Jue 06.09.2007

EL PAíS

El desarrollo industrial y la contaminación

Gerardo Rabinovich.*

Un costo que alguien paga

La intervención del hombre sobre el medio ambiente puede producir contaminación. Hay normas que obligan a realizar una evaluación del impacto ambiental en proyectos nuevos y otras que minimizan el impacto contaminante de cualquier industria. Lo indispensable, en primer lugar, es que se cumplan con esas normas. Esto entraña un costo, ya que es necesario introducir nuevos procedimientos, a tener instalaciones que minimizan el daño de la contaminación o a tomar medidas de remediación. Todo esto debe ser considerado en los planes de gestión ambiental, en los que se evalúa el costo. Si no lo paga el dueño del proyecto lo paga la comunidad. Pero, indefectiblemente alguien paga.

El poder público debe controlar que no sea la comunidad la que soporte la mayor parte de ese costo inevitable. Las leyes reflejan lo que la sociedad está dispuesta a pagar para tener un lugar apto. Sin leyes no se pueden fijar estándares mínimos que permitan un objetivo válido: desarrollarse. Pero otro igualmente válido es minimizar el daño que esto produce en el medio. Contaminar menos es factible, aunque más costoso. Hoy ningún banco subsidia un proyecto si no tiene un impacto ambiental evaluado. Sociedades muy atrasadas, como el Africa, terminan subordinadas a las leyes de otros. Los organismos internacionales como el BID o el Banco Mundial fuerzan una evaluación de este aspecto. Y terminan imponiendo reglas que a veces no están contempladas en la legislación del país en cuestión.

* Consultor.

Raul Ochoa *.

Regulaciones no aplicadas

La industria tiene diferentes grados de contaminación, según los avances tecnológicos que haya tenido en los últimos años. Hay avances que permiten mermar el daño. Las químicas, petroquímicas, curtiembres, frigoríficos tienen por su naturaleza poder contaminante mayor. Debería haber mecanismos de incentivos, con premios y castigos. Argentina tiene escaso desarrollo en la industria del calzado y marroquinería, aunque es productor privilegiado de cuero. ¿Por qué? Porque la corrupción no deja aplicar las normas de cuidado del medio ambiente que permitirían ese desarrollo apropiado. Existen regulaciones, pero no se aplican por connivencia entre productores y el sector político. Por eso está tan contaminado el Riachuelo y el Reconquista.

El Estado tiene mucho que hacer. Hay que defender a quienes hacen las inversiones y castigar a quienes hacen las cosas mal. Si todos están en la misma bolsa es difícil cuidar el medio ambiente. Tiene costos económicos, pero con incentivos fiscales, desgravaciones, esto se mitiga. Gran parte se podrían financiar con los castigos: eventuales multas para quienes no hacen lo que deben en el cuidado. La protección del medio ambiente es un fenomenal negocio en el mundo que cada vez pone más barreras técnicas a los que no respetan. El etanol en Brasil, por ejemplo, es un tema importante. Pero para lograr los certificados de carbono impone a los productores respetar normas estrictas. China es un país de alta productividad pero de alta contaminación, porque las naciones centrales le pasaron las industrias más contaminantes.

* Economista.

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