EL PAíS
Amenazan quebrar el bloque del PJ si no se frena el juicio político
Los diputados menemistas exigen a Roggero que ponga fin al juicio contra la Corte. La ofensiva creció desde que Matzkin dejó plantados a los legisladores. Roggero hace tiempo.
› Por Felipe Yapur
Varios son los frentes de batalla que el justicialismo debe atender por estos días. Uno es la resolución del juicio político a la Corte Suprema. Dentro del bloque de diputados oficialistas las posiciones están más que divididas. El duhaldismo no sabe muy bien qué hacer y por ahora busca ganar tiempo hasta que el Presidente se decida. El menemismo, en cambio, presiona para desestimar la acusación y amenaza con romper el bloque. Por otro lado, el presidente de la bancada y delasotista, Humberto Roggero, intenta casi con desesperación mantener el inestable equilibrio que peligra ante la indefinición de las internas abiertas.
Roggero escucha a todos los sectores. Algunos más que otros. Al duhaldismo, por razones más que conocidas, lo siente más cerca. Están a cargo del Ejecutivo y son el apoyo más concreto de De la Sota. Igual tiene que darle una respuesta satisfactoria a los menemistas, quienes desde la semana pasada, y por la crítica situación que atraviesa su jefe ante la justicia, amenazan con fracturar el bloque si no les dan algunas respuestas. Una de las que más exigen es la del juicio a la Corte.
La comisión, presidida por el justicialista santacruceño Sergio Acevedo, emitió un dictamen acusatorio. A partir de ese momento, el escrito quedó “cajoneado”. El menemismo pide a gritos que se lo desestime, lo que obliga a Roggero renovar periódicamente una promesa de definición. La semana pasada, cuando el ministro de Justicia, Juan José Alvarez, visitó al bloque para discutir el tema de seguridad, la menemista Alejandra Oviedo le recriminó al funcionario una definición aduciendo el daño que se le hace a la seguridad jurídica. Alvarez miró a Oviedo y sólo atinó a responder: “Yo también quisiera tener una respuesta”.
En ese encuentro, Acevedo aseguró que no se puede llevar el tema al recinto de sesiones en medio de “este grado de coacción” que afecta a las instituciones donde el mensaje es “te doy un fallo y me das la impunidad”.
Cuando la reunión concluyó, Roggero fue una vez más presionado por el menemismo. El cordobés les juró que en la próxima reunión de labor parlamentaria se definiría la situación. Lo dijo con la convicción de que esta semana no habrá reunión porque la sesión que está prevista para el miércoles es la continuidad de la que se realizó la semana pasada. A esto se le suma la permanente indefinición del radicalismo con lo que Roggero logró unos días más de tiempo.
En estos días, espera que se solucione el conflicto que desató el decreto presidencial que convoca a elecciones internas abiertas. El grito del menemismo es tan fuerte en este tema como en el del juicio político a la Corte. El Gobierno aceptó flexibilizar el decreto de las internas abiertas, donde no podrán votar aquellos afiliados a partidos que no participan de los comicios partidarios. Los seguidores de Menem en el Congreso consideran insuficiente esa propuesta y quieren que las elecciones se realicen con la participación sólo de independientes y afiliados y que además sean obligatorias para todos los partidos.
Sin dudarlo, el Poder Ejecutivo rechazó este reclamo y la tensión en el bloque creció cuando el jueves pasado se suspendió un encuentro para tratar el tema entre los diputados y el ministro del Interior, Jorge Matzkin. Desde ese día, los menemistas pusieron al ministro manzanista en su lista de enemigos y ya pidieron la renuncia a la banca que aún mantiene Matzkin. Juran que si no se concreta esa dimisión se irán del bloque. “No somos pocos, somos treinta”, repite Adrián Menem.
Con tantas amenazas, esta semana debería ser definitoria para los diputados menemistas. Los colaboradores de Roggero piensan que no sucederá nada, aunque saben que si se concreta la ruptura, el cordobés será la primera víctima.