Vie 16.08.2002

EL PAíS  › CARRIO, DE GENNARO Y ZAMORA ACORDARON ACCIONES COMUNES

Empujando para que se vayan todos

Tal como anticipó Página/12, los referentes máximos del ARI, la CTA y Autodeterminación y Libertad se reunieron y acordaron trabajar en conjunto para obtener la caducidad de mandatos.

› Por José Natanson

La líder del ARI, Elisa Carrió, el diputado Luis Zamora y el jefe de la CTA, Víctor De Gennaro, se reunieron ayer para lanzar un núcleo embrionario de participación que se irá ampliando en los próximos días con el llamado a otros sectores. El objetivo consiste en lanzar una campaña activa –que incluirá actos, caminatas, marchas y cacerolazos– por la caducidad de los mandatos legislativos y contra el modo en que el Gobierno dispuso las internas abiertas. Y, aunque juraron que no se habló de un frente electoral, el encuentro de ayer revela una necesidad impostergable de los máximos referentes del progresismo argentino: la de unirse para presionar con más fuerza al Gobierno y consolidar su lugar en medio de la interna del peronismo.
Desde hace unos días, Carrió y Zamora venían conversando telefónicamente sobre la necesidad de unirse para trabajar en algunas cuestiones puntuales. Ayer por la mañana dialogaron durante dos horas en la casa del diputado socialista Oscar González. También participó De Gennaro, que ya se había entrevistado con Carrió hace dos semanas.
Entre taza y taza de café, los tres dirigentes avanzaron en el tema central del encuentro, la convocatoria a elecciones dispuesta por el Gobierno, y coincidieron en que fue realizada a medida de los intereses del PJ. Mencionaron dos aspectos básicos:
El primero, la decisión de no impulsar la revocación de los mandatos legislativos. Según dijeron en la reunión, la continuidad del actual Congreso condicionará al próximo presidente que, si no pertenece al peronismo, se encontrará con un país prácticamente ingobernable. Por eso, Carrió, Zamora y De Gennaro acordaron mantener vivo el planteo que, por otra parte, sintoniza con un masivo reclamo social, el famoso “que se vayan todos”.
El segundo aspecto cuestionado es el modo en que el Gobierno convocó a las internas de noviembre. “Hicieron un decreto a su medida. Ahora parece que a algunos de ellos no les gusta, y entonces lo van a cambiar. Es una vergüenza”, se quejó Carrió en la reunión, en referencia a los tironeos que genera en el peronismo la posibilidad de que los afiliados a un partido voten en la interna de otro.
Una tercera cuestión, por el momento no más que un rumor, es la posibilidad de que Eduardo Duhalde impulse el sistema de ley de lemas para evitar la interna justicialista. No hay ningún indicio de que el Gobierno se haya decidido (ver asimismo páginas 6 y 7), pero en la reunión de ayer los tres referentes coincidieron en que la alternativa es directamente intolerable.
“Sería un desastre que, como no pueden ponerse de acuerdo para una interna civilizada, impulsen este absurdo. Puede ser presidente alguien que saque el diez por ciento de los votos”, analizó De Gennaro en el encuentro. “Es el gran problema del establishment, que desde que se bajó el Lole (Reutemann) no puede unificar un candidato y no sabe cómo frenarnos”, completó Carrió.
La idea, entonces, es unir sus fuerzas para ponerle un límite al Gobierno. La semana que viene, Carrió, Zamora y De Gennaro sumarán al diálogo a organismos de derechos humanos, obispos como Miguel Hesayne, personalidades de la cultura como Teresa Parodi, ONG, sindicatos, piqueteros, asambleas y representantes de diferentes sectores sociales.
“No tiene sentido hacer una conferencia de prensa o un acto, que aparezca en los diarios y se diluya al día siguiente. Hay que hacer una campaña, algo continuo para que se vaya sumando todos los que quieran”, recomendó Zamora. Y elaboró junto a Carrió y De Gennaro una “batería de medidas” que se irían desplegando en los próximos días: caminatas por los barrios, cacerolazos, un apagón, una marcha del silencio y la convocatoria a algún tipo de consulta popular.
No fueron más allá: aunque un par de meses atrás tanto Carrió como Zamora amenazaron con la abstención en caso de que no se cumplan sus reclamos, en la charla de ayer prefirieron no adelantarse y ni siquiera mencionaron aquella posibilidad.
Sobre el final, los tres dirigentes coincidieron en que el contexto político y social es complicadísimo y evaluaron con preocupación la crisis policial en la provincia de Buenos Aires. “Hay una avanzada peligrosa de sectores autoritarios”, sostuvo De Gennaro. “Se vienen unos meses muy difíciles”, pronosticó Carrió.
Se despidieron en el mismo tono amable que caracterizó la charla, seguros de que volverán a encontrarse. Una vez concluida la reunión, fuentes cercanas a los participantes juraron una y otra vez que no hubo una sola mención a la posibilidad de que se conforme un frente electoral entre los tres sectores. “No tiene nada que ver con eso”, sostuvo Zamora.
En cualquier caso, el hecho de que los tres dirigentes hayan decidido buscar puntos de acuerdo demuestra la complicada situación en que se encuentran. Hace no mucho tiempo, por ejemplo, Zamora acusaba a Carrió de trabajar por la continuidad del sistema y la corporación política.
Ahora, en cambio, la convocatoria a elecciones, el avance de lo que definen como “manejos autoritarios” por parte del Gobierno y la profundización de la crisis social han acelerado los tiempos. Por eso, a pesar de las diferencias, Carrió, Zamora y De Gennaro decidieron reunirse ayer por primera vez: aunque todo indica que el encuentro no se traducirá en un acuerdo electoral, quizás finalmente hayan encontrado el tono adecuado a la –siempre pendiente– unión de los sectores progresistas.

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