Con Benedicto XVI conversó durante diez minutos. “La Argentina es la esperanza del futuro”, le dijo el pontífice. Romano Prodi calificó como mágico el momento de la relación bilateral.
Daniel Scioli regresó ayer de Italia con las valijas llenas de fotos. Todas las que fue a buscar. En el último día de su gira italiana, el vicepresidente comenzó con los elogiosos conceptos del papa Benedicto XVI. “La Argentina es la esperanza del futuro”, dijo el pontífice luego de que Scioli le comentara que el país trabaja por “los valores y la familia”. Después de la bendición papal, fue el primer ministro Romano Prodi el que endulzó los oídos del candidato a gobernador bonaerense diciendo que “es un momento mágico para relanzar las relaciones entre Argentina e Italia”.
Los elogios continuaron más tarde en una entrevista con el canciller Massimo D’Alema. En todos los casos, los referentes italianos aparecieron sorprendidos por los índices de crecimiento de la economía argentina.
La audiencia con Ratzinger tuvo carácter oficial. Luego de los buenos oficios del embajador argentino en la Santa Sede, Carlos Custer, Scioli pudo encontrarse con el Papa durante 10 minutos en el Arco de las Campanas, un sitio ubicado a metros de la Plaza San Pedro. Por allí transitó el pontífice antes de subirse al papamóvil con el que suele recorrer la plaza. Acompañado por su esposa Karina Rabolini, el vicepresidente comentó al Papa que “Argentina está interesada en el proceso de recuperación no sólo económica, sino integral, especialmente en la cuestión humana afectada por la crisis, como los valores y la familia”. Luego de estas mieles, Benedicto XVI bendijo una imagen de la Virgen de Luján que la esposa de Scioli había llevado para la ocasión.
Terminada la bendición papal, Scioli se trasladó a la sede del gobierno italiano. Acompañado por la titular de la Agencia de Desarrollo de Inversiones, Beatriz Nofal, y el de la AFIP, Alberto Abad, los embajadores de ambos países, y el senador italiano por Argentina Luigi Pallaro, el vicepresidente se reunió durante una hora con Prodi. Rasgando sus ojos con sus manos, el premier italiano preguntó si la Argentina “seguía creciendo a tasas chinas”. Prodi puso el acento en la importancia del intercambio comercial entre ambos países, reivindicó el regreso de Fiat a la Argentina y la relación con el Mercosur. El periplo concluyó en la Cancillería italiana. D’Alema propuso “relanzar el diálogo bilateral”. Para erradicar la sombra de Silvio Berlusconi, el funcionario se mostró partidario de conformar un “club de países europeos” con preferencial relación con Argentina.
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