EL PAíS › CHAVEZ, KIRCHNER, BONAFINI, EL VIERNES A LA TARDE EN FERRO
› Por Martín Piqué
Del otro lado del río, George Bush. De este lado, Hugo Chávez. La visita que el mandatario venezolano hará esta semana a la Argentina lo volverá a ubicar en el lugar que más le gusta. Será el portavoz del discurso antiimperialista, en una escena que será transmitida por televisión y lo mostrará rodeado de miles de simpatizantes argentinos. Como en Mar del Plata y Córdoba, Chávez encabezará un acto masivo gracias a la colaboración –esencial pero al mismo tiempo discreta– del anfitrión. Nada menos que Néstor Kirchner. El acto será el viernes a las 18 en el estadio de Ferro, Caballito. La presentadora será Hebe de Bonafini, luego hablará el venezolano. Chávez estará un día y medio en Buenos Aires y ya tiene la agenda completa. En la Embajada de Venezuela confirmaron a Página/12 que tiene previsto recorrer una de las plantas de SanCor –a la que Venezuela le concedió un crédito para evitar que fuera vendida al magnate George Soros– y dijeron desconocer el resto de sus compromisos. Otras fuentes involucradas en la visita, argentinos que suelen viajar mucho a Caracas y otras capitales, dijeron que Chávez aprovechará su llegada para preparar junto a Néstor Kirchner una inversión conjunta que podría generar bastante impacto en la región.
A diferencia de casi todos sus desembarcos anteriores, el bolivariano no viene a suscribir ningún acuerdo comercial o de intercambio de maquinarias agrícolas por petróleo. Diecisiete convenios de ese tipo se firmaron en Puerto Ordaz a mediados de febrero, cuando Kirchner viajó a Venezuela para inaugurar el pozo conjunto entre Enarsa y Pdvsa en la faja del Orinoco. Esta vez la visita es esencialmente política. Y se decidió durante la estadía del Presidente en el oriente venezolano. La idea era obvia pero no menos efectiva (garantiza repercusión mediática en todo el mundo): organizar un acto masivo en Buenos Aires al mismo tiempo que Bush llegue a Montevideo para proponer un tratado de libre comercio con Uruguay.
El evento repetiría la fórmula utilizada en la contracumbre de Mar del Plata y en julio en Córdoba. La Casa Rosada facilitaría logística, hombres y escenario para que Chávez se luciera pero se preservaría evitando que asistan funcionarios de primeras y segundas líneas. Según algunas fuentes que conocen mucho tanto a ambos mandatarios, la propuesta surgió del venezolano y encontró una rápida aprobación en el Presidente. Algunas versiones asociaron ese acuerdo tan expeditivo con un pedido previo de Kirchner para que Venezuela comprara más bonos de la deuda argentina. Lo cierto es que la única diferencia se produjo cuando las organizaciones sociales K comenzaron a evaluar en qué lugar podía hacerse el acto.
El diputado Edgardo Depetri, titular del Frente Transversal y amigo personal del Presidente, propuso hacerlo en el Luna Park. De todos los dirigentes de las organizaciones sociales que simpatizan con Chávez, Depetri era el único que había acompañado a Kirchner en su viaje a Venezuela. De muy buena relación con el ministro Julio De Vido, Depetri había sido presentado en Puerto Ordaz como uno de los enlaces entre el Presidente y los movimientos sociales. La propuesta de hacerlo en el Luna Park reunía dos objetivos buscados por el Gobierno: aparentemente garantizaba mejores condiciones de seguridad y haría que el acto no se convirtiera en una concentración de decenas de miles en plena ciudad de Buenos Aires. Quedaba claro: la Rosada quería una concentración que no superara las siete mil personas.
El problema surgió cuando la Casa Militar de Venezuela escuchó la opinión de las otras organizaciones. Libres del Sur, Barrios de Pie y la Federación de Tierra y Vivienda evaluaban que las dimensiones del Luna Park harían que mucha gente quedara afuera, quizá “hasta veinte mil personas”, advirtieron. Como contraoferta propusieron la cancha de Ferro. Hebe de Bonafini apoyó esa alternativa. Su opinión tenía mucho peso. Una de las condiciones que había impuesto Chávez desde Venezuela era que la titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo se encargara de coordinar entre los movimientos y fuera la presentadora oficial del acto. Lo mismo se había acordado en el acto de la Universidad de Córdoba, donde Bonafini presentó a Chávez y a Fidel Castro.
La elección del escenario se terminó de definir ayer a la mañana durante una reunión en la Universidad de las Madres. En la noche del viernes, el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, había comunicado que el Gobierno dejaba de insistir con el Luna Park y daba libertad de acción a las organizaciones. La organización quedaría en sus manos aunque con un monitoreo permanente desde la Presidencia.
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