La estrella de las sesiones extraordinarias, el proyecto que garantiza la libre opción jubilatoria entre el sistema de reparto estatal y el privado de las AFJP, esta tarde se convertirá en ley. Más allá de las disidencias parciales que, entre otros, presentarán la legisladora del ARI María América González y el diputado de la CTA, Claudio Lozano, o la oposición de los bloques enrolados en la derecha, la iniciativa tendrá el amplio respaldo de la Cámara baja.

El artículo que permite el regreso de los afiliados retenidos en las AFJP al régimen de reparto es un viejo reclamo de un amplio sector político. Tal vez en ese punto descansó el Gobierno cuando remitió la iniciativa al Congreso. Como pocos, el tema remite a los años ’90 y a la ofensiva menemista sobre el Estado. Por eso no llamó la atención que, cuando el proyecto llegó al Senado, fuera debatido en audiencias públicas y haya provocado que muchos senadores hicieran uso de la palabra en el recinto. Algo similar ocurrirá hoy cuando el tema llegue a la Cámara baja. En el Senado, ni Carlos Menem se animó a defender su invención. El presidente de la bancada oficialista, el senador Miguel Angel Pichetto, aprovechó la ocasión para hacer una autocrítica pública. Cómo votarán los legisladores que en el ’93 apoyaron la creación de la jubilación privada era la gran pregunta que ayer se hacían los pocos diputados que recorrían los pasillos del Congreso. Entre otros hablaban de Graciela Camaño, Carlos Ruckauf, Oscar Lamberto. “¿Tiene alguna duda de cómo votarán?”, dijo a este diario antes de lanzar una sonora carcajada un conocido diputado del oficialismo.

La derecha englobada en los macristas del Pro, los seguidores de Ricardo López Murphy o los referentes de los denominados partidos provinciales rechazarán el proyecto. Afirman que se trata de “otra manera de robarles la plata a los jubilados”. El consenso que logró el proyecto en el Senado se logró con la inclusión de un artículo que garantizaba que los recursos sólo se emplearían en el sistema previsional. Eso no conforma a los bloques de la derecha.

Tanto Lozano como González apoyarán el proyecto en general. En particular discutirán cada uno de los artículos. Ambos tienen un proyecto en disidencia parcial. “Se recuperan algunos reclamos históricos como la libre opción y la rebaja de las comisiones, pero la letra chica del proyecto deja muchas dudas”, dice Lozano a Página/12. Para el diputado de la CTA, “es extraño que quien está en la jubilación privada tenga 180 días para elegir el sistema estatal, pero siempre está abierta la posibilidad de salir del sistema de reparto”. La disidencia de González y de Lozano podría sumar, en la discusión en particular, el apoyo de los socialistas, entre ellos Hermes Binner. Para Lozano, “es un error poner en competencia al sistema intergeneracional de reparto con el privado. Eso hará que los mejores aportantes permanezcan en el sector privado. Esto desfinanciará al sistema de reparto”. Entre los cuestionamientos al proyecto oficial, señalan que es necesario unificar el porcentual de descuento jubilatorio, así como reponer los aportes patronales que se redujeron en tiempos de la convertibilidad.