EL PAíS
Ya está probado que un ex policía detuvo a piqueteros en Avellaneda
Los fiscales que investigan la masacre del 26 de junio tienen datos que confirman que Francisco Celestino Robledo actuó como parapolicial.
› Por Irina Hauser
La fiscalía de Lomas de Zamora que investiga la represión contra los piqueteros en Avellaneda tiene datos que confirmarían que un policía que dejó la Bonaerense en 1996 estuvo entre los manifestantes haciendo detenciones, reprimiendo e incluso ayudando a cargar el cuerpo de Maximiliano Kosteki. El ex agente se llama Francisco Celestino Robledo y hoy declararán por lo menos dos testigos de la Coordinadora Aníbal Verón que fueron arrestados y custodiados por él mismo dentro de la Comisaría 1ª. La semana pasada fue identificado en varias fotos por una vecina de la zona, Nilsa Méndez, quien el año pasado lo denunció por intentar extorsionarla y por golpear a su hijo.
La mujer señaló a Robledo en fotos del 26 de junio en que se lo ve deteniendo a un muchacho frente a la estación de trenes de Avellaneda agarrándolo violentamente del cuello. En otra está en la estación cargando el cuerpo de Kosteki junto con el oficial Mario de la Fuente, que de civil y ahora está prófugo de la Justicia. En una tercera imagen, se lo ve parado con un palo en la mano junto a por lo menos dos detenidos esposados en el suelo, boca abajo, sobre Pavón al 1100.
Según información que manejan los fiscales Juan José González y Adolfo Naldini, Robledo tramitó su baja de la policía hace seis años –al parecer en ese momento era cabo en el Comando de Patrullas de Quilmes– y el día de la represión estuvo moviéndose cerca de De la Fuente, que era jefe de calle de la seccional primera, a la que pertenecían los dos policías que siguen presos: el comisario Alfredo Fanchiotti y su chofer, el cabo Alejandro Acosta. Lo que no se entiende muy bien es por qué la fiscalía todavía no tomó ninguna medida en relación con Robledo teniendo en cuenta, además, que aparece en numerosos registros fílmicos y fotográficos. O, por lo menos, hasta ayer no había notificado nada al juzgado de Marisa Salvo.
Los testigos de la Verón que llevarán hoy los abogados de la Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional (Correpi) –que representan a las familias de las víctimas, entre ellos a la madre de Kosteki– además de poder identificar claramente a Robledo dirán que lo escucharon dándole órdenes a la Guardia de Infantería y que él mismo se encargó de vigilarlos dentro de la dependencia policial donde fueron trasladados. Para Claudio Pandolfi, uno de los letrados, “si judicialmente se corrobora que en la protesta piquetera intervino un parapolicial se refuerza la hipótesis de que la represión fue organizada y desde más arriba que Fanchiotti”.
Hoy también declararán más testigos del Movimiento Teresa Rodríguez que dicen que vieron al sargento Carlos Leiva, quien al igual que De la Fuente estaba de civil, disparando contra Silvina Rodríguez y Julio González. Ambos fueron heridos con munición de plomo. Leiva tiene pedido de captura por homicidio, ya que en varios videos se lo ve disparando una Itaka cerca de plaza Alsina y levantando los cartuchos para no dejar ningún rastro visible de su accionar. Igual sigue sin aparecer.
Por una casualidad, la investigación sobre la masacre y la muerte de los piqueteros está en el mismo juzgado y la misma fiscalía donde tramita una causa contra Gustavo Moreira, el hijo de Nilsa Méndez –quien está preso– y donde ella también denunció a Robledo. Según su abogado, el ex juez Daniel Llermanos, “el ex policía es el único testigo que identificó a Gustavo como supuesto ladrón de un Pago Fácil, todos los demás acreditan lo contrario”. Para el letrado sería un típico caso de causa judicial armada para extorsionar. La mujer contó a Página/12 que a raíz de los recientes sucesos de Avelllaneda vio a Robledo “en la tele” y “en las fotos de los diarios, siempre reprimiendo a los piqueteros”. Eso le dio un elemento para pedir la nulidad de su testimonio en el expediente contra el joven. Méndez puntualizó que hace un año, el ex policía el mismo día de la detención de su hijo le pidió, dentro de la Comisaría 1ª de Avellaneda, 7000 pesos para liberarlo. También dijo que el ex agente lo torturó paraque incriminara a otro chico y por eso ella lo denunció por apremios ilegales.