Desde el anuncio de la candidatura presidencial de Cristina Fernández, el kirchnerismo puso en marcha toda su maquinaria para consolidar la declamada concertación plural. Con ese propósito, en las últimas horas el Gobierno le ofreció al socialista bonaerense Jorge Rivas un cargo en la administración K. Concretamente, lo tentaron para ocupar la vicejefatura de Gabinete de la Nación.

La propuesta llegó a Rivas por boca de Alberto Fernández, según confirmaron a Página/12 fuentes de la propia jefatura de Gabinete. El socialista y quien ahora oficia de jefe de campaña de Cristina mantienen un diálogo permanente desde hace bastante tiempo. “Sí, hace rato que se pensaba en Rivas y es verdad que se está en conversaciones con él”, admitió, aunque escueto, uno de los hombres que trabaja en la Casa Rosada.

El cargo ofrecido es el que quedó vacante tras la renuncia de Juan Carlos Pezoa. Para los desmemoriados: Pezoa dejó de ser el número dos de Fernández para reemplazar en la presidencia del Enargas a Fulvio Madaro, imputado por supuestos hechos de corrupción en el marco de la causa Skanska.

Este diario se comunicó anoche con Rivas, cerca de las 19, para obtener detalles de su acercamiento al gobierno nacional. Acaso para no decir nada que comprometiera el desenlace de las negociaciones, el dirigente socialista evitó dar una respuesta y se recluyó en el más absoluto silencio.

Según consignaron fuentes oficiales, Rivas habría mostrado “buena predisposición” para ocupar la vicejefatura de Gabinete, aunque aún debía obtener el guiño de la seccional bonaerense del socialismo de la que es parte. A primer vista, no se le presentan demasiados obstáculos en el horizonte. Es que Rivas es la máxima autoridad del partido en la provincia de Buenos Aires.

De aceptar su ingreso a la Casa Rosada, Rivas no será el primer socialista en comulgar con el kirchnerismo. Hubo más de un caso en ese sentido. El último fue el de Ariel Basteiro, quien a principios de este año se convirtió en director de Aerolíneas Argentinas en representación del Estado nacional. A propósito, Basteiro fue quien blanqueó el respaldo de Rivas y Oscar González –este último secretario general del socialismo a nivel nacional– a la candidatura presidencial de Cristina Kirchner. Ocurrió el miércoles, en el Museo Evita, donde un abanico de dirigentes políticos de distintos partidos y origen reunieron masa crítica a favor de la primera dama.

Estos movimientos, sin duda, harán ruido dentro del socialismo. El titular del partido a nivel nacional, el senador Rubén Giustiniani, siempre recuerda que orgánicamente se acordó no trabajar para los candidatos kirchneristas ni para el ex ministro Roberto Lavagna. En cambio, dejó la puerta abierta para cerrar trato con Elisa Carrió.

Cuando Basteiro saltó al directorio de Aerolíneas en el socialismo amenazaron con expulsarlo, pero finalmente lo amonestaron. Puede que ocurra algo similar con Rivas, en caso de que acepte trabajar junto a Fernández, a quien en más de una oportunidad la oposición lo hizo responsable de una supuesta política de cooptación. Ahora, Rivas tiene la palabra.