EL PAíS
› AMENAZAS A LOS EX DETENIDOS DESAPARECIDOS CALVO Y LORDKIPANIDSE
Los grupos de tareas se entretienen
Tras denunciar en Página/12 al comisario Mario Mijín, Adriana Calvo y Carlos Lordkipanidse fueron visitados por los desconocidos de siempre.
El lunes 15 de junio Página/12 publicó que Adriana Calvo, ex detenida desaparecida en el llamado Pozo de Banfield reveló que el policía bonaerense Mario Mijín, jefe del comisario Alfredo Fanchiotti durante la masacre de Avellaneda, había sido uno de los torturadores de ese centro clandestino de detención. El lunes 22 se publicó que Carlos Lordkipanidse, que estuvo secuestrado en la ESMA, vio cuando el entonces ministro de Hacienda, Juan Alemann, visitó ese centro de tortura y desaparición. Esos mismos lunes ambos militantes de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos fueron amenazados. En los dos casos, los amenazadores les dejaron dicho: “ya sabe quiénes somos”.
Adriana Calvo, junto a sus compañeros de la Asociación, a partir de la información obtenida en los denominados Juicios por la Verdad de La Plata, realizó un documento en el que detalla los nombres de los represores de tres campos de concentración en la provincia de Buenos Aires y que en la actualidad están trabajando en la policía bonaerense o ya se retiraron y cobran la jubilación del Estado. El informe recolecta nombres, fechas, identificación de represores y métodos.
Al mediodía del mismo día en que Página/12 publicó un reportaje a Adriana Calvo en el que detalló esa información, dos hombres tocaron el timbre de la casa de departamentos en donde vive. Como ella no estaba, atendió su vecino. “Estaban vestidos de civil, pero mi vecino se dio cuenta de que eran policías por la forma de preguntar”, contó. “Los hombres le dijeron que sabían que allí vivía yo y querían saber mis horarios y con quién vivía. Mi vecino se dio cuenta de cómo venía la mano y dijo que no me conocía. Entonces los hombres le dijeron `decile que estuvimos’. Mi vecino preguntó de parte de quién y ellos le contestaron: `ella ya sabe quienes somos’.”
Pero no terminó allí. El jueves 18 aparecieron otra vez los mismos hombres, “pero uno se quedó en un auto y miraba fijo, el otro le volvió a hacer las mismas preguntas al mismo vecino. También querían saber porqué no contestaba y a dónde estaba”. “Me amenazaron dos veces en la misma semana”, sintetizó Calvo.
Este lunes le tocó a Carlos Lordkipanidse. En el diario salió publicada una información que le había brindado a la agencia DyN. Juan Alemann, a cargo de la cartera de Hacienda durante la dictadura, visitó la ESMA invitado por dos marinos para mostrarle un matrimonio de Montoneros engrillado y encapuchado a quienes los represores acusaban de haber realizado el atentado contra Alemann en 1979. A partir de esta información el ex funcionario podría ser citado por el juez Claudio Bonadío. “El día que él fue a la ESMA había mucho movimiento y el guardia me dijo que me encerrara en el laboratorio y no saliera. Al rato igual salí para el comedor y al cruzar el pasillo lo veo a Alemann entrando a `la huevera’ en medio de los represores”, relató Carlos. La llamada “huevera” era un cuarto forrado de envases de huevos para que no se escucharan los gritos de las víctimas.
El mismo día en que esa información salió a la luz, un familiar de Lordkipanidse recibió amenazas telefónicas. “Buscaron el apellido en la guía y diferentes personas empezaron a llamar por teléfono a la casa de un familiar preguntando por mí. Después amenazaron con que me iban a hacer boleta, que no me haga el pelotudo y aclararon que yo ya sabía quiénes eran ellos.”
Carlos Lordkipanidse y Adriana Calvo ya hicieron la denuncia ante la justicia, una misma presentación para los dos casos. “Queremos expresar nuestro repudio a estos hechos que se suman a los sufridos en los últimos días por otros luchadores populares, y dejar claro que conocemos perfectamente a sus autores y sabemos cuánto les molesta que saquemos a la luz la impunidad en la que se siguen moviendo, seguimos denunciando que si ellos pueden seguir actuando es porque hubo políticos que levantaron su mano en el momento de votar las leyes de Obediencia Debida, Punto Final e indultos” expresó un comunicado de la Asociación. “Ninguna persecución noshará apartar del camino que llevamos adelante desde que salimos de los campos de concentración en la exigencia de juicio y castigo a todos los culpables, por la memoria de nuestros 30.000 compañeros, por nosotros y por toda una sociedad que merece vivir sin genocidas”, concluyeron.
Informe: Gimena Fuertes.