En pleno invierno, emergiendo de sus cuarteles, San Luis será testigo del retorno de varios coroneles históricos del peronismo y, por qué no, también de algún que otro general que tendría que darse por bien pagado con un retiro efectivo. El cónclave comenzará mañana en el paradisíaco paraje de Potrero de Funes. Adolfo Rodríguez Saá, el organizador de la movida, compartirá escenario junto a Carlos Menem, Ramón Puerta y Ramón Saadi, entre otros. Entre los invitados especiales estarán el neuquino Jorge Sobisch, del MPN, y la fórmula bonaerense que se encolumna con Roberto Lavagna: Jorge Sarghini y Teresita “La Colorada” González Fernández.

La cumbre, que reclamará la normalización del Partido Justicialista, es un agrupamiento que tiene un claro tinte antikirchnerista. Ayer, fieles al estilo, los peronistas llevaron su interna al recinto del Senado.

Los senadores del justicialismo no ocultaban su malestar por la próxima convocatoria al congreso nacional del justicialismo. Una movida necesaria para autorizar alianzas y para consagrar la candidatura de Cristina Fernández de Kirchner. Algo que el interventor Ramón Ruiz podría concretar para los primeros días de agosto. Más que con ese congreso, la puntana Liliana Negre de Alonso mostró su enojo con afirmaciones periodísticas que le endilgaban al asesor presidencial Juan Carlos Mazzón la tarea de disciplinar ese encuentro.

Negre denunció que recibió amenazas de parte de Mazzón y responsabilizó al funcionario por cualquier disturbio que pudiera ocurrir en la convocatoria que se concretará en Potrero de Funes este viernes. “Queremos que se nos garantice que vamos a poder ejercer nuestros derechos libremente en la reunión de San Luis”, afirmó la senadora. La legisladora subrayó que el ministro del Interior, Aníbal Fernández, se había comprometido a garantizar la seguridad de ese evento.

El guante lo tomó el titular de la bancada oficialista, Miguel Angel Pichetto. Luego de reivindicar el derecho de reunión, el senador cuestionó el uso de la cuestión de privilegio para dirimir una cuestión partidaria. “Contra quién se hace la cuestión de privilegio. Contra un diario que simplemente ejerce el derecho de dar una información política”, se preguntó Pichetto. Luego de destacar que la seguridad del encuentro de San Luis es una responsabilidad de la policía provincial y de la Justicia puntana, el rionegrino hizo la defensa de Mazzón. “Es un hombre de la política que nunca estuvo en un hecho de violencia”, concluyó.

En un tono más calmo, Rodríguez Saá también le pidió al gobierno nacional que garantizara la seguridad del encuentro. Consideró que la reunión que se realizará en su provincia es el verdadero congreso del PJ. El cierre del debate encontró al catamarqueño Ramón Saadi diciendo que apoyaba el cónclave que se hará en San Luis. Fue un radical, el mendocino Ernesto Sanz, el que cerró una discusión peronista. Les recordó que estaban recurriendo a un instrumento institucional para dirimir una interna partidaria. Aunque el debate concluyó, la interna recién comienza.