El grupo que lidera el presidente del radicalismo provincial impidió ayer que quienes respaldan la fórmula Hermes Binner-Griselda Tessio sesionaran en la sede partidaria. La policía intervino en el desalojo.
› Por Juan Carlos Tizziani
Desde Santa Fe
Los radicales enrolados en el Frente Progresista que postulará la fórmula Hermes Binner-Griselda Tessio en las elecciones del 2 de septiembre denunciaron ayer un “golpe institucional” fogoneado por el propio presidente de la UCR provincial, Felipe Michlig, y uno de sus segundos, el diputado Juan Carlos Millet, a quienes acusaron de ser “funcionales” a la estrategia electoral del Partido Justicialista y del gobierno de Jorge Obeid. La crisis escaló ayer hasta la fractura cuando el tándem Michlig-Millet (conocido también como el dúo Mimí, por la combinación de las primeras sílabas de sus apellidos) impidió a los radicales frentistas sesionar en la sede partidaria y después desalojó con la policía a la Junta Electoral de la UCR, integrada por socios políticos de Binner, a quienes destituyó de sus cargos y los reemplazó por una junta de facto. Los expulsados resistieron el manotazo en una reunión acalorada con los Mimí que terminó con empujones, forcejeos y gritos.
“Esto es un golpe institucional. Un acto de violencia que no estamos dispuestos a tolerar”, denunció el senador Carlos Fascendini, que lidera a los partidarios del Frente y de la fórmula que integran el candidato a gobernador del socialismo y la ex fiscal federal Griselda Tessio, hija del último gobernador radical de Santa Fe, Aldo Tessio.
Uno de los detonantes de la crisis es la candidatura a vicegobernador. La UCR había elegido para el cargo a Fascendini, pero Binner prefirió a Tessio. Fascendini y los frentistas aceptaron la propuesta. Sin embargo, Michlig, Millet y el ex diputado Luis “Changui” Cáceres la resistieron y amenazaron con no integrar el frente y concurrir a los comicios del 2 de septiembre con candidatos propios. Una pelea por quién se queda con la sigla de la UCR y, eventualmente, con el nombre del Frente Progresista. La coalición está integrada también por el ARI de Elisa Carrió, el Partido Demócrata Progresista, Encuentro Popular (que lidera el intendente de Morón, Martín Sabbatella), el Frente Grande, el Partido Intransigente y la Federación Agraria Argentina. Pero también contiene a una vertiente del kirchnerismo que responde al secretario de Derechos Humanos de la Nación, Eduardo Luis Duhalde.
Ante la resistencia de los Mimí, los radicales frentistas convocaron entonces a la Convención de la UCR para ratificar la voluntad del partido de constituir el Frente Progresista y respaldar a Binner-Tessio. Pero Michlig y el presidente de la convención, Juan Lucio Cabrera –que es primo de Changui Cáceres– impugnaron la convocatoria y lograron que el juez federal de Santa Fe, Reynaldo Rodríguez, la suspendiera. Sin embargo, ayer los frentistas reunieron igual a su bloque de convencionales (33 sobre un total de 60) para demostrar quién es quién. “La mayoría está de nuestro lado”, dijo Fascendini.
El grupo Mimí contraatacó entonces con la convocatoria a una interna cerrada para definir el 18 de marzo los candidatos a cargos electivos y partidarios. El cronograma tiene un plazo inminente: el cierre de listas vence hoy, a las 21. A pedido de Michlig, el proceso tendrá veedores judiciales y uno designado por el Comité Nacional de la UCR: el ex procurador general de la Nación Juan Octavio Gauna.
Los radicales frentistas impugnaron el comicio interno ante el juez Rodríguez, para que éste resuelva un pedido de no innovar antes de esta noche, pero el magistrado se tomó su tiempo. Ante esta situación, la Junta Electoral de la UCR declaró “nula” la interna partidaria porque va a contrapelo de la ley 12.367 de la provincia, que obliga a los partidos políticos a definir sus candidatos a cargos electivos en primarias abiertas, obligatorias y simultáneas, que están previstas para el 1º de julio.
Sin embargo, el presidente de la UCR no sólo desconoció la decisión de la Junta Electoral sino que destituyó a sus miembros y los desalojó de la sede partidaria con la Policía. El encargado de cumplir la orden fue el apoderado del partido, Roberto Ponce Aragón. “¡Agentes: procedan!”, les dijo Ponce Aragón a los policías que echaron al presidente de la junta, Carlos Cartas, y a uno de los vocales del cuerpo, Alejandro Lafranchi. “Nos corrieron con la fuerza pública”, dijo Cartas. Lafranchi fue aún más irónico. “Uno de los policías que nos desalojó me dijo que la primera vez salía caminando; la segunda, caminando y la tercera, en un patrullero. Entonces, yo le contesté: ‘Bueno, llevame en el patrullero porque paso a ser preso político, un mártir de la democracia. Y me fui’”, concluyó Lafranchi.
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