El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, se reunió con intendentes de La Rioja que apoyaban a Maza, el gobernador suspendido. Los hombres del vicegobernador relativizaron el peso político de los visitantes.
› Por Alejandra Dandan
Luego de una semana de silencio, el gobierno nacional emitió la primera señal clara sobre la crisis institucional de La Rioja. El jefe de ministros, Alberto Fernández, recibió ayer en Casa de Gobierno a 5 de los 18 intendentes provinciales, uno de los últimos lugares de sostén del suspendido gobernador Angel Maza. El gesto del gobierno nacional se leyó no sólo como un respaldo político para el mazismo, sino como un desaire para el vicegobernador Luis Beder Herrera.
“Lo que están haciendo –explicaron anoche en el bederismo– es ponerse a jugar con lo que nosotros llamamos los ‘cuatro de copas’: no tienen más que el 25 por ciento de los votos de la provincia y son todos perdedores.”
Los intendentes riojanos se han convertido en los últimos días en una especie de botín de guerra, disputados para las fotos por cada una de las facciones en pugna.
La provincia tiene 18 intendentes en total. Hasta hace una semana, el todavía gobernador de La Rioja Angel Maza se ufanaba de contar con el apoyo de 16 de los 18 jefes departamentales, un capital político que le garantizó cierto apoyo a medida que se profundizaban las diferencias y el enfrentamiento con el vicegobernador Beder Herrera, que supo negociar para sí, en cambio, el respaldo de los legisladores.
Quince días atrás, de ese grupo de legisladores salió el impulso de los juicios políticos que culminaron con la suspensión de Maza. Hubo 16 intendentes que salieron a buscar apoyo en Buenos Aires para defenderlo. El apoyo incluía el pedido de intervención federal, la salida de la crisis imaginada por Angel Maza. Las gestiones, sin embargo, no bastaron, dado que el juicio político y la suspensión modificaron el escenario.
“Los primeros días habíamos conseguido algunos: ahora ya tenemos a 11 intendentes de los 18 con nosotros”, festejan en el bederismo, que no deja pasar oportunidad para mostrar estos números, como si allí se jugara la elección.
Beder Herrera intenta desde el comienzo un acercamiento a la Nación que ésta rechazó una y otra vez. Maza era el hombre de Alberto Fernández en la provincia, y su reemplazante no encontró ningún tipo de bienvenida en ese lugar. El albertismo hizo en cambio un claro gesto de respaldo en dirección opuesta, con la reunión de los intendentes que permanecen con el mazismo. En el grupo están los representantes de Anillaco, Chilecito, Sanagasta, Vinchina e Independencia, además del segundo de Arauco. Todos ellos, encabezados por el jefe departamental de Chilecito, Jesús Fernando Rejal.
“Gran parte de la dirigencia riojana –dijo– decidió conformar un espacio para la renovación de la clase política.” No pasa, aclaró, “por quién está actualmente a cargo del gobierno”. Conocido como un hombre del riñón de Maza y como su candidato a la vicegobernación en la proyectada fórmula a gobernador, Rejal aparece ahora como el portavoz de un proyecto político alternativo.
“Lo que todavía no está claro –razonaban anoche en la Rosada– es si será el candidato al que apuesta la Nación para una eventual corriente de renovación o es un mensaje de disciplinamiento para Beder.” Al parecer, si todo sigue como hasta ahora, sin disciplinamientos ni alianzas, un eventual escenario electoral pondría en competencia por lo menos a cuatro corrientes internas del peronismo.
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