Néstor Kirchner jugó al juego que más le gusta: determinar un contrincante, exponerlo públicamente y atacarlo sin miramientos. La coyuntura puso ayer en ese lugar a Mauricio Macri, a quien el Presidente criticó por su presunta decisión de bajarse de la carrera nacional para competir por la jefatura de gobierno porteña. “Estaba estudiando para ser presidente... y se fue a marzo”, ironizó el mandatario. Rápidamente, el líder del PRO respondió: “La ciudad no se merece la intromisión del Ejecutivo nacional, los candidatos Jorge Telerman y Daniel Filmus tienen capacidad propia para exponer sus ideas y no necesitan de otros interlocutores”, dijo a través e un comunicado.

Kirchner se metió de lleno en la puja electoral en una jornada caracterizada por el primer acto de campaña compartido entre sus candidatos bonaerense, Daniel Scioli, y porteño, Daniel Filmus, en Villa Lugano (ver aparte).

El mandatario dijo que la supuesta marcha atrás de Macri obedece al “miedo” y “falta de coraje” que le genera competir con el aspirante de la Casa Rosada, sea éste el propio Kirchner o su mujer, Cristina Fernández, según ya se anunció con la poco enigmática frase de “pingüino o pingüina”.

Kirchner aprovechó el célebre atril de los actos de gobierno para desplegar toda su ironía. “Había un dirigente político que estaba estudiando para ser presidente. Un hombre de la derecha farandulística que decía: ‘estoy estudiando para presidente, estoy estudiando para presidente, estoy estudiando para presidente’. Me parece que no le fue bien con el estudio... se fue a marzo”, se rió de su propia metáfora. “Por ahí –chuceó– va como candidato a diputado.”

Pero no conforme con ello, Kirchner levantó la voz para seguir con la arenga. “Al final, se fue al repechaje de la Capital. ¡¡¡Qué falta de respeto!!! ¿Como va a estar especulando a dónde gano? Acá va a perder como perdió en el 2003”, atizó sobre el ballottage donde Macri fue doblegado por el entonces jefe de Gobierno Aníbal Ibarra.

Horas después, el PRO de Macri y Ricardo López Murphy hizo conocer su respuesta. “Rechazamos todo tipo de campaña negativa y consideramos que la ciudad no se merece la intromisión del Ejecutivo nacional, ni que a los porteños les impongan a quién tienen que votar.”

El texto fue casi ecuménico al lado de las declaraciones que dos de los principales referentes macristas a este diario poco después del discurso presidencial. “Se nota que empezó la campaña sucia y la intolerancia. Pero nosotros no vamos a entrar en eso. Es raro que el Presidente pierda una oportunidad cuando los candidatos que él apoyó, encabezados por Ibarra, ya vienen gobernando hace años”, despachó su aspereza Horacio Rodríguez Larreta.

Menos retórico, pero igualmente duro, se mostró Cristian Ritondo, uno de los más fervorosos operadores de la candidatura de Macri en la Capital. “Me parece que Kirchner estuvo muchos días en Venezuela y se comió el estilo Chávez”, atacó el joven diputado.

En las tiendas macristas se escuchaba anoche el argumento de que la salida de Kirchner al ruedo tuvo el propósito de devaluar la candidatura porteña del presidente de Boca y, a la vez, mojarle la oreja, para ver si un milagro logra revertir lo que ya se presenta como la decisión final de competir en la ciudad. “Kirchner quiere empujar a Mauricio a la carrera presidencial, pero no hay vuelta atrás”, señaló a Página/12 un conspicuo dirigente de Propuesta Republicana.

Encumbrados funcionarios de la Casa Rosada admitieron preferir a Macri como competidor en la puja presidencial. Los argumentos son variados. Para unos, a Kirchner le resultará más beneficioso polarizar con un claro exponente de la derecha. Otros observan que la ventaja se produce porque Macri en un escenario nacional partirá el voto de la oposición, ya que se presume la presencia de otro candidato fuerte, como el ex ministro Roberto Lavagna.

En rigor de verdad, fue el propio Macri el que generó expectativas respecto de su candidatura nacional.

–¿Va por la presidencia? –le preguntó Página/12 hace dos semanas durante una conversación telefónica.

–Es más probable que vaya por la presidencia, pero recién lo voy a definir en marzo –contestó.

En junio pasado, en una entrevista al diario Clarín, también había amagado en la misma dirección.

–¿Va a ser candidato a presidente o a jefe de Gobierno porteño? –le plantearon.

–Eso lo van a definir el partido y PRO antes de fin de año. Si toman la decisión, yo estoy listo para ser candidato a presidente.

Kirchner no se limitó a criticar a Macri. Aprovechó el mismo discurso, en el marco de un acto oficial, para reafirmar su espaldarazo a Filmus. “Creemos que merecemos una oportunidad en la Capital Federal, Filmus tiene las ganas y las fuerzas”, lo ensalzó, antes de redondear: “Los habitantes de la Capital son inteligentes y teniendo un candidato como Daniel Filmus, que ha hecho lo que ha hecho en educación, no tengo dudas de que lo van a apoyar”, ya que va a garantizar la “cristalinidad”.

El Presidente no mencionó en ningún momento a Jorge Telerman. Fuentes de la jefatura de gobierno porteña interpretan que esto es así porque Kirchner podría apostar por él en caso de que la candidatura de Filmus no termine generando la expectativa imaginada. Contrariamente, en la Rosada explicaron que ese silencio (interrumpido únicamente por legisladores kirchneristas para denunciarlo como “falso licenciado”) revela indiferencia hacia Telerman, además de una estrategia para polarizar con el candidato de derecha, o sea con Macri, y erigir a Filmus como el representante de un armado transversal, que además del kirchnerismo incluya a sectores progresistas no peronistas.