EL PAíS › LA FAMILIA DE JULIO LOPEZ PIDE AYUDA, JUSTICIA E INFORMACION
En una carta abierta a “todos los argentinos”, la familia del desaparecido pide que “no se olviden de Jorge Julio López” y dice que “ya no podemos vivir con esta incertidumbre, es una pesadilla de nunca acabar”. A las autoridades les piden que “no bajen los brazos”.
› Por Adriana Meyer
Pasaron 180 días desde que el albañil Julio “Tito” López desapareció de su casa de Los Hornos y su familia volvió a difundir una “Carta pública a todos los argentinos”, a la que le pusieron un título que evoca al asesinado fotógrafo José Luis Cabezas: “No se olviden de Jorge Julio López”. El paso del tiempo hizo que el mensaje de los López se vuelva cada vez más desesperado. “No podemos seguir con esta incertidumbre, es una pesadilla de nunca acabar, queremos saber dónde está Tito, necesitamos imperiosamente saber algo y a todos los argentinos en general, que nos ayuden, alguien tuvo que haber visto algo, alguien sabe lo que pasó, no puede habérselo tragado la tierra...”, escribieron tras reiterar su pedido de que “no bajen los brazos” al presidente Néstor Kirchner, a sus ministros, legisladores y a “todos los gobernantes del país”. Mientras tanto, se organizan actos y marchas en Capital y varios puntos del país. Y la investigación judicial sigue apuntando al entorno del represor Miguel Etchecolatz, a cuya condena contribuyó López con su testimonio, y se amplió a las agencias de seguridad que trabajan con la denominada “mano de obra desocupada”.
Desde que el caso recayó en el juzgado federal de La Plata a cargo de Arnaldo Corazza, y una vez que este magistrado estudió los partes que le enviaron de la Justicia ordinaria, el eje de la pesquisa fue puesto en una presunta banda integrada por ex policías y ex militares como responsable del secuestro y desaparición del testigo. Sin embargo, el hermetismo de los investigadores no permitió desde entonces avanzar en más detalles. La semana pasada, el subsecretario de Derechos Humanos, Rodolfo Ma-
ttarollo, dijo en una audiencia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que había “progresos sustanciales” en el caso. Hubo una reacción casi inmediata de la familia, a través de su abogado Alfredo Gascón Cotti, y de las abogadas de Justicia Ya!, Myriam Bregman y Guadalupe Godoy, que exigieron al juzgado que cite al funcionario para que amplíe sus dichos. El punto es que Mattarollo había explicado que esa afirmación se la había formulado el ministro de Seguridad bonaerense, León Arslanian, quien a su vez se basaba en datos provenientes de fuentes judiciales. Según pudo saber Página/12, los familiares están “molestos” por las declaraciones del funcionario que, hasta ahora, no se materializan en nada concreto. Por su parte, Cora-
zza citaría en breve a Mattarollo.
En medio del material recibido, el juzgado encontró algo que pareció irregular: el operativo en Atalaya, cuando unos perros adiestrados enloquecieron al olfatear un colchón en la vivienda del delegado municipal Rubén Durso, lo que alimentó la hipótesis de que allí había estado López. Resultó que la policía había pasado por el lugar con pertenencias del testigo antes de que llegaran los caninos. Interrogados al respecto, los efectivos adujeron que se trató de “un error”, y que “Durso se confundió”. La nueva carta de la familia empieza con una frase que López escribió en sus cuadernos: “Justicia, los argentinos tienen que saber”. Tras invocar la ayuda de la gente y de los gobernantes, los familiares afirmaron que “las personas no desaparecen así como así, es cierto que Tito puede ser el padre de cualquier argentino, es cierto también que no es una persona cualquiera: es testigo y querellante del primer caso de genocidio en la Justicia argentina”. A pesar del misterio que rodea la desaparición del testigo de 77 años, Irene, Ruben y Gustavo López se mostraron optimistas. “Dentro de toda nuestra angustia estamos seguros de que él está bien, que lo vamos a encontrar en cualquier momento, es la única idea que nos mantiene unidos y esperanzados.” Y dijeron saber del “esfuerzo del gobierno nacional por hallarlo con vida, de su preocupación, y que ellos lo tienen presente en cada acto, diríamos que hasta cada día de sus vidas, pero parece que no alcanza”.
En el último párrafo agradecieron los gestos y las palabras de aliento que les llegan desde diferentes puntos del país y del extranjero, y también “a todos los que luchan por los derechos humanos, a los periodistas que saben comprender nuestra elección, la de no hablar demasiado o dar pocas notas, ya no sabemos qué decir, sólo que Tito aparezca con vida, al señor presidente, a los organismos provinciales y nacionales abocados a su búsqueda, y a todos los habitantes de nuestra querida Argentina”. Y para aquellas personas que quieran acercarse para dar alguna información o acompañarlos en este momento que les “toca vivir por segunda vez”, dispusieron una dirección electrónica: ruben_eduar [email protected].
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