Más de 2.500 docentes que cumplieron con los aportes previsionales correspondientes cesarán en sus funciones entre agosto y setiembre, de forma tal que hasta fin de año serán en total más de 10.000 los maestros y empleados administrativos que serán jubilados en la Provincia de Buenos Aires. El presidente del Instituto del Previsión Social (IPS), Ricardo Buiraz, precisó que se trata de educadores que, en forma compulsiva, fueron pasados a retiro por el titular de la Dirección General de Escuelas, Mario Oporto.
La resolución fue repudiada por el Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación (Suteba), que lidera Hugo Yasky, quien advirtió que en caso de mantenerse la decisión podrían realizar un paro. El gobernador bonaerense Felipe Solá desmintió que el cese de actividades se realice en forma compulsiva. “Una cosa es que alguien esté completamente pasado de su edad jubilatoria. Es posible que esa persona pueda pasar a ser pasiva y le deje su lugar a alguien nuevo ¿No es cierto?”, dijo el gobernador en declaraciones a la FM La Metro y agregó que “eso me parece una rotación importante de la economía. Que si hace falta un maestro aquí bueno, y una maestra que está totalmente pasada de la edad, pueda venir una maestra nueva”.
Yasky, en cambio, consideró la eventual medida como “un nuevo ataque a la educación, concretamente a un sector de la docencia que si todavía está trabajando no es por amor a la docencia sino porque jubilarse le significa un trámite que supone estar un año sin percibir un solo centavo en la mano.”