El juez federal Guillermo Montenegro convirtió virtualmente la causa Skanska en once causas más chicas. Sobre la base de criterios operativos –-según dos fuentes judiciales consultadas por este diario–, desde el viernes pasado él se quedó sólo con la investigación principal y se derivarán los otros expedientes a otros juzgados. Entre los casos derivados están las denuncias por supuestas irregularidades en la construcción de un acueducto en La Pampa y las denuncias que involucran a las empresas asociadas a los suecos en las licitaciones de los gasoductos Norte y Sur.

“No tengo dudas”, dice un abogado muy cercano a uno de los imputados en la megacausa. “Montenegro dividió la causa para acotar la investigación, pero también para descomprimir su situación personal.”

Hasta ahora, Montenegro tenía una de las dos causas derivadas del caso Skanska, aquella investigación federal por el presunto pago de coimas de la empresa sueca a los organismos y funcionarios del Estado. El viernes pasado, según información a la que tuvo acceso Página/12, el expediente que iba camino a convertirse en una megacausa se acotó: Montenegro circunscribió su investigación sobre presunto pago de coimas a los hechos vinculados con la compañía sueca y decidió abrir nuevos canales de investigación para que otros juzgados y otros jueces analicen a otras empresas sospechadas de pagar coimas o de usar facturas apócrifas para cualquier fin. Entre esos fines posibles, imagina pagos eventuales de coimas pero, también, transferencia ilegal de dinero o adulteración de las declaraciones de ingresos.

¿Cuál es el peso de esta decisión de Montenegro? ¿Cuáles son sus efectos? Las razones, de momento, derivan todas de especulaciones. El ingreso de otros jueces en la causa puede dividir responsabilidades sobre el avance o no de una de las causas que deja en el ojo de la tormenta a primeras líneas del kirchnerismo. Pero ésa es sólo una de las hipótesis posibles. En la descentralización –advierten las fuentes consultadas– también puede perderse la riqueza de una información concentrada y sistematizada.

Pero, más allá de las razones o de las lógicas, las causas que pueden pasar de manos son varias. Una puede ser, por ejemplo, el caso por la construcción del acueducto de río Colorado en La Pampa. En sociedad con Techint, Skanska llevó adelante en esa provincia el proyecto del acueducto y levantó líneas de alta tensión. En los ya célebres audios de la compañía sueca analizados la semana pasada, aparece una mención a esa provincia y a “valijas”, alusión a los supuestos pagos irregulares de dinero destinados a funcionarios del gobierno local.

Fuera de La Pampa, Montenegro podría dejar en otras manos la investigación sobre Techint, BTU, Contreras Hermanos y la brasileña Odebrecht. Al igual que Skanska, todas ellas quedaron vinculadas con las denuncias de sobreprecios y supuestos pagos de coimas en la construcción de dos gasoductos: el Norte y el Sur, gerenciados por TNS y TGN, uno de cuyos accionistas es Techint. El fiscal Carlos Stornelli le había pedido a Montenegro que citara a una indagatoria a los directivos de la brasileña Odebrecht, que subcontrató en el Gasoducto del Sur a Techint, Contreras y Skanska. Tal como señaló este diario en su edición de ayer, tanto TNS como TGN intercambiaron notas con el secretario de Energía, Daniel Cameron, y con el ex titular de Enargas, Fulvio Madaro, en las que advirtieron sobre sobreprecios: en el Gasoducto del Norte, TGN mencionó que las ofertas de Skanska, BTU y Contreras para tres plantas compresoras de gas se excedían del precio testigo de 11,7 millones por un 152 por ciento. Durante el fin de semana, representantes de las empresas desmintieron la denuncia, que ahora deberá investigar la Justicia.

A comienzos de mayo, la Cámara de Apelaciones decidió que el juez Javier López Biscayart del fuero penal económico se concentre en la evasión impositiva. Mientras tanto, indicaron a Montenegro que siga adelante con la causa coimas.