EL PAíS
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Hablando de sábanas
Por Roque Bellomo *
En 1966 también se oyó a una parte de la ciudadanía pedir “Que se vayan todos”; en aquel momento la respuesta a ese reclamo dio lugar a la dictadura de Juan Carlos Onganía, cuyas ideas autoritarias son por todos conocidas. Hoy escuchamos desde el mismo interior de la clase política la reiteración de ese autoritario slogan, como recurso ante la falta de verdaderas propuestas.
Ligeramente se critica a la listas sábanas y no se dice concretamente cómo serán eliminadas. El jefe de gobierno Aníbal Ibarra envió a la Legislatura un proyecto de ley electoral que garantiza la institucionalidad del proceso eleccionario y acaba con las listas sábanas. El proyecto divide a la Ciudad en cuatro regiones y dieciséis secciones electorales. El nuevo sistema permitiría que candidatos independientes se presentaran a elecciones con la obligación de no haber pertenecido en los últimos años, ni ocupado cargo alguno en un partido político, con lo cual se ampliaría la participación ciudadana en aras de una mayor y mejor representación.
Queda claro que algunos legisladores de la Ciudad que acusan al oficialismo de propiciar las listas sábanas (la belicista Pimpi Colombo lo hizo en Página/12 del 27 de julio) han pasado por alto la lectura del proyecto citado. Han elegido el lugar de la crítica por la crítica misma.
La simultaneidad o no de las elecciones en la Ciudad junto con las elecciones nacionales es un tema menor, pensar que la disputa por los cargos nacionales restaría importancia a la del ámbito porteño no es ni más ni menos que subestimar al electorado que se dice defender.
Si es necesario enfrentarse a una sábana sería bueno enfrentarse a aquella que muchos parecen tener delante de los ojos. Esa sábana que les impide ver más allá de sus ambiciones y generar respuestas concretas.
* Diputado de la Ciudad de Buenos Aires.