El kirchnerismo concretó ayer la mayor puesta en escena desde el comienzo de la campaña porteña: juntó al candidato K a la Jefatura de Gobierno, Daniel Filmus, con la senadora Cristina Fernández y Daniel Scioli en un acto que reunió a casi todos los miembros del gabinete nacional, la mayoría de los intendentes del conurbano bonaerense, varios referentes sindicales e, incluso, embajadores de varios países. La excusa fue la presentación del Plan Integral de Mejoramiento Vial del Area Metropolitana Buenos Aires y le brindó a la primera dama la posibilidad de involucrarse nuevamente en la pelea electoral y pedirles a los vecinos de la ciudad que voten por el oficialismo.

El artífice de la demostración de fuerza que los kirchneristas hicieron en el Hotel Panamericano fue el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, y sumó así su aporte a la campaña del abanderado de Néstor Kirchner para las elecciones del próximo 3 de junio. En el ojo de la tormenta por el caso Skanska, De Vido no tuvo un lugar destacado en la escena, pero en la primera fila de la platea acaparó todas las miradas.

Los sitiales protagónicos sobre el escenario quedaron reservados para Cristina, Filmus, Scioli y también Carlos Heller, compañero de fórmula del ministro de Educación. La primera dama no dejó de ensalzar la figura del titular del Banco Credicoop, pero la mayoría de sus elogios estuvieron dirigidos al candidato kirchnerista a jefe de Gobierno y, en varios momentos, tuvieron también formato de crítica a su adversario Jorge Telerman. “Tiene capacidad, seriedad y coherencia”, destacó la senadora y completó: “Seriedad no es tener cara de preocupado, sino abordar la política sin disfraces ni falsos títulos. Daniel Filmus no necesita disfraces porque no necesitamos ocultar nuestra historia, ni representar personajes que parezcan simpáticos, sino representar a la gente en sus intereses concretos”. El jefe de Gobierno y su aliada Elisa Carrió también fueron los destinatarios de la frase “recuerdo la tragedia de 1999, cuando algunos creyeron que la suma del progresismo y lo más rancio del conservadurismo podrían dar amplitud y pluralidad”.

Parados a un costado del escenario, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y Aníbal Ibarra sonrieron frente a varias afirmaciones de Cristina. No fueron los únicos que se quedaron sin silla donde sentarse en un salón amplísimamente desbordado. El titular de la cartera de Salud y primer candidato a legislador, Ginés González García, corrió la misma suerte. Los representantes diplomáticos, los intendentes del conurbano y los sindicalistas, en cambio, lograron acomodarse. Del gabinete nacional sólo faltó la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner.

Cristina fue la última en hablar. La precedieron Scioli y Filmus. Ambos coincidieron en que la gestión de Kirchner ha llevado a que el presente sea “el momento de las grandes oportunidades” y exhibieron su voluntad de trabajar juntos para resolver los problemas metropolitanos. El acto arrancó con la proyección de un video que detalló el plan de mejoras viales diagramado por De Vido, que prevé una inversión de más de cinco mil millones de pesos y la creación de unos 50 mil puestos de empleo.

La senadora cosechó los primeros aplausos, cuando contó que “antes de venir, el Presidente me decía que se confirmó el índice de desocupación por debajo de los dos dígitos y el record de reservas, que han superado los 40 mil millones de dólares”. “Eso significa que hemos logrado quebrar el relato instalado en las últimas dos décadas de que era imposible aunar el crecimiento con equidad”, hilvanó Cristina, quien agregó que “este modelo de inclusión con producción que maravilla al mundo se hace con funcionarios como el ministro de Educación” y convocó a los porteños a votar “un modelo democrático con memoria y sin impunidad; un país abierto, pero con una definición de Latinoamérica y de allí al mundo”.