La historia ya recorrió muchas ciudades. Montevideo y Buenos Aires, más vale. También La Haya, Madrid y va en pos de Nueva York. El epicentro, ya se sabe, es Fray Bentos y Gualeguaychú. En todas esas ciudades misceláneas, los tiempos se aceleran. Los próximos meses serán de vértigo. El mero repaso del calendario inminente inquieta a los dos gobiernos. Un par de líneas rojas acechan. Sobre todo, la inauguración de la planta de Botnia, en la primavera austral. Y el cumpleaños de la facilitación prestada por la Corona española, que debería recibir una devolución de gentilezas, un avance envuelto en papel de regalo por la Argentina y Uruguay. El agradecimiento no sólo retórico debería plasmarse en Santiago de Chile, otra ciudad que se acollarará a esta saga, en noviembre. No falta mucho, aunque parezca; sí habrá muchos sucedidos hasta entonces. Recorramos las ciudades, imaginemos los tiempos.

- La Haya. El Estado uruguayo debe presentar su contramemoria en la Corte Internacional, en esta semana. Los argentinos tendrán unos días para estudiarla y definir si, a su vez, articulan una réplica. Si lo hacen, los orientales tendrán derecho a una “dúplica” y el trámite se prolongará. Si nuestro país desiste de su derecho a responder, se podrá entrar a la etapa probatoria. “En principio nos convendría avanzar, pero no podemos decidir antes de haber leído la presentación uruguaya”, explica uno de los tres o cuatro lectores relevantes de ese mamotreto, y especula: “Es muy difícil que no nos veamos forzados a responder. Ellos ya conocen nuestros argumentos, posiblemente introducirán alguna novedad que haya que refutar”.

¿Algo que festejar? Un detalle: “Llegaremos a Nueva York con todo el bagaje argumental sobre la mesa. No haber cerrado esa etapa en La Haya nos complicaba un poco la facilitación. Si en la conversación informal mejorábamos nuestro punto, corríamos el riesgo de que los uruguayos mejoraran su contramemoria para desbaratarlo”.

- Nueva York. El facilitador español Juan Antonio Yáñez Barnuevo recibirá a misiones técnicas de los dos países los días 30 y 31 de julio en Nueva York. El tono del cónclave es bajo, pero se le ha dado visibilidad, lo que siempre algo quiere decir. Yáñez Barnuevo es un intermediario muy presente, comentan en el Palacio San Martín. “Todas las semanas intercambia con Jorge Taiana, por teléfono o por correo electrónico, es muy puntilloso y activo.” Es esencial pero invisible a los ojos, hace un culto y una prédica del perfil bajo. Tal vez hable con el gobierno finlandés y con la empresa Botnia, no lo revela en forma oficial. Los dos nodos del entuerto, la relocalización, el fin de los cortes de ruta, estarán en agenda. De ahí a que haya avances o concesiones mutuas hay una distancia sideral.

El presidente Tabaré Vázquez, muy enconado con su colega Néstor Kirchner, no ayuda, recriminan desde acá. Y reconocen: “Busti tampoco”.

- Paraná. “El Chino es un factor de irritación. Se la pasa tirando leña al fuego”, menea la cabeza una primera espada del gabinete. “Nos pide que echemos al embajador uruguayo Francisco Bustillo, que tiene una actitud muy mesurada y responsable. Y sigue agitando su denuncia penal por tentativa de contaminación.” La denuncia, muy poco consistente, ya es añeja, se inició en 2005. La Fiscalía de Estado de Entre Ríos la suscribió. El juez federal de la provincia se declaró incompetente, la remitió a la Corte. El procurador general dictaminó que la Corte no tiene competencia originaria en ese caso. El Tribunal ratificó ese criterio, a principios del año pasado. El interlocutor de este diario se enfada: “El trámite sigue abierto, el expediente dando vueltas y nadie en la Justicia le pone el cascabel al gato”.

Tampoco se explica mucho por qué la Casa Rosada no le marca el paso al gobernador saliente. En Montevideo, claro, nadie cree en la autonomía de Busti, leen que desempeña el clásico rol de “argentino malo”.

- Fray Bentos-Gualeguaychú. En septiembre, en octubre, tal vez podría comenzar a funcionar la planta de Botnia. Sí hay un día D, fabula sin esfuerzo Página/12, habrá un despliegue mediático y militante espectacular en Gualeguaychú. Dos de sus interlocutores VIP concuerdan y preconizan, imitando sin quererlo a Mauricio Macri: “Estaría bueno que fuera después de las elecciones”. La primera vuelta es el 28 de octubre. Si todo sale bien para el oficialismo, será la única. Si es la única, Cristina Fernández de Kirchner será presidenta. Entre el último domingo de octubre y el arranque de la Cumbre en Chile habrá que inventar algo, se entusiasman o se deprimen, según los casos.

- Algún lugar del planeta. “Mayo está muy lejos”, discurren en Cancillería y en la Rosada, entreverando el tiempo y la distancia como lo hacía el compañero Einstein. Mayo es una fecha, también un lugar, Madrid, donde las partes se juntaron y fueron recibidas por Su Majestad. Otra reunión política, con asistentes de más piné que la de Nueva York, será necesaria antes de las elecciones. A Madrid asistieron –por el Gobierno– Taiana y el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, en espejo con Reinaldo Gargano y Gonzalo Fernández.

Esa cita de primer nivel es imprescindible, pero nada puede cerrarse si no se consigue dar un paso adelante.

- Santiago de Chile. La próxima Cumbre Iberoamericana se congregará en Santiago de Chile entre el 8 y el 10 de noviembre. No es, cronológicamente, el cumpleaños de la mediación, pero sí lo es en términos políticos. Estarán presentes el rey Juan Carlos y el gobierno español que también se involucró. La jerga diplomática, de tan tersa a veces, es inasible para los cronistas de cabotaje, pero desde ultramar llega un mensaje envuelto en guante de seda. Sería bueno que para esa fecha el esfuerzo de la Corona y la administración de Rodríguez Zapatero se llevaran un “producto”. No la solución del conflicto, sí algo similar a la lucecita que patentó el cardenal Samoré. Denso desafío encontrar un denominador común mientras se acerca la finalización de la megaobra.

La lucecita, hasta ahora, es una utopía imprecisa.