Una columna compacta que llegó a ocupar seis cuadras, compuesta en su mayoría por docentes y estudiantes secundarios y universitarios, fue la que marchó ayer al mediodía por las calles de Neuquén al cumplirse tres meses del asesinato del maestro Carlos Alberto Fuentealba, cuando se estaba desarrollando un conflicto docente por el cual no habían comenzado las clases en esta provincia patagónica. “Sobisch asesino” fue la consigna que más se escuchó a lo largo del trayecto que siguieron los manifestantes. No hubo incidentes y todo culminó con un acto en las puertas de la casa donde aún gobierna Jorge Omar Sobisch, donde muchos recordaron las largas jornadas de acampe que siguieron a la muerte del profesor de Historia.

En su recorrido, la marcha no dejó de pasar frente mismo a los tribunales provinciales, donde funciona el Tribunal Superior de Justicia, el órgano mayor de la magistratura neuquina. Allí, una delegación encabezada por la viuda de Fuentealba, Sandra Rodríguez, fue recibida por su presidente, el juez Eduardo Badano. “Salgo conforme de la reunión porque le dijimos todo lo que pensamos de la causa y ellos prometieron acelerarla todo lo posible”, dijo a la prensa Sandra, al salir de la reunión.

Aunque, cuando Página/12 le consultó qué grado de confianza tenía en que los jueces y la Justicia de su provincia cumplieran con su palabra, la compañera del maestro asesinado en abril pasado, sobre la ruta 22, no dudó en contestar: “Sólo confío en la gente que está afuera manifestándose y en todos los compañeros y compañeras que me acompañan desde que fusilaron a mi Carlos”.

Ya frente a la Casa de Gobierno se expresaron Alejandro López, dirigente ceramista de la ex fábrica Zanon (hoy Fasinpat, Fábrica Sin Patrones); el secretario general de la Federación Judicial Argentina, el neuquino Jorge Izquierdo; Horacio Fernández, de la CTA Regional Neuquén, y Gervasio Díaz, de Hijos Alto Valle. También habló el secretario general del gremio donde era delegado Carlos Fuentealba, ATEN. Marcelo Guagliardo prometió no abandonar la lucha “para que los responsables políticos y materiales de este asesinato estén en la cárcel”. Además, remarcó que en la reunión con los jueces le pidieron a Badano que “al policía (Darío) Poblete no lo trasladen a Zapala, como él mismo y sus familiares reclamaron”. “Espero que no cumplan con ese pedido y que además citen urgentemente a declarar al gobernador Sobisch, responsable de la orden de mandar a reprimirnos esa mañana en Arroyito”, dijo.

“Sigo pidiendo justicia y les pido a ustedes y a todo el país que no me abandonen en ese objetivo”, agregó Sandra Rodríguez de Fuentealba, acompañada por sus hijas Camila y Ariadna. Cuando culminó sus palabras un solo grito se oyó tres veces: “¡Carlos Fuentealba, Presente!”.