo de Gelman fue asesinada y en ese caso ubicar sus restos. Batlle seguramente será llamado como testigo teniendo en cuenta que el senador Rafael Michelini declaró que el presidente le dijo que policías uruguayos mataron a María Claudia. A partir de su búsqueda Gelman logró ubicar a su nieta e identificar a algunos de los policías y militares involucrados en el secuestro de María Claudia en Buenos Aires y en su traslado a Montevideo.
La denuncia fue presentada por José Luis González, apoderado de Gelman.
El 1º de abril de 2000, el poeta culminó una búsqueda de veinticinco años al encontrar a su nieta que había nacido cuando su madre estaba secuestrada. En esa fecha Batlle confirmó públicamente que se había ubicado a la joven en Uruguay. Gelman y el diario La República después de varios meses de investigación tenían las señas de identidad de la muchacha desde el 15 de diciembre de 1999, pero en aras de no presionar y buscar una solución a un drama de esa magnitud se hizo toda una serie de verificaciones que culminaron con el reencuentro del abuelo y la nieta.
El hallazgo fue resultado de la confluencia de tres investigaciones: la que llevaron adelante el propio Gelman y su compañera, Mara La Madrid; una investigación de varios meses de La República y las averiguaciones que realizó Batlle. El 5 de junio de 2000 Batlle anunció que los resultados de los exámenes de ADN confirmaron plenamente la identidad de la joven que tiene 26 años y vive en Uruguay. Ese mismo día, y enmarcado en un clima de impacto y aprobación de la opinión pública, Batlle anunció la creación de la Comisión para la Paz.
El hallazgo de la nieta de Gelman potenció las preguntas sobre lo sucedido con su madre, María Claudia García Iruretagoyena de Gelman. Pese a que se entregaron datos e informaciones sobre la suerte corrida por María Claudia, en estos dos años no hubo prácticamente ningún avance. Esta situación, unida a que como informaron Brecha y La República el propio presidente Batlle reconoció ante el senador Rafael Michelini en una conversación privada que sabía quién había matado a María Claudia, motivó la presentación de la denuncia penal, para poner el caso en manos de la Justicia.
De acuerdo con lo investigado se puede afirmar que hay fechas precisas para delinear el itinerario que hizo María Claudia en Argentina y Uruguay, desde que fue secuestrada, hasta que salió de la sede del SID en boulevar Artigas y Palmar, con su bebé recién nacida en diciembre de 1976. María Claudia fue secuestrada junto con su esposo, Marcelo Gelman, el 24 de agosto de 1976 en Buenos Aires. El cuerpo de Marcelo apareció poco después en un tanque en un curso de agua de Buenos Aires. Según testimonios de varios detenidos estuvo detenida en Automotores Orletti por lo menos hasta octubre de 1976. Uno de los sobrevivientes de Orletti afirmó que la vio allí, embarazada, el 7 de octubre de 1976. Fuentes militares que hablaron con La República durante toda esta investigación señalaron que a fines de octubre o principios de noviembre fue trasladada, embarazada, a Montevideo. El traslado, según estas versiones, habría sido en un vuelo de línea y la habría acompañado el mayor retirado José Nino Gavazzo. Estas versiones coinciden con varios viajes realizados por Gavazzo y el coronel retirado Manuel Cordero en esas fechas para trasladar a Uruguay clandestinamente a detenidas y detenidos uruguayos y argentinos. Hay porlo menos dos mujeres que fueron trasladadas en esa situación y que han brindado su testimonio. En noviembre de 1976 una joven embarazada a término fue vista en el SID, ubicado en Palmar y Boulevar. Esta dependencia del Ministerio de Defensa fue utilizada como centro de detención clandestino por el aparato represivo de la dictadura en particular por el Organismo Coordinador de Operaciones Antisubversivas, el tristemente célebre OCOA.
María Claudia tenía 19 años y en el momento de su detención estaba embarazada de siete meses. Según informaciones recabadas en la investigación María Claudia fue trasladada a parir al Hospital Militar. Varios detenidos que estaban en el SID en ese momento dicen haber visto pasar a soldados llamando una ambulancia para el traslado. María Claudia fue devuelta al SID después de parir. Así lo señalan testimonios de detenidos que vieron pasar varios soldados con biberones. También resultó clave el testimonio de un soldado que sirvió en el SID que afirmó que a fines de diciembre de 1976 vio salir a María Claudia de ese lugar, llevando a su bebé en un canasto. La acompañaban el coronel retirado Rodríguez Buratti y el capitán Ricardo Arab. El soldado dijo que los militares comentaron al retirarse una frase muy específica: “A veces hay que hacer cosas muy embromadas”. A partir de allí hay varias versiones sobre lo sucedido con María Claudia.
La otra fecha cierta que se maneja es que la beba fue entregada a mediados de enero de 1977 a la familia que la crió y la llevaron el coronel retirado Jorge Silveira y el capitán de la policía Ricardo Medina. Hasta esa fecha se presume que María Claudia fue mantenida viva para alimentar a la bebé recién nacida. Según señalaron fuentes militares a La República, María Claudia habría sido trasladada desde el SID hacia una base clandestina de los servicios de inteligencia, llamada “Valparaíso”, que funcionaba en la zona de Villa Dolores. Allí habría estado detenida hasta el momento en que le robaron la beba y la entregaron a la familia que la crió. ¿Qué pasó después? El caso de María Claudia es paradigmático en muchos sentidos. Por un lado la identificación y el hallazgo de la nieta de Juan Gelman en Uruguay vino a desmentir sin lugar a ninguna duda todas las afirmaciones políticas y periodísticas que buscaron descalificar las investigaciones que se realizaban y que las describieron como una “campaña con intereses políticos”.
María Claudia era una joven argentina de 19 años que no tenía ninguna vinculación ni política ni personal con el Uruguay. El único interés para trasladarla fue robarle la beba que tenía en su vientre. Fuentes militares aseguraron durante la investigación que llevó a cabo La República, que fue ejecutada en cumplimiento de un compromiso asumido con los represores argentinos cuando la entregaron a manos uruguayas en Orletti. Esta versión cierra con la confesión de Batlle a Michelini, publicada en Brecha y ratificada por el senador y líder del Nuevo Espacio ante el juez Jorge Urso en Argentina. Batlle le dijo a Michelini que sabía quién había matado a María Claudia. Según consta en el expediente judicial de Urso, Michelini declaró que “la información de que María Claudia fue asesinada por personal policial uruguayo a finales de 1976 en el Uruguay, fue dada al deponente por el actual Presidente de la República en el mes de junio del año 2000 en una entrevista personal sobre investigaciones que él decía poseer”. Juan Gelman esperó dos años a que el conocimiento de estos datos y estos hechos generara alguna acción y algún resultado. Ahora tomó la decisión de poner este caso en manos de la Justicia. Será entonces el Poder Judicial el que deberá investigar su muerte y el lugar donde están sepultados sus restos.
* La República de Uruguay.
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