EL PAíS
“La sola idea de que hay otro mundo posible es un paso esencial”
Josep María Antentas es catalán, integra el Movimiento de Resistencia Global y vino a participar del Foro Social. Reporteado por Página/12 explica su experiencia militante contra la globalización. Elogia la resistencia argentina contra el modelo neoliberal, cuya crisis describe.
› Por Eduardo Tagliaferro
Sobre las paredes del Banco Bilbao Vizcaya aún está fresca la consigna “recuerden a Argentina” que dejaron los miles que manifestaron contra la cumbre de la Unión Europea. En diálogo con Página/12 Josep María Antentas, miembro del Movimiento de Resistencia Global, uno de los grupos que impulsó la multitudinaria marcha que se realizó en Barcelona contra “la globalización y la Europa del capital”, no duda en afirmar que “Argentina no sólo muestra el fracaso del neoliberalismo, sino también el ejemplo de la lucha contra ese modelo”. Para el joven catalán, el Foro Social Temático que comenzará el próximo jueves –con una marcha desde Plaza de Mayo hasta Plaza Houssay– es una posibilidad de articular las protestas contra “la feroz ofensiva neoliberal”.
–¿Qué es Resistencia Global?
–El Movimiento de Resistencia Global nació antes del verano del año 2002 como una red para coordinar actividades contra la globalización. La primera campaña fue preparar la movilización contra el Banco Mundial en Praga en junio del 2001. A la par de esto, se emprendió un trabajo local de base, una actividad más social vinculada con luchas territoriales. MRG fue la primera red antiglobalización que se constituyó en Barcelona, Cataluña.
–Estamos hablando de un espacio básicamente juvenil.
–Sí. No estaba explícitamente conformado por jóvenes pero en los hechos era así. Estamos hablando de estudiantes secundarios, hasta gente de treinta y pico. Nunca fue un proyecto exclusivo para jóvenes.
–En los países del Tercer Mundo, como el nuestro, cuando desde el poder se utiliza la palabra globalización, la mayor parte de las veces es para referirse a una realidad inmodificable que obliga a aceptar sin cuestionamientos las políticas neoliberales que esos mismos sectores impulsan. ¿Qué significado tiene en Europa la palabra globalización?
–El discurso de los gobiernos es el mismo que aquí: “la globalización es un hecho incontrastable, hay que adaptarse, hay que insertarse en la economía mundial, hay que ser competitivos”, dicen. Mucha gente que está sufriendo al neoliberalismo se da cuenta de lo falaz de ese argumento. La crisis asiática, la crisis de Argentina, desmoronan el discurso neoliberal. Ya cada vez menos personas se creen eso de que no hay alternativas.
–Argentina tal vez sea el ejemplo extremo de lo que produce el neoliberalismo. ¿En Barcelona, cuáles son las consecuencias de esas políticas, si es que las hay?
–Tanto en Barcelona como en toda Cataluña hay una alta tasa de desempleo, hay un porcentaje de gente, sobre todo entre los jóvenes, cuyos empleos son precarios. Al mismo tiempo, el gobierno profundiza sus recortes a los derechos sociales. Por ejemplo este año, pretendió reformar la universidad a través de un programa que en el fondo es una reestructuración neoliberal de la enseñanza superior. A mediados de año también propuso recortar algunas prestaciones que daba a los desempleados. El neoliberalismo, en España, significa recorte a los derechos sociales de la población.
–¿Cómo impacta culturalmente el neoliberalismo en España?
–Con una apología a todo lo privado, al mundo empresarial y al racismo. Precisamente las mayores luchas en Europa la dan los extranjeros indocumentados. Las políticas de extranjería con las restricciones que imponen son parte de ese signo cultural que expulsa a esos inmigrantes hacia los márgenes del mercado laboral. Márgenes en los que se pagan los peores salarios.
–¿Cómo imagina ese otro mundo posible que repite la consigna del Foro Social Mundial?
–Hombre, de entrada lo más importante es llegar a esa conclusión. Si la globalización se basa en que no hay alternativas diferentes, la sola ideade que hay otro mundo posible es un paso muy importante. Lo segundo es que mucha gente también llegue a esa conclusión y se movilice para conseguirlo. Solamente con sujetos activos se podrá construir ese futuro. Todavía estamos dando batalla al neoliberalismo. Por el momento alcanza con mostrar la lógica contraria a ese sistema.
–¿Cómo interpretan ustedes la crisis argentina?
–En España hemos seguido muy de cerca la crisis argentina, ya que por un lado demuestra cómo el neoliberalismo llevó al mejor alumno del Fondo Monetario Internacional a colapsar y por otro lado simboliza un ejemplo de resistencias sociales al neoliberalismo. No deja de llamar la atención la amplia y popular resistencia que se libra aquí.
–Nuestra experiencia nos enseña que el neoliberalismo se puede llevar puesta a la democracia. ¿En Europa perciben que el sistema político puede llegar a estar en jaque por el proyecto económico?
–Por cierto que cada contexto es diferente pero la lógica neoliberal empuja hacia esa polarización. La dinámica actual en Latinoamérica es evidente. La ética del neoliberalismo es la mercantilización y privatización de todo, del beneficio en sí mismo, allí todo queda subordinado al poder del dinero. La ofensiva neoliberal es feroz. El Foro Social es un espacio contra la guerra, las políticas de los organismos de crédito internacional y la exclusión.
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