Una extraña maldición parece no dejarlo disfrutar de su luna de miel. Luego del locro riojano y los cursis festejos que siguieron a su boda con Cecilia Bolocco, debió postergar el viaje debido a que las investigaciones por la venta ilegal de armas fueron develando una trama que lo convirtió en el preso de Don Torcuato. Ahora, mientras Carlos Menem embiste desde las exclusivas playas mexicanas de Puerto Vallarta contra la devaluación y contra su archienemigo Eduardo Duhalde, el juez de Ginebra, Claude Wenger, revela, en un semanario suizo, que se habrían bloqueado dos cuentas bancarias en las que tendría depositados cerca de 10 millones de dólares.
Además del testimonio del juez Wenger, el semanario suizo L’Hebdo reproduce las conclusiones a las que llegó el magistrado luego de haber rastreado durante meses la existencia de cuentas pertenecientes al hombre de Anillaco, a sus familiares o ex funcionarios. Según el juez, Menem habría realizado personalmente los trámites para abrir “antes de 1990”, en una sucursal de la Unión de Bancos Suizos, una cuenta que también estaba a nombre de su ex esposa Zulema Yoma y de su hija Zulemita. Ni bien se conoció la existencia de ese depósito bancario, el ex matrimonio Menem-Yoma se puso de acuerdo en la desmentida.
También se habría detectado una segunda cuenta perteneciente a una empresa. En ella, Menem aparecería asociado a su ex secretario privado, Ramón Hernández. Wenger confirmó al semanario que “ambas cuentas están bloqueadas”. El artículo periodístico también sostiene que fueron halladas “otras cuentas”, pero no especifica cuántas ni cuál es su monto.
La publicación afirma que Menem habría contratado al abogado ginebrino Pascal Maurer para que lo representara en los estrados judiciales. Por una lógica que parece repetirse, en la elección de su defensor, Menem vuelve a quedar emparentado con un represor. El abogado suizo exhibe en su currículum haber defendido a Luis Martínez, un militar argentino acusado por violación a los derechos humanos durante la dictadura militar.
Las actuaciones de Wenger son el resultado de cerca de 200 exhortos girados por el juez Jorge Urso a pedido del fiscal Carlos Stornelli para determinar el destino de cerca de 60 millones de dólares que luego de la venta de las armas no ingresaron a las arcas oficiales.
A partir de documentación presentada por las diputadas Elisa Carrió y Graciela Ocaña, los jueces argentinos también pidieron información sobre la existencia en el exterior de cuentas a nombre de la empresa Argmine Investmens. Es una firma dedicada a la explotación minera y que de acuerdo con las investigaciones de las legisladoras pertenecería a Alberto Kohan, uno de los incondicionales colaboradores del riojano. En un primer momento la Justicia suiza rechazó los exhortos librados por el entonces juez Gabriel Cavallo que investigaba al geólogo por presunto enriquecimiento ilícito. Aunque volvió a rehacer los exhortos, el magistrado no tuvo tiempo de recibir una respuesta ya que, después de cerrar la causa por los presuntos sobornos en el Senado, Cavallo fue nombrado camarista federal. El semanario suizo recuerda las gestiones de Cavallo y resalta que, amparándose en el secreto bancario, la Justicia suiza no entregó respuestas. Los datos enviados desde nuestro país contenían más dudas que certezas. Luego del liberador fallo del máximo tribunal, la rapidez con que fueron cerrándose las investigaciones colaterales a la venta ilegal de armas hará que las dudas queden sin respuestas.
En la actualidad, afirma L’Hebdo, las investigaciones están en manos del juez de instrucción Paul Perraudin. Las casualidades vuelven a situar a Perraudin frente a otro Carlos, frente a otro ex jefe de Estado latinoamericano. Hace algunos años, el magistrado tuvo a su cargo la pesquisa sobre irregulares movimientos bancarios del hermano del ex presidente mexicano, Carlos Salinas de Gortari.
En el artículo suizo no faltan ni la crítica ácida ni los comentarios sarcásticos sobre la lujuriosa estancia de Menem en México. Tampoco la mención a sus ex funcionarios. Como el caso del procurador general de la Nación, el mendocino Nicolás Becerra, de quien recuerda que tendría “unacuenta en el Credit Suisse de Zurich”. De comprobarse la existencia de estas cuentas, los ex funcionarios de Menem demostrarían que además de ahorrativos fueron precavidos. Quedaron a salvo del corralito. El ex presidente puede dar cuenta de ello. La suite mexicana que comparte con Bolocco cuesta cerca de 4 mil dólares la noche. Intentando salir en su defensa, el diputado Adrián Menem dijo que su tío, el ex presidente, “tenía todo pago”, ya que había sido invitado por el empresario de medios, Carlos Vázquez Raña. La presencia de amigos generosos es una constante en Carlos Menem, tanto como las dudas sobre el monto real de su fortuna. Aunque, cuando la Justicia lo embargó, no dudó en declararse insolvente. En recuerdo de aquellos años felices, Menem criticó la salida de la convertibilidad. Homenajeando a esos recuerdos y también a los empresarios beneficiados con su política privatizadora, claro está.