Sáb 17.03.2007

EL PAíS  › LA ELECCION DE MAÑANA ENFRENTA A NOMBRES MAS QUE CONOCIDOS

Entre Ríos, un asunto de familia

En una situación que tiende a repetirse, en la provincia cada uno postula un delfín, pariente o incondicional para que le “herede” el cargo. Los frentes y el “bikirchnerismo”.

› Por Martín Piqué
Desde Paraná, Entre Ríos

Lo primero es la familia. Los candidatos entrerrianos siguen la escuela del personaje de Arturo Puig en Grande Pá. Para ellos, no hay nada mejor que postular a un pariente para ocupar el puesto que dejan atrás. Y si no un familiar, una persona de probadísima lealtad. Tal vez por eso las herencias de cargos no parecen asombrar demasiado a los 863.965 entrerrianos habilitados para votar, que están acostumbrados a que pocos apellidos definan todo: Busti por supuesto (desde 1983 tuvo cargos en forma interrumpida y fue tres veces gobernador), su delfín Urribarri, Solanas, Martínez Garbino y Varisco. Entre estos nombres estará la competencia en las urnas. Y es probable que se produzcan varias sucesiones a familiares o amigos. El gobernador Jorge Busti quiere que lo suceda su ex ministro de Gobierno Sergio Urribarri, que compite con el intendente de Paraná Julio Solanas, quien a su vez pretende dejar la intendencia a su hermano Raúl. También el radical Sergio Varisco, hijo de un recordado ex jefe comunal de la UCR (“Don Humberto”), quiere gobernar de nuevo Paraná. Y la danza de apellidos se completa con Emilio Martínez Garbino, tercero en discordia por la gobernación. Todo condimentado por la fragmentación del PJ y la insistente exaltación de Néstor Kirchner por los dos candidatos peronistas.

En Entre Ríos la política es cuestión de padres e hijos, hermanos y protegidos. Y desde la crisis política en que terminó el gobierno del radical Sergio Montiel en 2003, también es monopolio del peronismo y sus distintas vertientes. Así, dos de las tres candidaturas que se enfrentarán el domingo llevan nombres parecidos: Urribarri compite por el Frente Justicialista para la Victoria, Solanas por el Frente para la Victoria y la Justicia Social. Los dos se reivindican kirchneristas. En los afiches los dos candidatos aparecen junto al Presidente. En el caso de Urribarri, también lo acompaña su padrino Busti. “Sabemos gobernar”, es el slogan que eligió la dupla para los carteles en la vía pública. El gobernador busca capitalizar el recuerdo que dejó la administración de Montiel.

Hasta Martínez Garbino, postulado por la Concertación Entrerriana y respaldado por Hermes Binner y Martín Sabbatella, tiene una mirada bastante positiva de Kirchner. Uno de sus hombres de confianza, el candidato a intendente de Paraná Aldo Bachetti, dice haber estado preso junto a Carlos Kunkel en los setenta. Martínez Garbino tiene que hacer equilibrio porque en su coalición hay peronistas, radicales e independientes. “La provincia necesita un gobernador con luces propias. Se tiene que terminar eso de que un candidato necesite que le levanten la mano y un certificado de buena conducta”, dice a Página/12. La omnipresencia del peronismo es un comentario obligado ante cualquier visitante de Buenos Aires. “Ahora son todos peronistas”, comenta con aire resignado el propietario de un locutorio. El mismo diagnóstico del remisero Omar Borgogno, habitué del túnel subfluvial que todavía recuerda el día en que llevó en su auto a María Kodama, la mujer de Borges.

Ayer fue el último día de campaña antes de la veda electoral, y por tanto día de actos de cierre. Busti y Urribarri hablaron ante sus simpatizantes en los clubes San Agustín y Patronato. Solanas se les había adelantado y cerró el jueves a la noche frente a la intendencia. Martínez Garbino viajó desde Gualeguaychú (es el único candidato que viene del sur de Entre Ríos) y dio una conferencia de prensa en el hotel Gran Paraná. El radical Varisco hizo su acto de clausura a la noche sobre la calle Urquiza, al costado de la intendencia que pretende volver a ganar (gobernó Paraná entre 1999 y 2003). Los diarios de la provincia aseguran que ante la debacle que supuso el último período de Montiel, el (otrora poderoso) radicalismo entrerriano concentró sus esfuerzos en ganar la capital. Según las encuestas, la pelea por la ciudad promete ser muy pareja. Así y todo, anoche no se veía demasiada pasión por las calles y las concentraciones y caravanas no tuvieron una gran concurrencia. La esquina más poblada, la peatonal y Urquiza, estaba llena de adolescentes que se preparaban para la única salida del fin de semana (hoy están prohibidas la fiestas y la venta de alcohol).

Las aguas suben turbias

Mientras los candidatos preparaban sus comandos de campaña, en la costanera nada parecía alterar la rutina de cada viernes. Novios paseaban de la mano y tomaban mate, hombres y mujeres corrían al costado del río. Pero quien se acercara al balneario municipal ubicado entre las playas privadas de Estudiantes y Paraná Rowing Club, se podía encontrar con una sorpresa: no había playa. “Hacía diez años que el río no estaba tan crecido. En aquella isla, que pertenece a Santa Fe, tuvieron que sacar muchos animales en barcazas”, dice Miguel Fae, empleado municipal. La situación es mucho peor en Victoria y Diamante. Allí los pequeños y medianos ganaderos perdieron muchas vacas. Los animales se ahogaron porque las barcazas no alcanzaron a llevarlos a tierra firme. La televisión insiste una y otra vez con los costos millonarios. Aunque no aparece tanto otro dato: las vacas estaban en las islas del Paraná porque las tierras que antes se usaban para la ganadería ahora se utilizan para el cultivo intensivo de soja. Delicias del monocultivo.

Como en toda inundación, la crecida también obligó a dejar casas. Los evacuados aparecen en la pantalla, están alojados en grandes galpones a un hora de Paraná. “¿Tienen previsto hacer alguna visita a los evacuados?” pregunta Página/12 al responsable del equipo de prensa de Urribarri. La respuesta es no. En la gobernación están preocupados por transmitir confianza en la transparencia del escrutinio. Es la primera vez que Entre Ríos realiza sus elecciones de gobernador en forma desdoblada de las presidenciales. Según los analistas de la política local, Busti adelantó los comicios para impedir que la oposición pudiera unirse en una sola alternativa. A las seis de la tarde, el sucesor de Urribarri en el Ministerio de Gobierno, Adán Bahl (ocupa en forma simultánea las carteras de Gobierno, Justicia, Educación y Obras Públicas) convoca a una conferencia de prensa en la gobernación. Es un palacio con dos torres, que ocupa una manzana y tiene varias placas en homenaje a Ramírez. También están las famosas banderas de Artigas, las dos franjas celestes y blanco cruzadas por una roja en forma diagonal. El funcionario dice que los padrones se imprimieron en la Casa de la Moneda y fueron provistos por la Secretaría Electoral nacional. Horas antes, Raúl Solana, hermano del principal competidor de Urribarri, había dicho tener sospechas sobre el escrutinio.

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