En la segunda elección del año, Entre Ríos elige hoy gobernador y vice, legisladores e intendentes. Los dos favoritos gritan su alineación K, por lo que el Gobierno tiene todas para ganar.
› Por Martín Piqué
Desde Paraná, Entre Ríos
En la segunda elección del año no hay demasiados peligros para la Casa Rosada. Los dos candidatos a gobernador de Entre Ríos que encabezaron las encuestas son peronistas y se proclaman kirchneristas. Uno es Sergio Urribarri, ex ministro de Gobierno de Jorge Busti, que se presenta por el Frente Justicialista para la Victoria con el apoyo del aparato del PJ, es visto como un “delfín” y se presenta como garante de “la continuidad”. El otro es Julio Solanas, intendente de Paraná, que se postula por el Frente para la Victoria y la Justicia Social, y se alejó del partido hace unos meses. La pelea entre los dos peronistas es también una competencia entre dos administraciones: Urribarri tiene los recursos de la gobernación, Solanas los de las intendencias de Paraná (la ciudad más poblada de la provincia) y Concordia.
Pero hoy habrá dos actores más en juego. Uno es la Concertación Entrerriana que fundó Emilio Martínez Garbino, un espacio que agrupa a peronistas, radicales, independientes y comunistas. Ex intendente de Gualeguaychú, Martínez Garbino se había convertido en la segunda fuerza tras la crisis política que atravesaba la UCR. Sin embargo, la fractura del peronismo podría poner en riesgo ese lugar (lo que implicaría perder bancas en la Legislatura y el Congreso) si hoy se confirman las encuestas. El otro actor es el radicalismo, que supo ser muy poderoso aquí y ahora quiere superar la pesada herencia del último mandato de Sergio Montiel, que terminó con una grave crisis financiera y la apertura de un juicio político. El candidato de la UCR es Gustavo Cusinato, dirigente de Nogoyá, y espera aprovechar la división de los votos peronistas. Correligionarios menos optimistas creen que sus chances están, más bien, en recuperar la intendencia de Paraná.
Los dos peronistas aseguran tener el apoyo del Presidente. El jueves, Urribarri y Busti contaron como un triunfo haber recibido una llamada de Kirchner. Pero el viernes Solanas dijo lo mismo. En realidad, ambos tienen apoyos de distintos funcionarios del Gobierno. Urribarri, de parte del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, que hoy enviará a su muy cercana titular del PAMI, Graciela Ocaña, para respaldarlo. Solanas logró el aval del secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli. No es un dato menor que los movimientos sociales K, que dialogan muy seguido con Parrilli, formen parte del frente que postula a Solanas. Ayer, miembros de esos grupos tuvieron el triste privilegio de padecer el único incidente de una jornada tranquila. “Anoche, varios militantes del Movimiento Evita fueron detenidos y perseguidos por la policía. Mi apoderado hizo la denuncia en la Gendarmería”, dijo el propio Solanas a Página/12.
Por su parte, el candidato radical recibió el respaldo del titular del Comité Nacional, Gerardo Morales. En una muestra de autoestima, desde la UCR local dicen, ante los cronistas de Buenos Aires, que en Entre Ríos no hay “radicales K”. El ánimo es por la chance de aumentar los municipios que gobiernan de los 16 actuales a una mayor proporción de los 71 totales. Es que hoy se eligen gobernador y vice, legisladores provinciales e intendentes. Los planes de la UCR pueden ser afectados por la Concertación Entrerriana de Martínez Garbino. El ex intendente de Gualeguaychú eligió a un diputado provincial radical, Eduardo Solari, como compañero de fórmula. Astuto, Martínez Garbino se propuso absorber parte del voto radical, que tiene un piso histórico de 35 puntos, para compensar la abundancia de candidatos peronistas. Su acompañante terminó expulsado de la UCR.
Como corresponde, los cuatro candidatos a gobernador votarán en sus ciudades de origen. Urribarri lo hará en Concordia (cuyo padrón registra 109 mil votantes), Solanas en Paraná (176 mil), Cusinato en Nogoyá (29 mil) y Martínez Garbino en Gualeguaychú (78 mil). La dispersión geográfica de los postulantes podría generar un efecto que es común en Entre Ríos: que cada candidato se haga fuerte en su terruño para compensar los números esquivos de otras zonas. Claro que no es lo mismo Paraná, que concentra cerca de una cuarta parte del padrón total de la provincia (861.795 sufragantes), que las otras localidades de las cuchillas entrerrianas. La excepción es Concordia, la patria chica de Busti, Urribarri y el compañero de fórmula de Solanas, el diputado provincial Enrique Cresto. De apenas treinta años, Cresto es hijo de un recordado ex gobernador peronista. En eso cumple con una tradición de la provincia: la vocación política, y con ella la ocupación de cargos, parece ser hereditaria. Los apellidos se mantienen con los años.
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