EL PAíS › EL FISCAL NORBERTO QUANTIN PRESENTO SU RENUNCIA
Norberto Quantín, fiscal general de la Cámara del Crimen, renunció a su cargo para acogerse a la jubilación. El funcionario judicial, también secretario de Seguridad de la Nación en la primera etapa del gobierno de Néstor Kirchner, concretó su dimisión el primer día hábil de mayo y ya retiró sus pertenencias del despacho que ocupó durante casi tres décadas. No se caracterizó por el bajo perfil, dado que participó en casos resonantes y no le escapó a la polémica, sobre todo hacia sus colegas del fuero federal.
El ahora ex fiscal, de 67 años, ingresó en la Justicia en 1958 y sólo se alejó parcialmente de ella en junio de 2003, cuando llegó a la función pública de la mano del primer ministro de Justicia de Kirchner, Gustavo Beliz. Varios de sus colegas, la mayoría de ellos integrantes del grupo de investigadores autodenominados “los Centauros”, lo acompañaron en esa tarea, José María Campagnoli entre ellos. Ese grupo fue disuelto por la Procuración General de la Nación en 1995, en el inicio de la segunda presidencia de Carlos Menem.
Quantín tuvo a su cargo causas de alto impacto mediático, entre ellas el “caso Cabello”, la causa por enriquecimiento ilícito contra el ex concejal José Manuel Pico, la investigación por “remedios truchos”, la conducta del juez federal Norberto Oyarbide, la misteriosa muerte de Marcelo Cattáneo y el crimen del marido de la actriz Georgina Barbarossa, entre otros. También se opuso a la anulación de las leyes de punto final y obediencia debida.
Como funcionario impulsó la disolución del fuero federal, que no llegó a concretar, y la descentralización de las fiscalías y su traslado a los barrios, que alcanzó parcialmente. Pero entre junio y julio de 2004 padeció dos episodios que precipitaron su salida de la Justicia: la toma de la comisaría 24 por piqueteros seguidores de Luis D’Elía y la protesta de vendedores ambulantes y travestis contra la Legislatura porteña. En medio de la primera crisis de su gabinete, el 24 de julio de ese año Kirchner anticipó su regreso al país desde Venezuela, Beliz cayó en desgracia y Quantín con él. En ese contexto pronunció la explosiva declaración: “A Kirchner no le interesa la seguridad”. Fue así que Quantín y Campagnoli regresaron en agosto a sus fiscalías y desde allí resistieron los llamados a indagatoria del juez Jorge Urso por sus presuntas responsabilidades en la desobediencia a una orden de la jueza María Angélica Crotto por la toma de la comisaría 24.
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