Dom 11.02.2007

EL PAíS  › COMO VEN LOS URUGUAYOS EL CONFLICTO POR LAS PAPELERAS

En la calle de Montevideo

No es difícil reunir opiniones del otro lado del río: no hay un uruguayo indiferente a la pelea con Argentina. En esta recorrida hay broncas, críticas, una voz solitaria a favor y muchos cariños despechados.

› Por María Esther Gilio

Estudiante, 15 años

–Para mí que mi viejo es un poco tarambana. O no sé, checato. Porque sigue diciendo que los argentinos nos quieren. Que él vivió allá durante la dictadura de aquí y todo bien. Allá se casó con mi mamá, que es argentina de Bahía Blanca y está furiosa con los de Gualeguaychú. Los llama... bueno, mejor no lo digo porque usted no lo va a escribir.

–A ver, decime la primera letra.

–La primera es una b.

–¿Será boludos?

–Sí, eso mismo.

Profesora de francés, 84 años

–Me llama la atención la actitud que desarrollan estas personas que nos llaman hermanos.

–¿Usted piensa que no habrá contaminación?

–Yo no creo que haya una sola fábrica de cualquier cosa que no produzca algo de contaminación. Pero para nada lo que dicen ellos. Hay que ver a las niñas de primaria diciendo “no quiero llegar a grande y tener hijos deformes”. Finlandia tiene una papelera atrás de otra y no veo que nazcan allí niños deformes. Todos los países del primer mundo tienen papeleras. En Rusia hay una que es un espanto, pero se sabe que ese país no está al día en esas cosas. Es una papelera que tiene más de 50 años. En España hay una mala muy vieja y otra perfecta que tiene pocos años. Los contratos con Botnia prevén todo esto. El mundo tiene los ojos puestos en esta papelera. Yo creo que los finlandeses están dispuestos a hacer las cosas bien. No son idiotas.

Obrero de la construcción, 27 años

–¿Quiere que le diga una cosa? Para mí a esa gente que se sienta en la carretera le dan plata. ¿Qué pasa, nunca trabajan? ¿Siempre están dispuestos? A mí no me la cuentan. Alguien les paga.

Obrero de la construcción, 54 años

–Polución visual. Ahora dicen eso. ¿Usted sabe lo que es? Que queda feo. ¿Una fábrica queda fea? A mí me da alegría ver las fotos. Bien hechita, llena de ventanas. ¿La chimenea es fea? Feo es ver Alpargatas, aquí, con las ventanas llenas de telas de arañas y una chimenea que desde hace años no escupe nada. Una chimenea remuerta, eso sí es triste. La verdad es que los argentinos siempre fueron cholulos. Mire las revistas argentinas llenas de los teleteatros de la vida.

Profesora de canto, 63 años

–Yo quisiera saber la verdad. Me gustaría ir allá, a Finlandia, y ver todo bien por mí misma. Hay una cosa que me inclina a pensar que la polución no existe. Finlandia tiene 19 papeleras ¿y sabe qué? Finlandia está primera en el ranking mundial de ambiente limpio. ¿Entonces qué? Hay sí una cosa que me preocupa, cómo va a quedar la tierra después de estas plantaciones de eucaliptos que se chupan toda el agua y las nutrientes.

Empleado, 23 años

–Bueno, empleado es un decir porque estoy sin empleo. Pero tal vez me llaman de la intendencia para un trabajo zafral. ¿Quiere saber sobre las papeleras? Primero le digo que este asunto me tiene enfermo. No sé si acabará algún día. Para ellos es una guerra santa sin santos. Se divierten haciéndonos daño. Yo lo veo como si un grandote se divirtiera con un niño. Mire, ¿la verdad? A veces me da rabia y a veces me pregunto si no tendrán razón. ¿Usted qué dice?

Empleada doméstica, 32 años

–A mí me dijeron que el gobernador o no sé, el que manda, quiso que los finlandeses el dieran 30 millones de dólares para dejarlos poner las papeleras. Que a los finlandeses les pareció caro y cruzaron a la otra orilla.

Jubilado, 87 años

–Mire m’ hija yo ya estoy camino al cielo.

–¿Cómo sabe?

–Sé porque fumé toda la vida y pulmones ya no me quedan. Eso dice el médico. Aunque mi médico es un idiota y yo ni caso.

–Pero capaz que tiene hijos, nietos, sobrinos.

–Dios es injusto, tenía un hijo y se lo llevó antes que a mí. ¿Le parece bien? Eso debería estar prohibido por la religión, por la Biblia, no sé. Pero usted vio, Dios no es justo.

–Usted es judío.

–Sí, ¿cómo sabe?

–Por el sombrerito.

–Ah, sí, claro. Mi Dios es injusto y el suyo... ¿Usted es católica?

–Más o menos.

–También es injusto. No hay dioses justos.

–¿Y las papeleras?

–Vaya uno a saber cómo termina esto de las papeleras. Yo no sé qué pensar.

Maestra jubilada, 75 años

–Esta gente no tiene piedad. Somos chicos, somos pobres, pero ellos ni piensan en eso. Que no vengan, después, a hablar de “hermanos”. Si fueran hermanos no querrían pisarnos la cabeza como quieren.

–¿Usted cree?

–Pero es clarísimo. Se comportan como salvajes. Querrán vernos pidiendo limosna. Tengo una prima en frente a Salto, en Concordia. ¿Sabe qué me dijo? Que éramos unos atrasados, que no los entendíamos.

–¿Y usted qué le dijo?

–Le dije que era maestra y había escuchado a técnicos.

–¿Y ella?

–Dijo que pertenecía a un país de ignorantes. Tan chico que ni se ve en el mapa. Ella me había llamado para torearme.

–¿Sí? ¿Está segura?

–Muy segura. Yo le dije, “te voy a contar cosas que no sabés. En 1903 cuando ustedes tenían a la mujer con cinturón de castidad nosotros teníamos divorcio. En 1915 por ahí se separó la Iglesia del Estado. En 1915 más o menos tuvimos las jornadas de 8 horas. En 1917 ejecutivo colegiado. En 1934 aborto, 1939 voto femenino, en 1946 derechos civiles de la mujer con –entre otras cosas– patria potestad compartida. En todo el siglo XX solo dos dictaduras. En los veinte ya había partidos de izquierda en el Parlamento”. ¿A usted qué le parece?

–¿Las fechas están bien?

–Puedo haber errado en algún año, pero no más de uno.

–¿Qué dijo ella?

–Que no quería discutir con alguien que pertenece a un país que no existe. Y pensar que es uruguaya. Le hicieron un lavado de cerebro.

–¿Quién?

–Ella misma.

Dentista, 50 años

–Mire, a mí este asunto me tiene enfermo, no quiero hablar. Cuando pongo Todo Noticias y empiezan con los cortes de ruta me siento mal. Voto a la izquierda desde la primera hora en que voté. Sale el Frente y nos pasa esto.

–¿Cómo piensa que actuó su grupo político en este caso?

–Yo creo que Tabaré debía haber entrado a discutir sin decir que no discutiría mientras siguieran los cortes. Sé que esa exigencia responde a razones lógicas. Pero Gualeguaychú no es lógico en nada. Era evidente que iban a decir lo que dijeron, que el presidente uruguayo se negaba a discutir y no que se negaba mientras siguieran los cortes. Ninguna persona inteligente quiere discutir mientras en algún aspecto lo presionan.

Psicóloga, 49 años

–¿La pregunta es qué opino de las papeleras? Realmente no tengo opinión sobre las papeleras, pero lo que sí me parece es que las medidas que tomaron en Gualeguaychú nos han quitado la posibilidad de opinar. No sé qué habría pasado si la actitud hubiera sido menos patotera. El uruguayo se siente abusado. No hay que tener una sensibilidad excesiva para sentir eso. Quieren aplastarnos. Pertenecen a un país grande, rico, pero carecen de toda piedad. Los uruguayos nos sentimos tan abusados que terminamos por no pensar si los hermanos argentinos tienen razón o no. Yo por varias razones creo que la polución que produzca Botnia será mínima. Pero esto lo fui sabiendo después de haber tomado posición a favor de las papeleras. Y esa posición la determinaron ellos, los habitantes de Gualeguaychú, con sus actitudes violentas. Ellos que se bancan en su territorio papeleras del siglo pasado. ¿Qué pasa, esas papeleras no afectan la salud de nadie? Sabemos que sí. Son papeleras que nada tienen que ver con las actuales. En el territorio finlandés –muy pequeño, algo de 300 mil kilómetros– hay 19 papeleras. Sin embargo Finlandia está en el primer lugar junto con Islandia en ambiente limpio. Primer lugar en el ranking mundial. Pero eso los argentinos de Corrientes y Entre Ríos lo ignoran. No les interesa. Botnia en Finlandia está sobre un lago donde la gente pesca. Un ingeniero amigo que fue hace dos meses le preguntó a un pescador en el lago si el pescado lo comía. El hombre soltó la risa. “Claro –dijo–, lo limpio, le paso un fierrito por acá y lo cocino sobre el fuego.”

–¿Y en qué hablaba el hombre?

–En inglés. Casi todos los finlandeses saben inglés. Y otra cosa, son muy amantes de la naturaleza. En sus casas de fin de semana o de veraneo no quieren luz eléctrica. Tienen lámparas antiguas, a querosene.

Empleada, 34 años

–¿Quiere que yo hable sobre los argentinos en general?

–Como quiera.

–Para mí son mezcla de diosa y pantera. Mi marido los adoró cuando nos dejaron ganar un partido para que no nos echaran de no sé qué campeonato. Ahí había que oírlo hablar de los “hermanos argentinos”. Hoy en cambio está fuera de sí con los “hermanos argentinos”, más desde que hablan de polución visual. El es arquitecto y dice que decir eso es de ignorantes. Que toda la arquitectura moderna, la arquitectura funcional, se inspiró en las fábricas del siglo XIX. Dice –yo diría en broma, porque es un disparate– que van a venir de Europa un grupo de psicólogos y de sociólogos para investigar si entre toda esta gente que se sienta en los puentes hay alguno de ellos que sobrepase 60 de cociente intelectual.

–¿Y usted qué piensa sobre esto?

–Yo pienso que no se trata de inteligencia sino de moral. Mire esto: un tipo de la Asamblea va a Finlandia y cuando vuelve dice que las papeleras no producen polución. ¿Sabe qué le hicieron?

–Sí, lo echaron de la Asamblea.

–Y pintaron la casa con frases agresivas. ¿Cómo se puede interpretar algo así?

Ama de casa, 53 años

–No me hable de eso. Yo soy muy ignorante, sólo fui hasta cuarto de primaria. Pero mire una cosa, a lo mejor me equivoco, pero cada vez que La Haya se pronuncia sobre el asunto aparecen los canales argentinos y las autoridades del gobierno dando vuelta todo. Si La Haya dice “sobre ese tema no podemos pronunciarnos”, ellos dicen: “La Haya le negó a Uruguay toda razón”. En fin.

Contador, 38 años

–Yo debo decirle que estoy con los asambleístas. No sé si las papeleras producen o no polución. Deben producir porque no hay fabricación de nada que no la produzca. Pero no voté al Frente para que nos traiga a estos tipos. Yo voté para que inventaran algo que moviera la economía. Ahora hablar de envenenamiento de las aguas, y qué sé yo, es un disparate. Finlandia tiene infinidad de papeleras y un ambiente impecable, todos esos países del norte de Europa –Noruega, Suecia, Finlandia y Dinamarca–- cuidan su medio ambiente de manera ejemplar. Figuran entre los primeros del mundo en limpieza ambiental.

–¿Por qué cree, entonces, que se vinieron para acá?

–Porque tenemos una gran producción de eucaliptos. Si Australia no tuviera su gran cantidad de papeleras se habrían ido para allá. Y hay otra cosa, ellos interpretan como mejor les conviene lo que dice la corte de La Haya. Si La Haya dice sobre tal problema “no estamos autorizado a pronunciarnos”, ellos dicen: “La Haya nos dio la razón”. Y no le hablo del pueblo, hablo de las autoridades. Hay una cosa sobre la que tengo dudas, creo que la plantación de eucaliptos destroza la tierra, pero eso no les molesta a ellos, sino a nosotros.

Profesora de canto, 66 años

–Si usted espera que yo hable a favor de las papeleras le erró.

–Yo no espero nada. La escucho.

–Estoy en contra. Diga una cosa: que soy muy patriota para estar a favor. Por algo vendrán ésos, cuya raza no se sabe de dónde sale, a ponerlas aquí. Estoy en contra. Ahora una cosa. Estoy en contra pero no con los de la otra orilla. Uno termina odiándolos. Ya sé, mi posición es difícil. Son tan malos como las hermanas de la Cenicienta. No sé, uno dice cualquier cosa.

Librero, 53 años

–Hay algo que me pregunto: ¿si son tan malas las papeleras, por qué no están en contra de las papeleras de allá, que afectan, para empezar, a los argentinos y son realmente un veneno? No hay datos que sostengan que las papeleras modernas produzcan polución. De aquí fue una chica que actúa en televisión y comió pescado que vio sacar del lago en cuya orilla está Botnia. Fue la subsecretaria de Relaciones Exteriores y el resultado fue absolutamente positivo. Las papeleras modernas no producen más polución que una fábrica de tejidos, de muebles o de zapatos. Este país es chiquito pero cuida mucho su medio ambiente. Alcanza ver lo que pasó con Ancap y otras empresas públicas. Acá nunca se descuidó el ambiente. En nuestras playas se estudia casi diariamente el estado del agua. Pensar que no se preocupan de las viejísimas papeleras en territorio argentino les quita credibilidad a las protestas contra Botnia.

Pintor de paredes, 60 años

–¿Cómo pueden los gualeguaychenes opinar sobre nosotros cuando el Paraná larga la mugre peor que se puede imaginar en el mismo río? El agua del Paraná no se puede ni oler, es la última mierda. ¿Usted se acuerda de cuando militares inventaron lo de Malvinas? Acá es algo parecido. Con esto tratan de levantar el espíritu nacional, así nos manden a nosotros a la peor de las miserias. Se sabe que el agua no va sucia al río, que el agua pasa antes por digestores que la filtran.

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