El reelecto Brizuela del Moral y los gobernadores radicales K. El kirchnerismo local. El gobierno nacional. Los radicales de Lavagna que quieren su parte. Todos festejan y buscan provecho.
› Por Miguel Jorquera
Desde San Fernando del Valle de Catamarca
El apabullante triunfo de la coalición catamarqueña entre el Frente Cívico y Social (FCyS) y el Frente para la Victoria (FpV) sobre Luis Barrionuevo y el PJ tiene tantos padres como integrantes de la compleja alianza, y un futuro político incierto de cara a las presidenciales de octubre. Festejó el reelecto Eduardo Brizuela del Moral junto a los gobernadores radicales K y lo mismo hizo el sector kirchnerista que selló el acuerdo. El gobierno nacional vivió como un éxito el primer examen electoral de la “concertación plural” y los radicales lavagnistas llegaron a San Fernando del Valle para reclamar su parte en una UCR victoriosa y dividida por la interna nacional partidaria.
Exhausto, Brizuela dedicó todo “el día después” del triunfo al descanso y la siesta catamarqueña, y hasta suspendió una entrevista pactada con los periodistas que llegaron desde Buenos Aires y otras provincias. De ahora en más, tendrá que dedicarle mucho más tiempo al armado de un futuro gabinete de coalición, que por primera vez tendrá que balancear mucho más que las trifulcas internas de la UCR.
Armando “Bombón” Mercado, el ex cuñado presidencial y artífice del acuerdo con el FCyS, prolongó su festejo hasta altas horas de la madrugada junto a su tropa en un restaurante céntrico al ritmo de “Bombón asesino”, el hit musical con el que se identificó toda la campaña. Mucho antes del triunfo del domingo ya había dejado en claro las pretensiones de los nuevos socios del oficialismo catamarqueño: reclaman el control de las carteras de Obras Públicas y Desarrollo Social. Dos ministerios fundamentales en el gobierno provincial, desde donde el kirchnerismo intentará remontar su propio proyecto.
–Ya hay disputas por quién ocupará determinados ministerios –había consultado Página/12 a la todavía candidata a vicegobernadora Lucía Corpacci en el cierre de campaña.
–En qué partido no las hay, incluso en una coalición tan firme como ésta. Claro que las hay... –reconoció la aún delegada catamarqueña del ministerio que a nivel nacional dirige Alicia Kirchner.
La coalición oficialista recuperó, con el resultado del domingo, quórum propio en la Cámara baja (23 de los 41 diputados) y se alzó con siete de las ocho bancas de senadores provinciales que estaban en juego, relegando al PJ a una oposición casi testimonial. Pero lo que parece una cómoda situación para el oficialismo en la Legislatura provincial estará ahora sujeto a la convivencia entre los aliados que conforman una misma bancada. Malherido, Barrionuevo lanzó una puñalada a la coalición triunfante: “Ahora, Bombón Mercado le va a manejar el gobierno a Brizuela”, espetó el gastronómico antes de renunciar “definitivamente” a sus aspiraciones políticas en Catamarca.
Antes del cierre de los comicios, la interna de la UCR se vivía a pleno en el abarrotado bar del primer piso del coqueto American Catamarca Park Hotel. En mesas separadas y convenientemente alejados, radicales K y radicales L se mostraban atentos y dispuestos a la consulta de los periodistas.
En una misma mesa se juntaron los tres gobernadores radicales aliados al gobierno nacional: Julio Cobos (Mendoza), Gerardo Zamora (Santiago de Estero) y Miguel Saiz (Río Negro). En otra, el presidente del Comité Nacional de la UCR, Gerardo Morales, se mostraba con los correligionarios catamarqueños que le responden: los senadores nacionales Oscar Castillo y Marita Colombo, y el auditor nacional Oscar Pernasetti. Antes habían compartido un asado junto al crédito local, Ricardo Guzmán, el intendente radical reelecto en San Fernando del Valle, donde se concentra casi el 50 por ciento de los votantes de la provincia.
Morales afirmaba que el radicalismo no irá aliado al Gobierno y que tendrá “candidatos propios”, que van a definirse en la próxima convención nacional dentro de quince días en la provincia de Buenos Aires. También aseguró que asistirá a la convención rionegrina, para batallar a favor de la propuesta de la conducción nacional.
Los gobernadores respondían a pocos metros. Ninguno asistirá a la reunión nacional de la UCR y reclamaron “libertad de acción” para sus distritos. “La conducción nacional debe reconocer que ha fracasado, especialmente con Roberto Iglesias, que lo único que ha hecho fue expulsar”, insistió Cobos.
Unos y otros volvieron a juntarse en la Casa de Gobierno catamarqueña en busca de una foto junto al gobernador. Brizuela saldó la disputa con más dudas. “Ojalá que vaya para arriba”, dijo para referirse a la “concertación plural” con el gobierno nacional. Durante toda la campaña afirmó que el apoyo a Kirchner en octubre sería “una decisión del partido”, en una UCR provincial cruzada por la disputa nacional.
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