EL PAíS › LOS RADICALES PORTEÑOS VAN A INTERNAS HOY
El radicalismo elige sus candidatos a legisladores nacionales. El jurista Ricardo Gil Lavedra, con el apoyo de la estructura partidaria, intentará postularse para senador en octubre. Lo acompaña Silvana Giúdice, como aspirante a la Cámara baja. Enfrenta a Rodolfo Terragno que busca renovar su mandato. Terragno cuenta con el respaldo del cómico Nito Artaza, que se postula como diputado.
› Por Eduardo Tagliaferro
RICARDO GIL LAVEDRA
“Volver a ser una República”
Wikypedia, la enciclopedia interactiva más conocida de la web, lo define como abogado, juez y político argentino. El párrafo siguiente destaca la tarea que marcó a fuego a Ricardo Gil Lavedra: juez del juicio a las juntas militares. De lleno en la actividad política y con el apoyo de los sectores mayoritarios del radicalismo intenta ser el candidato a senador por la UCR en octubre. No polemiza con su adversario en la interna partidaria: Rodolfo Terragno. Entrevistado por Página/12 destaca el respeto al funcionamiento institucional y el crecimiento con equidad, como los dos temas políticos que no pueden faltar en la próxima campaña.
–¿Qué lo impulsa a candidatearse como senador?
–Aceptar un desafío. Pensar que hay un momento dado en el que hay que comprometerse más y poner el cuerpo. En el plano personal, para mí no fue una decisión ventajosa.
–¿Por qué no?
–Tengo que resignar muchas cuestiones. En la vida me ha ido muy bien y tengo solucionado muchos aspectos. La política no es lo más grato que existe. Pero estoy convencido de que hay que poner el cuerpo. Si mucha gente lo hiciera la representación mejoraría considerablemente.
–¿Por qué los radicales tendrían que votarlo a usted y no a Terragno?
–Con Terragno tenemos una gran coincidencia en el plano de las ideas y compartimos un mismo espacio político. El afiliado radical tendrá que elegir quién cree que lo representa mejor. Se trata de mejorar la representación. Esto favorece a la democracia interna. Que voten a quien consideran que es el mejor para representarlos en esta oportunidad.
–¿Cómo explica las diferencias que tiene el radicalismo en varias provincias cuando se trata de definir al gobierno de Néstor Kirchner?
–La UCR es una organización política. Como toda agrupación tiene sus propias reglas de funcionamiento. Si quiere pertenecer a ella tiene que respetarlas, si no se va. El radicalismo definió construir una fuerza alternativa al actual gobierno. Institucionalmente el radicalismo se definió como opositor. No hay dos radicalismos. Hay radicales que han cedido a las prebendas del Gobierno.
–¿Era inevitable realizar una interna partidaria?
–Es una curiosidad en la Argentina que haya un partido político que decida elegir sus candidatos de una manera democrática. Pareciera que estamos acostumbrados a que los candidatos se elijan a dedo. El misterio de la sucesión presidencial se develó cuando, en un acto institucional para celebrar la Independencia, el Presidente dijo que lo sucede su mujer. Algo parecido sucede en los restantes partidos políticos. En una democracia constitucional sustentada en partidos políticos, esto es muy malo.
–¿En los tiempos de bonanza se disculpan las desprolijidades institucionales?
–Eso no se puede tolerar. No puede haber tiempos de bonanza duraderos con el descalabro institucional que tenemos en todos los órdenes. Por otro lado, esta bonanza no ha solucionado la desigualdad. El crecimiento tiene que ser sustentable. Acá hay graves errores de gestión que ponen en riesgo un crecimiento sostenible.
–¿Cuál es el tema prioritario que incluiría en la discusión electoral?
–Por una parte, volver a ser una República. Respetar lo institucional, algo que en la oposición hay bastante acuerdo. También habría que definir de qué manera tenemos un crecimiento sostenible con equidad. Discutir cómo crecemos y cómo repartimos mejor. Hay un tema pendiente de derechos humanos. Respetar los derechos humanos no es cómo se enfrenta la violación masiva de éstos sino también como garantizar los derechos que tiene cada persona por el solo hecho de serlo. Como garantizar los bienes necesarios para la subsistencia de cada persona.
–¿Puede el radicalismo recuperar el espacio que alguna vez tuvo en la sociedad?
–Claro. Tiene que tener propuestas claras y candidatos creíbles. Así como Mauricio Macri consiguió un triunfo contundente porque la gente encontró en él algo atrayente y le creyó, ese es el desafío de toda organización política. El radicalismo necesita mayor renovación y nuevos liderazgos.
Por E. T.
RODOLFO TERRAGNO
“Discutir el país del futuro”
El Senado está de receso. Más de lo normal, claro está. El tablero que identifica a los legisladores presentes en la Cámara tiene una sola luz encendida: la de Rodolfo Terragno. En su oficina todos trabajan pensando en la elección interna. “Un político que no sepa de economía está condenado a ser un comentarista de la realidad”, afirma a Página/12 para destacar lo que cree es “el valor agregado” que lo diferencia de Ricardo Gil Lavedra.
–¿Por qué quiere renovar su mandato como senador?
–Porque se viene una etapa en la que hay que definir un modelo de país y quiero que alguna vez me escuchen. En los ‘80 dije que la alternativa no era privatizar o no, sino privatizar bien o dejar que viniera otro a privatizar mal. El gobierno radical terminó con hiperinflación y vinieron otros que privatizaron mal. En el ‘99 sostuve que había que salir del uno a uno. El radicalismo eligió a Fernando de la Rúa porque decía conmigo un peso equivaldrá a un dólar. Estoy seguro de que si yo hubiera sido presidente ahora estaríamos por terminar el segundo mandato. Ahora, de nuevo, tenemos que fijarnos en las cosas que importan. Nadie entiende que la demanda mundial va a bajar, los precios de la materia prima van a bajar, el dólar real bajará a los niveles de la predevaluación. El dólar real hoy está en 1,70 y si la inflación continúa se terminó toda la ventaja comparativa. Nadie está pensando en discutir esto y creo que el Senado es el ámbito en el que se analizarán estos temas.
–¿Le parece que el Congreso tendrá el protagonismo que no tuvo en todos estos años?
–Creo que la falta de protagonismo estuvo asociada a la crisis política y a lo económico-social. La oposición tiene una débil presencia. Yo he actuado de manera independiente al bloque radical porque entendía que había que ser más duro en los temas relacionados con el FMI. En solitario me opuse que se designara en la Corte a magistrados que habían jurado por el estatuto de la dictadura militar.
–¿Lo dice por Zaffaroni?
–Por Zaffaroni y por Elena Highton de Nolasco. Con la independencia de los méritos de ambos me parecía que no puede tutelar la Constitución quien consintió que se la violara.
–No faltan los comunicadores que se sorprenden porque un partido elija sus candidatos en una interna. ¿Era insalvable?
–Nos prometieron un país en serio y estamos en un país en el que no sólo aparecen fajos de billetes en el baño de la ministra de Economía sino en el que además reina el nepotismo. Cuando un partido consulta a sus afiliados, todos dicen, otra vez los radicales con el vicio de la interna. ¿Cómo el vicio?, el mérito sería. ¿Quién la eligió a Cristina Kirchner como candidata presidencial? Hoy Fernández de Kirchner es más Isabelita que Hillary Clinton. Accede a la candidatura por ser esposa. No como Hillary Clinton, que está disputando una interna.
–¿Está de acuerdo con la candidatura presidencial de Roberto Lavagna?
–Es una decisión ya tomada. Pertenezco al partido y la respeto. Tengo además algunos puntos en común con Lavagna. Los dos estuvimos contra la convertibilidad. Particularmente contra la última etapa. Creo que en épocas de bonanza hay que hacer lo de la hormiga y no lo de la cigarra. Yo creo que esto no va a durar.
–¿Cuál es el punto principal que tendría que discutir la política hoy?
–El país del futuro. A la gente a veces este tema le parece abstracto. La Argentina es un país que no sabe hacia dónde va y está en manos de un piloto que no tiene hoja de ruta.
–¿Por qué los radicales lo tienen que votar a usted y no a Gil Lavedra?
–Hay aspectos en los que es indistinto que lo voten a él o a mi. Cada uno tiene su valor agregado. En un país que tiene una estructura desequilibrada y que no tiene una estrategia de desarrollo, un político que no sepa de economía está condenado a ser un comentarista de la realidad.
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