EL PAíS › BEDER BUSCARIA JUNTAR LAS ELECCIONES RIOJANAS CON LAS PRESIDENCIALES
Según explicaron en su entorno, el bederismo buscaría estirar los plazos del juicio político a Angel Maza hasta destituirlo. Las elecciones no se harían en 100 o 120 días, sino con las nacionales. Beder Herrera quiere ser gobernador con su lista pegada a la de Kirchner.
› Por Alejandra Dandan
Desde La Rioja
El diablo en esta provincia no es colorado. Luis Beder Herrera se ganó ese apodo por sus eficaces dotes de tejedor político, una labor que le ha permitido armar y desarmar sociedades políticas desde hace años para perpetuarse como vicegobernador. La alianza con Angel Maza tuvo esas características, y la ruptura también. Tras la salida, Beder asumió el cargo de gobernador en funciones, se comprometió a convocar a elecciones en un plazo de 100 a 120 días e intentó alinearse discursivamente al Gobierno. “Yo adhiero al proyecto político del presidente Kirchner”, explicó ayer. Lo que todavía no dijo es que el llamado a elecciones no será tan así. Una alta fuente de su entorno confirmó a este diario que las elecciones están subordinadas al avance del juicio político sobre Maza y las negociaciones pendientes con la Nación. Los 120 días podrían extenderse por varios más, hasta el 28 de octubre si Maza queda destituido y deja de ser gobernador. De esa forma las elecciones riojanas se nacionalizarían, porque como dicen los hombres del “Diablo”, “lo recomendable siempre es que en estas cosas se ahorren recursos”.
Anoche todavía podían verse unas pocas marcas de suelas de zapatos en las paredes del interior de la Casa de Gobierno. Marcas negras sobre las paredes de una casa donde parece que sólo habitan los fantasmas. Unos pocos vidrios rotos, los ventiladores de la ahora extinguida Sala de Cómputos de la Casa de Gobierno nadaban derretidos entre restos de computadoras y hojas carcomidas. Cifras aún improvisadas, suponen que se perdieron por lo menos unos sesenta equipos de computadoras que –aseguran– contenían la información financiera de la provincia.
De eso habló el nuevo gobierno ayer cuando pasó revista a los desmanes que se produjeron la noche del acuartelamiento de Angel Maza. “Fue un vandalismo selectivo”, resumieron los medios locales. Según esa hipótesis, sólo se destruyeron las oficinas donde había información sensible, como los subsidios entregados por el Gobierno. La investigación sobre las responsabilidades por los desmanes y del acuartelamiento no terminará rápidamente: será usado por los hombres de Beder en la batalla contra Maza. En el entorno del hoy ex gobernador insinúan que todo fue acción de un grupo de “infiltrados” que pretendían desestabilizar lo ya desestabilizado. En el entorno a Bender sostienen que con los destrozos se buscó tapar información, algo que deberá resolver la Justicia.
Esa será una de las cartas que jugará el nuevo gobierno en la estrategia de judicializar la salida del gobernadora retirado. El Ejecutivo ordenó al flamante fiscal de Estado, Gustavo Mercado Luna, una investigación judicial. Ex radical y reconocido por su denuncia sobre la existencia de la mafia del oro con la que acusó en su momento a Domingo Cavallo y al propio Maza, Mercado Luna ahora es uno de los nuevos hombres convocados por la concertación de Beder para capear la tormenta, y llevar la crisis a un puerto que evite el remedio de la intervención federal, aquella estrategia de salida con la que contaba Angel Maza.
Beder parece no olvidarse de los varios juicios políticos a los que debe enfrentarse el gobernador saliente. Uno de sus hombres de confianza ayer lo planteaba en estos términos: es necesario recordar que Maza, decía, debe enfrentarse en el corto plazo con la Sala de Acusación para su descargo. Pero una vez que lo haga deberá enfrentarse a otras varias causas pendientes. Sólo en la Legislatura, que el bederismo domina con comodidad, el paquete del juicio político podría incluir su presunta responsabilidad por la toma de la Legislatura de diciembre del año pasado y los cargos por supuesto desvío de fondos de la coparticipación. En ese esquema, en el Gobierno especulan con la posibilidad de que pierda el juicio. Ese resultado, según creen, legitimaría la permanencia de Beder.
El nuevo ministro de Gobierno y Seguridad es Lázaro Fonzalida, encargado de las relaciones con los 18 intendentes riojanos, 16 de los cuales se suponía que respondían al mazismo. Sin el control de la Legislatura, Maza contaba con esa única fortaleza. Pero el apoyo de los intendentes en este momento está peleado. Una de las razones son los efectos de la distribución de los fondos provinciales: en un lugar donde no existió una ley de coparticipación, sino distribuciones acordadas con el gobierno, las comunas sufrieron una dependencia completa del poder central. Fonzalida sabe que esa relación con el interior fortalece al nuevo gobierno.
Es desde esa área del gobierno donde se analiza la estrategia electoral. Y los plazos. Con una eventual destitución de Maza a través de la Legislatura y la suma de acuerdos con los distintos sectores políticos, la nueva administración considera posible extender los plazos más allá de los prometidos 100 o 120 días. “Eso se dijo para llevar tranquilidad en medio del descontento social”, reconoció ayer una alta fuente de la nueva administración. “Por una cuestión de economía electoral, está en las miras el 28 de octubre.” Eso extendería los plazos reales de la transición de cuatro a siete meses. Beder buscará un acuerdo político con la Rosada para nacionalizarse.
Color local
Durante la mañana, Luis Beder Herrera empezó una reunión con su equipo de colaboradores más estrecho. Durante el día, el gobierno trabajó rápidamente sobre algunos frentes. A los empleados públicos les aumentó 150 pesos por el inicio de las clases y la escolaridad. Los gremios estatales, que estaban en pie de guerra, desactivaron el conflicto.
El fantasma de la intervención todavía flota. Muchos riojanos recuerdan que las crisis en las provincias en ocasiones estuvieron atadas a la detención del flujo del dinero de la coparticipación. En este momento la provincia tiene dinero. Los 700 mil pesos al año que recibía con el gobierno de Carlos Menem ahora se hicieron casi tres millones. “Nadan en plata”, explicaba ayer un analista político local, convencido de que esta nueva crisis es una crisis de caja. “El problema fue que Maza –señala–-así como no quería irse del cargo, no reparte el dinero con sus socios políticos.”
Maza estuvo a la mañana en la Casa de Ll Lealtad, la casa provincial del PJ convertida en los hechos en su bunker político. En la puerta del local hubo guardia durante todo el día. Custodios y gente de seguridad. Incluso viejos policías. Frente a la puerta de calle, en un chapón puede leerse: “No al golpe de Beder”.
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