El mismo día en que los obispos católicos iniciaban la primera de cuatro jornadas de la Comisión Permanente, el titular del Episcopado, el arzobispo de Paraná y titular de la Conferencia Episcopal, Estanislao Karlic, sostuvo que “el amor hasta la muerte es el que salvará nuestras vidas” y es ese amor el que “debemos ofrecer para salvar la Argentina, no otro, no algo menor”, porque “no tiene razones para vivir quien no tiene razones para morir”. Karlic hizo estas apreciaciones al clausurar en Luján la asamblea de la Acción Católica Argentina (ACA) que reunió en Buenos Aires durante tres días a más de 1700 militantes católicos.
En una declaración titulada “Reconstruir la Nación con hechos y no con palabras”, la ACA se refirió al Diálogo Argentino y sostuvo que “no podemos explicarnos las dilaciones con las que el Gobierno y los distintos sectores de la política eluden la sanción de las normas básicas allí acordadas, algunas de importancia tal como la reforma del sistema político y de representación; la reforma de la justicia; la transformación y mejora del sistema de seguridad; la reforma del Estado”. De esta forma, la institución que preside el laico Alejandro Madero, hace suyas las quejas que insistentemente han planteado los obispos católicos al Gobierno respecto del funcionamiento del Diálogo Argentino.
Una nueva evaluación sobre la participación de la Iglesia en el Diálogo se hará durante la reunión de la Comisión Permanente que comenzó ayer en la sede capitalina de la Conferencia Episcopal. Si bien hay malestar en la jerarquía católica por las mismas razones que se precisan en el documento de la Acción Católica, la mayoría de los obispos sigue considerando que el Diálogo es un instrumento muy importante para la hora que vive el país y para la construcción de consensos necesarios.
“Es hora de responder con hechos y no con palabras a las necesidades de nuestros hermanos” sostuvo la ACA en su documento, después de advertir que “la Iglesia ha acompañado la constitución del Diálogo Argentino consciente “de esta urgencia para generar consensos básicos que permitan salir de la crisis privilegiando las necesidades de los más pobres” y como un instrumento que sea “espacio de acercamiento de los diferentes sectores que conforman el quehacer nacional para hallar puntos de partida para la reconstrucción del país que nunca podrán surgir si no es del renunciamiento de intereses partidarios y sectoriales”.
También en el marco de la asamblea de la ACA, el cardenal Jorge Bergoglio exhortó a los laicos católicos a “dar testimonio, hablar del Reino de Dios, en medio de una civilización paganizada”. El arzobispo de Buenos Aires, el más firme candidato a suceder a Estanislao Karlic en la presidencia del Episcopado en la asamblea de noviembre próximo, sostuvo que “las actitudes paganas son cada vez mayores, y eso no se cura con agua oxigenada; eso se cura con el testimonio del anuncio de Jesucristo. No se cura con arreglos más o menos organizativos, ni con cuatro o cinco gritos que demos cuando estemos juntos y entusiasmados”. Para Bergoglio “eso se cura todos los días jugando la propia vida en el seguimiento de ese Señor que me miró, tuvo misericordia de mí y me llamó para que lo ayude”.
En otro lugar del Gran Buenos Aires, se inició ayer el “16 Encuentro anual de sacerdotes comprometidos en la causa de los pobres” para “analizar la realidad social y pastoral” y aspectos de “su ministerio que los ayude en su compromiso con los pobres”. De dicho encuentro participa el teólogo salvadoreño Jon Sobrino, una de las principales figuras latinoamericanas de la “teología de la liberación”. Se espera que –como es habitual– este grupo de sacerdotes de a conocer “un mensaje dirigido a las comunidades y a la sociedad”.
La reunión de la Comisión Permanente del Episcopado continuará hasta el jueves en la Capital y, entre otros temas, se ocupará de establecer loscriterios para la elección de autoridades de la Conferencia Episcopal Argentina que se celebrará en el mes de noviembre.