“Scioli, De Narváez y Sar-ghini son piezas de la misma maquinaria política. Y el ARI está en otro lado”, arremete el diputado Carlos Raimundi, flamante candidato a gobernador bonaerense por el ARI. Raimundi entrevé un espacio para el centroizquierda que se distinga de las figuras que se presentan en la provincia, tanto desde el oficialismo como desde la oposición. “Haber sufrido una tragedia no es suficiente para postularse como capacitado para gobernar”, señala sobre la posible candidatura del ingeniero Juan Carlos Blumberg.

Raimundi fue candidato a gobernador del ARI en 2003. Se sumó al partido de Elisa Carrió tras la implosión de la Alianza, que integró desde el Frepaso. Aunque su extracción es originariamente radical: comenzó su militancia en Franja Morada –en la línea de Federico Storani– y fue el presidente de la Juventud Radical en democracia. Rompió con el alfonsinismo por la sanción de las leyes de impunidad. En la provincia, mantiene diálogo con el sector de su antiguo partido que encabeza la secretaria general de la UCR, Margarita Stolbizer.

–¿Puede haber alianzas con otros sectores?

–Yo vislumbro una ampliación del ARI. No lo veo solo. Puede incluir sectores políticos, pero fundamentalmente está guiada a sectores sociales.

–¿La corriente de Margarita Stolbizer podría sumarse?

–Esa es una corriente con la que se tiene diálogo permanente. En los distritos, los diálogos son muy naturales por el hartazgo que sienten muchos radicales por las imposiciones del partido. Pero somos respetuosos del proceso interno del radicalismo.

–Stolbizer le pidió a Carrió que “deje de lado los personalismos” para armar un frente de centroizquierda...

–La coyuntura de la provincia es que la Justicia está colapsada, el pánico que genera la inseguridad, la situación de las cárceles, el paro de los hospitales públicos por no haber insumos y no haber salarios. Me parece que la agenda de la sociedad bonaerense está mucho más ligada a eso que a las denuncias de personalismo.

–¿Scioli va a ser el principal oponente?

–Scioli es el candidato del Gobierno. Pero nuestro objetivo no es confrontar con un candidato sino con una matriz política. Y esa matriz política la representan tanto Scioli, como De Narváez o Sarghini o quien surja del aparato radical tradicional. No creo que la oposición a la alianza de Kirchner con los intendentes del conurbano sea un alto exponente del duhaldismo o un hombre que acompaña a Lavagna, pero sostenido por el aparato de Duhalde y Alfonsín en la provincia. Son piezas de la misma maquinaria política. Y el ARI está en otro lado.

–Usted recién mencionaba el pánico ante la inseguridad, ¿qué lugar ocupa el espacio de PRO que podría encabezar Blumberg?

–Soy muy sensible a las personas que sufren tragedias personales. Pero desde el punto de vista político, haber sufrido una tragedia no habilita instantáneamente a convertirse en un convocante de políticas de Estado. Esto lo digo desde el mayor de los respetos. Tampoco es suficiente para postularse como capacitado para gobernar.

–¿Cómo se van a coordinar las campañas del ARI en Capital y provincia?

–La provincia es lo suficientemente compleja como para ser un eje de campaña en sí misma. Indudablemente, hay puntos de contacto entre Capital y provincia. Es la problemática del área metropolitana: el transporte, la seguridad, la interconexión vial, los servicios de salud. Esos son los temas donde tiene que haber políticas coordinadas.

–¿Va a haber una foto de Raimundi con Olivera o con Bullrich?

–Yo soy quien soy y no voy a ser diferente, ni a tener otra historia de acuerdo con una fotografía de campaña.

–¿Y si fuera con Carrió en Capital?

–Y si la candidata es Carrió, sería con la estrella del proyecto nacional.