Acompañado por organizaciones sociales, el hijo de un desaparecido tomó un taller que perteneció a su padre. Buscan hacer un centro social. Los denunciaron por “usurpación”, pero no los desalojaron.
Hace muchos años que Ulises Guede quiere recuperar el taller que su padre y Gumersindo Trillo inauguraron en Quilmes el 24 de marzo de 1976, justo el día que cumplía años y los militares derrocaban al gobierno de María Estela Martínez de Perón. Siete meses después, su padre Dante y su hermano Víctor fueron secuestrados y no volvieron a aparecer. El socio se quedó con el lugar, Ulises y su madre nunca vieron un peso de la ganancia que generaba el negocio. Ayer, junto a varios compañeros del MTD Solano, la asamblea de Caballito y la Comisión de Apoyo a las Madres de Plaza de Mayo subió la persiana de este lugar abandonado hace casi diez años para reclamar su herencia e instalar un centro social. “No llegamos a disfrutarlo”, admitió. Al rato llegaron seis patrulleros y uno de los hijos de Trillo. Los denunciaron por “usurpación”.
“Ese es el auto de mi hermano, lo compró para repararlo”, señaló Guede, entre las latas, tuercas y repuestos que esconden los restos de esa máquina. En un cuartito, una caja de herramientas de tornería reavivó sus sospechas. “Esto estaba en otro taller de mi viejo que fue saqueado por los milicos, es raro que esté acá porque éste es un taller mecánico. Estas herramientas son para otra cosa”, intuyó al ver una evidencia que despierta un viejo fantasma: muchas veces pensó que a Dante, militante del PRT-ERP, lo había entregado su socio. El lugar guardaba otras sorpresas: la presencia de un moderno camión Mercedes-Benz medio desguazado. Anoche, de una trafic que vigilaba los movimientos en El Mecano bajó un hombre acompañado por los hijos de Trillo diciendo que el camión era suyo y pidiendo que se lo devuelvan.
Mientras buscaba dónde calentar el agua para el mate, uno de los chicos que dormirá allí para sostener la toma chusmeó: “Los vecinos nos contaron que el Trillo estuvo preso por robo”. El taller quedó abandonado desde el ’85, y Guede, que luego de la desaparición de su padre y su hermano solía pasar en bicicleta por el lugar, llegó a pensar que Trillo había muerto “porque no había ningún tipo de movimiento y tal vez a sus hijos no les interesaba continuar con el negocio”.
Un lugar para enseñar mecánica automotriz, dar clases de guitarra, montar talleres de metalurgia, marroquinería, herrería artística sueñan los “usurpadores”. Las ganas de Guede y la necesidad de varios grupos sociales de la zona fueron el detonante para ocupar El Mecano, en la esquina de Córdoba y Paraguay. Ayer, cuando la policía rodeó el lugar, los ocupantes llamaron al secretario de Derechos Humanos de Quilmes, Hugo Colaone, para que les explicase a los oficiales de qué se trataba el asunto. “Creían que esto era un robo, estaban bastante sacados y no me creían que soy heredero legítimo de este lugar”, afirmó Guede, quien todavía tiene la tarjetita del taller El Mecano, donde figuran los apellidos de los socios. Anoche, Carmen Ramiro de Guede –esposa de Dante y Madre de Plaza de Mayo– pasó por el taller para dejarles comida, bebidas y cigarrillos a los que se quedaban a hacer guardia. Venía de la comisaría, donde declaró por la supuesta “usurpación”. Según contó su hijo, “el tema es complicado porque los militares se llevaron todos los papeles, yo conozco la historia pero no puedo acreditarla”. Por eso, hoy planeaba consultar a los vecinos para que “hagan memoria, pierdan el miedo y se animen a testificar”.
Informe: Emilio Ruchansky.
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