Tras el adelantamiento de las elecciones en la ciudad de Buenos Aires y la entrada en la campaña de Mauricio Macri, los tres principales candidatos porteños quedaron muy parejos en intención de voto. Macri encabeza las encuestas con el 26,5 por ciento, seguido de cerca por Jorge Telerman con el 23,8 y Daniel Filmus con el 21 por ciento. La paridad polariza la elección en estas tres figuras, por lo que ya se considera imposible que otra opción tenga chances de quedarse con la jefatura de gobierno porteña. Así lo registra un sondeo que la consultora Opinión Pública, Servicios y Mercados (OPSM) realizó para medir la evolución del voto en la Capital Federal en la semana de largada de las campañas. “Si la elección fuera hoy, habría casi un empate técnico, nadie podría anticipar al ganador”, dice el titular de OPSM, Enrique Zuleta Puceiro.

“Telerman había partido con una ventaja inicial sobre Macri, pero con la decisión de competir en la Capital y la consiguiente presencia en los medios, Macri sumó 5 puntos, lo que lo hizo pasar a la punta”, señaló el consultor. Para Zuleta Puceiro, “la entrada en campaña de Macri no perjudicó a Filmus, sino que concentró la elección en los tres candidatos, dejando al resto sin chances”. Un dato relevante es la virtual ausencia de Elisa Carrió, que tiene casi un 13 por ciento de apoyo a nivel nacional; la vacante que dejó la figura del ARI está siendo aprovechada, según Zuleta, por Macri y Filmus más que por Telerman”.

La consultora midió las preferencias en caso de haber segunda vuelta. Si la elección se realizara hoy, Macri perdería frente a Telerman, pero empataría si le tocase competir con Filmus. En los tres escenarios posibles, OPSM obtuvo los siguientes resultados: el round Telerman-Filmus sería ganado por Telerman, que quedaría arriba con 41,2, diez puntos por encima de Filmus, que obtendría el 31,3. Si el ballottage fuera Telerman-Macri, Macri perdería por 34,6 por ciento frente a un 42,3 de Telerman. Si la pelea es Filmus-Macri, la intención de los electores es pareja: Macri consigue un 39,7 por ciento y Filmus un punto menos, el 38,4.

La encuesta también hace visible que en la ciudad sigue existiendo un voto antisistema. “Es una suerte de voto residual expresado en el apoyo a Luis Zamora (está cuarto en las preferencias, con un 3,6 por ciento); reactivo a lo que está ocurriendo, de personas que se colocan enfrente de los partidos con una posición genéricamente progresista. No es una actitud anómica de derecha, sino progresista”. Ese 3,6 por ciento, añadió el consultor, tenderá a crecer porque en esta encuesta el sector está subrepresentado. “El sector tiene un voto importante en la Capital, y lo va a tener, pero no aparece todavía en los registros”.

Un dato vinculado al malhumor que generan los partidos es que la mayoría de los encuestados valoraron negativamente el adelantamiento de las elecciones, lo que quiere decir que no creyeron en el argumento de Telerman de que esto se hacía para darle mayor autonomía a la ciudad con respecto a las elecciones nacionales. “Lo que ocurre es que la gente estimó que el adelantamiento tuvo que ver con estrategias y tácticas electorales, que no existió un genuino argumento de orden profundo. Hay una idea general de que el calendario electoral está a disposición de los políticos”.

La encuesta se realizó entre el 19 y el 23 de febrero, con 1100 entrevistas directas a mayores de 18 años, residentes en todo el territorio nacional. El relevamiento tomó 65 ciudades. También se realizó una submuestra en la ciudad de Buenos Aires de 600 entrevistas directas. Los resultados del trabajo tienen un nivel de confianza de 95%.

De mantenerse esta paridad, ¿qué podría inclinar la balanza en favor de uno de los candidatos? Zuleta Puceiro cree que en la elección “se van a oponer dos modelos. El primero es el de la política definida desde las necesidades, el modelo K, que promete reparar a los sectores excluidos. El segundo, representado por el macrismo, propone a la política desde la oferta. Es el que dice ‘queremos ser una sociedad global, abierta, expansiva’ y que sostiene que los problemas sociales se van a solucionar por derrame. Telerman, en cambio, se coloca en una posición más posmoderna. Muestra a la política como algo superfluo, dice ‘necesitamos políticos que no graviten, que no amenacen a la gente, que las cosas no dependan tanto de lo que piensan y pactan los políticos”. El consultor dice que la tendencia a que compitan estos dos modelos “ya se vio en otras ciudades latinoamericanas. Pero todavía no está claro quién va a capitalizarlo”.

Fuente: OPSM/Enrique Zuleta Puceiro