Mar 18.09.2007

EL PAíS  › ENTREVISTA CON CAPITANICH, QUE SE PROCLAMA ELECTO EN EL CHACO

“Sumé por izquierda y derecha”

Mientras el radicalismo no reconoce la derrota y espera el escrutinio definitivo, Jorge Capitanich dice que apoyará al kirchnerismo en octubre y explica cómo armó el frente opositor con peronistas, socialistas, radicales y también liberales.

› Por Alejandra Dandan
desde Resistencia

Dicen que nadie le creía cuando decía que ganaba la provincia. Que cuando fue a pedirle una mano al Gobierno, los Kirchner le pidieron las encuestas. Que en ese momento era enero. Que estaba más de 30 puntos abajo de los radicales que llevaban a la gobernación a un equipo compacto. Los 30 puntos se hicieron 20 con el correr de los meses y luego se hicieron 10 en la última semana. El sábado a la noche había décimas de diferencia y, en la madrugada del lunes, Jorge Capitanich había pegado el salto. Antes de que hoy concluya el escrutinio provisorio con las seis mesas faltantes, el 99,76 por ciento de las urnas relevadas le daba el gobierno del Chaco con 2005 votos de diferencia sobre el radical Angel Rozas, tras un electrizante conteo que arrojó el 46,84 por ciento de los sufragios para uno, y el 46,45 para el otro. En ese contexto, mientras el radicalismo chaqueño denunciaba ayer irregularidades y se negaba a reconocer el triunfo opositor (ver aparte), Capitanich se consideraba el gobernador electo.

–¡Hijo de puta! –dicen que le dijo a Aníbal Fernández apenas lo llamó el domingo a la noche. El ministro lo había estado buscando desesperadamente a su teléfono celular, siempre apagado, ocupado o con la casilla saturada. Finalmente, logró filtrarse a través de un colaborador y pidió con Capitanich, y el gobernador electo lo saludó.

–¡Hijo de puta! ¡Ni ustedes creían que iba a ganar!

La sorpresa del voto a Capitanich será materia de análisis. El candidato del peronismo llegó con una fórmula en la que logró acoplar al arco completo de la oposición al rozismo, la corriente radical que condujo la provincia durante doce años. Capitanich se queda con el control del Chaco, pero con una Legislatura con mayoría radical, y con una mayoría de jefes comunales radicales por los cortes de boleta.

El corte de boleta tuvo niveles históricos y revalidó las gestiones de intendentes locales en funciones de cualquiera de los signos políticos en confrontación. Por otra parte, ninguna otra fuerza política logró sacar el piso de 24 mil votos para alcanzar una banca de diputados. Los únicos que lo hicieron fueron los radicales y los peronistas. Los peronistas sacaron siete diputados y los radicales, nueve. La alianza que llevó a Capitanich al gobierno permitió que gane el peronismo, pero perdió en la fragmentación la posibilidad de lograr una banca: ni Recrear, Barrios de Pie o los dirigentes de las Ligas Agrarias lograron el piso de votos. La confrontación Rozas-antiRozas se hizo tan fuerte que logró desmarcar a la elección de los vaivenes de las alianzas nacionales. Esa tendencia tuvo efectos también dentro del ARI, en las propias tierras de Elisa Carrió.

Capitanich dice que durante la campaña le ofreció al ARI la vicegobernación, pero abandonó las negociaciones para no tensar un enfrentamiento con la Nación. Carrió, que llevó en la cabeza de su fórmula a Teresa Terada, una de las referentes más consolidadas de la oposición parlamentaria del Chaco, sacó un 3,82 por ciento de los votos, menos de lo que sus candidatos esperaban. ¿Qué pasó? Una de las hipótesis es la del voto útil, que el peronismo se haya llevado votos de ahí para ganar en la puja final.

“Yo soy un experto con los números”, dicen que dijo Capitanich en estos días, cuando unos y otros le rebatían las apuestas. Ayer, con un lápiz y un papel en un escritorio de un saloncito del PJ, este hombre que fue jefe de ministros del gabinete de emergencia de Eduardo Duhalde y jugó lugares esenciales en la dirección de la Comisión de Presupuesto del Senado y más tarde quedó en segundas y terceras líneas en los enroques políticos del kirchnerismo, todavía hace sus cuentas, suma votos y analiza diferencias. De confirmarse los resultados preliminares, con 42 años, sería el gobernador más joven en la historia del país. Y el único peronista que lograría arrebatarle una provincia a un gobierno de signo contrario en estas elecciones.

–El 47 por ciento de los votos es un número muy importante, desde 1983 que no se daba en las máximas –le dice Capitanich a Página/12.

–En Sáenz Peña, Barrios de Pie aportó la diferencia. Y cada uno de los segmentos de la coalición hicieron la diferencia final. ¿Cuándo se dio cuenta de que necesitaba convocarlos?

–Yo me di cuenta de que todo el arco opositor podía converger en una fórmula conjunta, pero que no había que hacer un frente sumando uno, sino que había que hacer muchas fórmulas sumando para hacer una ley de lemas encubierta, como dice Rozas cuando nos critica, pero él ganó con la ley de lemas encubierta en todas las elecciones. ¿Quién es el mentor? Angel Rozas y es un ídolo total. Empezó en el 1995, después en 1997, pero a mí me ganó en el 2003 con una inteligentísima estrategia. Y yo dije: ahora no me la hace de nuevo.

–Usted estaba 10 puntos por debajo hasta la semana pasada.

–¡Treinta! Pero avancé con una estrategia muy inteligente también. Primero, la alianza de partidos. Sumé todo: por izquierda y por derecha. Los de Lealtad Popular, por ejemplo, que son lo menemistas, en este momento se deben estar cortando las venas porque no entraron y en la polarización no iban a tener ningún voto. Inclusive al ARI le había planteado la posibilidad de ejercer la vicegobernación, lo que pasa es que no quise exarcebar los ánimos del Gobierno.

–Se dice que en esa polarización hubo un corrimiento del ARI al peronismo.

–Sí, porque la estrategia final empezó el miércoles a la noche, cuando Julio Aurelio me dio los números y me dijo: “Mirá, creció mucho el ARI”. Entonces, en el cierre de campaña del jueves con una movilización impresionante donde yo sentí que ganábamos por paliza por el fervor de la gente, centré mi estrategia en apuntar a todos los sectores. Pensé en la matriz sociológica de la doble entrada. Eso implica una segmentación básica, de sexo-edad, y donde yo no entraba porque ese sector tiene el voto duro. Tenía que penetrar entre los discapacitados, productores, empleados públicos, docentes, y entonces trabajé mi perfil comunicacional para cada sector. Voto a voto.

–¿Y con la diferencia del ARI?

–Consolidé en el voto negativo a Rozas. Y busqué el voto de los independientes diciéndoles que el cambio era la alternativa. Ese voto útil fue lo que definió. Fíjese lo que puede hacer un discurso político: bajó de 12 a 3 por ciento los niveles del último crecimiento que había logrado el ARI. Se había corrido 7 puntos, que es lo que gané yo.

–¿Cómo fueron las negociaciones con cada uno de esos sectores?

–Difíciles, porque todo el mundo desconfía del PJ. Acá se premia la diversidad y conducción, le puse muchas horas y muchos meses.

–¿Cuánto de ese voto es suyo y cuánto prestado?

–Ahora hay que hacer una buena encuesta para saberlo. Estoy saliendo mucho a la calle, pero yo esperaba una diferencia de menos de 3000 votos.

–¿Ganar por un voto es ganar?

–Sí, completamente. Lo importante era ganar, no importa si es un voto o 40. Sabíamos que era muy ajustado. Esta es una provincia que tiene la característica de haber sufrido un ejercicio hegemónico del poder, de un Poder Judicial no independiente, la falta de independencia de los medios de comunicación, altísimos niveles de pobreza. Necesitamos armar una coalición plural con lo mejor del socialismo, del radicalismo, lo mejor del peronismo, de los liberales para ganar.

La conversación con Capitanich es interrumpida porque entra una llamada: es Roy Nikisch, el actual gobernador, radical pero a cierta decorosa distancia de Rozas. Capitanich habla. Le agradece el rol que cumplió en estos días, institucional y personalmente. Y el gobernador reconoce la victoria, aunque Rozas y el resto de los radicales no.

–Usted se anotó en la lista para senadores, ¿eso quiere decir que ni siquiera usted confiaba en el resultado?

–Mi mandato en el Senado vence en diciembre. Yo tuve un problema familiar muy delicado, y me lancé a la campaña pero no quería ser gobernador. Cuando me dijeron que no había otro, les dije que lo hacía con la doble candidatura. Y quedó.

–Se dice que llegó hasta acá solo. ¿Se va a alinear con el peronismo K?

–El Presidente fue sincero conmigo. Me dijo que fue un gran mérito personal mío y el apoyo seguramente se lo daremos a Cristina. Nosotros necesitamos un gran apoyo nacional porque esta provincia tiene muchísimos problemas.

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