Dom 11.08.2002

EL PAíS  › LA DAIA DENUNCIO A UN GRUPO DE ROCK

El caso de la banda de nombre polémico

Iban a tocar en un festival en Carmen de Areco, pero la comunidad judía local se sintió atacada por su nombre: “Hitler, Cristo y yo”. La DAIA hizo la denuncia al INADI y todo terminó en un tribunal que no encontró delito alguno. Ahora sigue la polémica: ¿se previno un acto de discriminación o todo fue censura previa?

› Por Raúl Kollmann

La banda de rock Hitler, Cristo y Yo fue el centro de un controvertido caso en el que se cruzaron acusaciones, de un lado, por discriminación y violación de la Ley Antidiscriminatoria, y del otro lado de censura previa y violación de la libertad de expresión. A raíz de una denuncia de la DAIA, el caso llegó a los Tribunales y, además, la banda fue excluida por los organizadores de un festival que se hizo en la localidad bonaerense de Carmen de Areco. El juez Jorge Ballestero y el fiscal Carlos Cearras sostuvieron en sendas resoluciones que no existe delito y por lo tanto el expediente fue cerrado. Por su parte, los integrantes del grupo de rock, que dicen no identificarse para nada con el nazismo, consideran que fueron censurados. La DAIA y los abogados del Centro Simon Wiesenthal explicaron sus respectivas posiciones.
La historia se inicia en mayo a raíz de la organización, en Carmen de Areco, de un recital que se iba a concretar el día 8 de junio. Entre los grupos convocados para tocar ese día estaba Hitler, Cristo y Yo, una banda integrada por tres jóvenes de la ciudad y uno de la Capital Federal.
“La idea del nombre de la banda –dice Leo Flores, uno de los integrantes– era encontrar dos personalidades que representen valores opuestos. Hitler es lo malo, Cristo es lo bueno y yo estoy en el medio de esas dos cosas. Así es la gente, a veces es mala, otras buena y a veces lo malo y lo bueno coincide en la misma persona. Las letras son más bien personales, no tienen nada que ver con el nazismo.” Otro integrante del grupo, Ezequiel Zapata, va por el mismo camino y hay un hecho categórico que lo aleja de cualquier ideología nazi: estudia en la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo. “Nosotros apuntamos a los ideales, no tenemos ideología. La ideología limita y encierra, sirve sólo a los partidos y las religiones.”
En el cartel que identifica al grupo y que anunciaba el recital, debajo de la palabra “Hitler” dice “malo”, debajo del nombre “Cristo” dice “bueno” y debajo de “Yo” dice “incurable”.
Pese a estos datos, un conocido integrante de la comunidad judía de Carmen de Areco, Jorge Porchtaruk, que fuera concejal por la UCR, le manifestó a la DAIA su molestia y ello desencadenó las cosas. Según Ezequiel Zapata, fue a hablar con Porchtaruk, pero no hubo caso.
La DAIA hizo la denuncia ante el INADI en los siguientes términos: “Consideramos agraviante la utilización del nombre y la imagen de quien fuera el mayor asesino del pueblo judío en una banda musical que fundamentalmente tiene su público en la juventud y que a su vez pone en igualdad a la máxima figura sacra para la grey católica, lo que constituye también un agravio”. En la nota al INADI, la DAIA pide que intervenga en los hechos.
El 4 de junio, con la firma de Enrique Oteiza, el INADI le dirigió una nota al intendente de Carmen de Areco Luis Pranesti, señalándole que “se recomienda que debe evaluarse con suma atención la conveniencia de la actuación de dicho conjunto, en razón de que el INADI se encuentra evaluando la procedencia de la denuncia por discriminación”. Una carta idéntica se les mandó a los organizadores, el Club Recreativo de Carmen de Areco, ya sugiriéndole que existe una investigación por violación de la Ley Antidiscriminatoria. Para redondear, el intendente de la localidad prácticamente le ordenó al organizador, César Rossi Montero, que bajara al grupo del programa: “Yo ya había escuchado tocar a los pibes y conocía que tienen buenas intenciones y que sus letras no son apologías del nazismo, pero tuve que bajarlos”, explicó el productor.
Página/12 accedió a las letras de las canciones y todas se parecen a la siguiente estrofa:
Nuestro amor se convirtió
En un monstruo de tres cabezas La lujuria, el olvido, la tercera,
la pereza.
Lo concreto es que Hitler, Cristo y Yo no pudo tocar en el festival. El grupo no iba a cobrar cachet alguno, pero estaban muy esperanzados porque iban a tener bastante público y tocar con grupos de la Capital Federal y el conurbano. Al mismo tiempo, el caso terminó en el juzgado federal del doctor Jorge Ballestero, quien dio intervención al fiscal Carlos Cearras. Este último señaló que “no se verificó la existencia de alguna de las conductas prohibidas previstas por la Ley Antidiscriminatoria. La sola observación del anuncio permite apreciar que debajo de cada una de las palabras ‘Hitler, Cristo y yo’, existen adjetivos calificativos que, por su orden, dicen malo, bueno e incurable, extremo este que impide deducir que los integrantes del grupo formen parte de una organización dedicada a las finalidades previstas por la Ley Antidiscriminatoria”.
El juez Ballestero aceptó los criterios del fiscal y cerró la causa por inexistencia de delito: “Coincido con el agente fiscal cuando sostiene que no existe violación alguna de la Ley Antidiscriminatoria, pues la mera utilización del nombre Hitler en este contexto en modo alguno puede vulnerar el bien jurídico tutelado por la Ley Antidiscriminatoria”.
Aunque el expediente se cerró, lo que se mantiene es la polémica. Los abogados del Centro Simon Wiesenthal, cuyo representante en América Latina es Sergio Widder, sostienen que hubo una violación de la libertad de expresión, en tanto la DAIA se mantiene en su postura. ¿Se puede o no usar el nombre de Hitler? Se trata de un debate que puede repetirse en el futuro en casos de máximo impacto.
Informe: Emiliano Ruy Rodríguez

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