La Legislatura de Córdoba rechazó ayer el pedido de juicio político contra el fiscal de Estado provincial, Domingo Carbonetti, un hombre cercano a José Manuel de la Sota, acusado de corrupción y violación a los deberes de funcionario público. Pero lo curioso no fue la posición del bloque peronista Unión por Córdoba, que rechazó el proyecto, ni la bronca de los radicales. Lo increíble es que Carbonetti pudo zafar gracias a una maniobra protagonizada por Adriana Domínguez, una diputada del ARI que anunció que renunciaba a su bancada poco después de la polémica sesión.
El fiscal de Estado fue acusado de cobrar de honorarios a los deudores de la Dirección General de Rentas mientras ostentaba el cargo. También se lo cuestiona por el presunto pago de sobreprecios en la impresión de los lecor, los bonos de Córdoba, por el supuesto manejo irregular de depósitos bancarios y por la compra de un costoso inmueble, que sirve de Unidad Básica del PJ, en su ciudad natal de Bell Ville.
Con estos antecedentes, la principal fuerza de oposición, el radicalismo, había reclamado el juicio político de Carbonetti. Ayer comenzó a tratarse el proyecto, que podría haber terminado con el alejamiento del funcionario. Sin embargo, Domínguez presentó un proyecto propio para destituir de Carbonetti. Rápidos de reflejos, los justicialistas rechazaron el proyecto del ARI y bloquearon el juicio político impulsado por el radicalismo con el argumento de que el reglamento prohibía tratar cuestiones similares en el mismo período.
Por supuesto, la maniobra provocó un inmediato escándalo. “Estamos en presencia de un caso Bodega dos”, sostuvo el titular del bloque de la UCR, Jorge Font. Se refería a un caso similar ocurrido en marzo del 2000. En esa oportunidad, el oficialismo no lograba encontrar la mayoría para aprobar el proyecto de reforma del Estado. La clave fue el voto del senador frepasista Jorge Bodega, que quedó envuelto en acusaciones de sobornos. El Frepaso lo expulsó del partido y Bodega renunció a la política.
En declaraciones a Radio Universidad, Domínguez intentó desligarse de las acusaciones de sus compañeros. “Quizás cometí el pecado de la ingenuidad al presentar otro proyecto”, admitió la diputada. Y anunció que decidió separarse de la bancada del ARI para formar un bloque propio, que denominará “ARI democrático”.
Ante una consulta de este diario, fuentes cercanas a la líder del ARI, Elisa Carrió, aseguraron que recién se está poniendo al tanto de la situación. Por su parte, un importante diputado del ARI que estudió el asunto aseguró que, en principio, todo indica que se trató de una torpeza de Domínguez más que de un acto de mala fe.