La hija de desaparecidos y concejal de Avellaneda Victoria Donda Pérez solicitó la impugnación de la candidatura de Alberto Groppi a intendente de Esteban Echeverría. Según la presentación realizada ante la Junta Electoral bonaerense, el pedido se basa en el vínculo de este aspirante a la reelección con la última dictadura militar. “No tiene idoneidad moral para presentarse en un proceso democrático quien fue cómplice de la dictadura”, consideró.

El escrito llegó al presidente de la Junta Electoral de la provincia, Daniel Soria, el 29 de agosto, y lleva la firma de Donda y de su abogado patrocinante Marcelo Ferreccio.

En base a datos propios e informaciones periodísticas –entre ellas las publicadas por Página/12–, la concejal señaló en ese texto:

- Que Groppi ejerció funciones como intendente de Esteban Echeverría entre 1979 y 1983, bajo el cargo de “comisionado civil”.

- “Que el edificio municipal donde tenía su despacho lindaba pared de por medio con el centro de detención ilegal conocido como Comisaría de Monte Grande; incluso su oficina poseía una puerta que conectaba con la comisaría; la misma fue clausurada por el intendente justicialista Luis Obarrio en 1987”.

- “Que éste es el primer elemento da certeza de que Groppi no podía ignorar lo que sucedía”.

- “Que en el Nunca Más el informe de la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas (Conadep), se menciona expresamente la existencia de cuatro centros clandestinos de detención ilegal y torturas en Esteban Echeverría”, que son el Centro de Instrucción Profesional de Aeronáutica (Cipra), la Comisaría 1ª, La 205 (por la ruta nacional 205), y la Unidad Penal 3 de Mujeres.

- “Que en el quinto centro conocido como Transradio Internacional se encontraron restos humanos que habrían pertenecido a personas que habían sido privadas de su libertad. La Secretaría de Derechos Humanos de la provincia presentó entonces una denuncia ante el Juzgado Federal Criminal Correccional de Lomas de Zamora Nº 1, a cargo del doctor Alberto Santa Marina, que todavía está en curso; allí se certificó que en el predio en cuestión `podrían hallarse restos óseos humanos de personas privadas de su libertad en un centro clandestino de detención que habría funcionado allí entre los años 1973 y 1983”.

- “Que durante la gestión de Gro-ppi como ‘comisionado civil’ en Esteban Echeverría, se produjeron las siguientes desapariciones forzadas: Andrada Cáceres, Juan Sergio (21/9/81), Anfuso Spina, José (18/6/80), De Lillio Vásquez, Miguel Angel (dic/80), Milabara Copes, Mirtha Haydeé (dic/80)”. A ellos se suma, “como ‘ejecución sumaria’ a Irabedra Pintos, Eduardo Eugenio (29/4/77). Si bien este último caso es anterior a la gestión de Groppi, el dato tiene un valor adicional: lo asesinaron en Transradio, el predio donde se investiga el funcionamiento de un nuevo centro clandestino”.

- “Que Alberto Groppi (...) siendo comisionado de la dictadura caminaba con Massera y Videla, lo que habla de su cercanía con estos personajes nefastos”.

Para Donda, nieta de una de las fundadoras de la Asociación de Abuelas de Plaza de Mayo e integrante del kirchnerista Frente para la Victoria, las “graves violaciones a los derechos humanos cometidas durante la última dictadura militar”, es razón suficiente para impugnar a aquellos que “tuvieron un rol preponderante” en la misma.

La concejal de Avellaneda aseguró que la embestida contra Gro-ppi, un hombre que hace tiempo que accedió a un cargo público, recién se pone en marcha ahora por falta de investigación previa y sanción penal. Vale recordar que, ya en democracia, el intendente retomó las riendas de Esteban Echeverría en 1995 con un partido vecinalista, colgado de la boleta que llevaba como candidato a gobernador a Eduardo Duhalde. Y que logró ser sucesivamente reelecto hasta la actualidad.

Por otra parte, Groppi no está procesado ni condenado en causa alguna vinculada a los derechos humanos, lo que en principio lo pondría a salvo de algún impedimento legal para presentarse como candidato a intendente.

Claro que para Donda esto no es motivo suficiente para permitirle presentar su candidatura. “Que el solo hecho de ‘poder votar a quien cada uno quiera’, argumento muy común esgrimido por los genocidas Patti y Bussi, entre otros, no muestran claramente que si esto fuera la cruda verdad habría que ponerles una aureola a Hitler y a Mussolini, y seríamos muchísimos los que nos negaríamos a eso”, dijo.