EL PAíS › EN CORDOBA, LOS CANDIDATOS SE SACARON CHISPAS EN LOS CARTELES
El oficialista Schiaretti se escuda en las encuestas. Luis Juez descree de esos pronósticos y los radicales confían en ganar.
› Por Miguel Jorquera
desde Córdoba
La dura campaña electoral cordobesa siguió ayer en las calles. Antes de que la veda empiece a regir –y aun después– la mayoría de los candidatos a gobernador salió a ganar las paredes para que los afiches con sus caras perduren hasta mañana, el día de la elección. Aunque a la hora de elegir la papeleta en el cuarto oscuro, la imagen también será importante: cada boleta, compuesta de seis cuerpos, lleva impresas las fotografías de los principales candidatos. La “guerra” de las encuestas fue la motivación de las últimas consignas ideadas por los publicistas de los candidatos y estampadas en una pegatina de última hora en todas las carteleras de la capital de Córdoba. “Schiaretti campeón, primero en todas las encuestas serias”, argumentan los carteles de la oficialista Unión por Córdoba, alineada con el kirchnerismo. “Este domingo gana (Carlos) Giacomino, lo dicen los vecinos”, reza la leyenda del candidato a intendente del Frente Cívico y Social que encabeza Luis Juez, que al final del maratón proselitista negó ser “un candidato del Presidente”. La UCR ideó un calendario que junto a las gigantografías de Mario Negri y Ramón Mestre hijo montada en el frente de la céntrica Casa Radical lleva la cuenta regresiva de “los días que faltan para el cambio”.
Durante la madrugada la guerra fue en las calles, con engrudo y afiches. Hubo incidentes menores entre militantes de distintos grupos partidarios que provocaron la intervención policial en algunos casos y hasta multas por violar la prohibición de realizar campaña proselitista pasadas las ocho de la mañana del viernes. En los lugares estratégicos de la ciudad, cada grupo dejaba una guardia para cuidar los afiches recién pegados.
Con el transcurso de la jornada, los principales candidatos empezaron a encargarse personalmente de todo el dispositivo partidario para los comicios. Schiaretti –tras un breve descanso de su regreso de Río Cuarto, donde cerró el jueves su campaña– mantuvo una reunión con los fiscales del PJ cordobés. Juez se dividía entre las tareas de la intendencia, una charla informal con periodistas en su estudio jurídico y el trabajo de “garantizar la fiscalización de la votación” en el local partidario. Lo mismo hacía el radical Mario Negri desde muy temprano en la Casa Radical, una céntrica casona, declarada “patrimonio histórico” y pintada del mismo color que la Casa Rosada.
La confianza de Schiaretti, vicegobernador de Juan Manuel de la Sota y candidato a sucederlo, se asienta en los sondeos de opinión. “Todas las encuestas nos dan ganador”, fue una de las frases más reiteradas del candidato oficialista a lo largo de toda su campaña y la leyenda de sus últimos afiches. Un argumento que Luis Juez, el candidato a gobernador del Frente Cívico y Social e intendente de la ciudad de Córdoba, rechaza categóricamente y se encargó de ratificarlo con su tradicional estilo en el cierre de su campaña: “Flequillo –como llama a Schiaretti por su peinado– nos quiere hacer creer que ya no hace falta ni ir a votar”, dijo antes de convocar a sus militantes a “no moverse (el domingo) de al lado de las urnas para garantizar los votos”.
Cerca de Juez afirman que están “cabeza a cabeza” y que la fiscalización de los comicios “será clave en el resultado final”. El radicalismo también confía –a pesar de la sangría de intendentes, dirigentes y militantes que recalaron en las filas desalotistas y juecistas– en la recuperación de parte de su caudal histórico de votos, en la provincia que gobernó por muchos años y donde su candidato presidencial Roberto Lavagna aparece mejor posicionado en las encuestas.
A la hora de “trazar los números finos”, el optimismo del PJ está puesto en la diferencia que establecería en el interior provincial, donde lleva candidatos en los 253 municipios en los que se eligen intendentes y jefes comunales. La UCR logró armar listas en más de 160 de los distritos, mientras que el juecismo está lejos de esa cifra y sus votos quedarán atados a la suerte de las listas locales que lo respaldan.
Juez, en cambio, confía en el resultado que sumará en la capital, donde vota el 40 por ciento del padrón provincial. Un horizonte que se ensancha con el Gran Córdoba, que incluye otras 40 localidades a no más de 60 kilómetros de la capital y que suman el 58 por ciento del padrón compuesto de 2.366.000 cordobeses en condiciones de votar. Aunque se estima que el presentismo, en el mejor de los casos, no superará el 70 por ciento de los empadronados. Todo queda reducido a meras especulaciones hasta que el domingo se abran las urnas y se cuenten los votos de las nueve fórmulas que se presentan a la gobernación.
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