EL PAíS
Zamora aprobó el posgrado en su regreso a Belgrano
El dirigente de izquierda se recibió de abogado hace años en esa universidad paga. Ayer volvió como conferencista y referente político. osechó muchos, inesperados aplausos de un público en principio receloso.
› Por José Natanson
Es difícil imaginar que Luis Zamora haya estudiado alguna vez entre esos jóvenes vestidos con prolijísimos jeans, camisas rosas y zapatos náuticos, o entre esas chicas de minifaldas perturbadoras y celulares diminutos y brillantes. Pero fue así: el máximo líder de la izquierda aggiornada se recibió de abogado en la Universidad de Belgrano, donde ayer dio una charla en la que expuso algunas de sus principales ideas.
“Yo estoy dispuesto a ser presidente siempre y cuando haya millones dispuestos a llevar adelante las propuestas que defendemos”, arrancó Zamora, que a lo largo de la hora y media de charla se preocupó por subrayar el carácter horizontal de su movimiento. “Nosotros no queremos un partido con un proyecto, que lo presente a la sociedad como algo establecido. Queremos la participación de todos”, agregó.
Como el eje de la charla era la crisis institucional, Zamora comenzó por enumerar algunas ideas: mecanismos de democracia directa, mandatos legislativos cortos, prohibición de cualquier tipo de reelección, revocabilidad de los mandatos y un Parlamento unicameral. “Las instituciones como están funcionan mal, eso nadie lo duda. Pero si se van todos y no se modifican, no se resuelve nada. Por eso necesitamos construir una gran fuerza popular, desde abajo, para que a través de una asamblea constituyente cambiemos las cosas”, sostuvo Zamora.
El diputado aprovechó la pregunta para hablar sobre las elecciones. “Son una encerrona y por eso decidimos suspender la campaña electoral. El Gobierno no consigue un candidato que defienda los intereses dominantes, los intereses de los poderosos, y al mismo tiempo consigna el respaldo de la población, como lo hicieron (Carlos) Menem o (Fernando) De la Rúa”, aseguró.
El público lo escuchaba atento: aunque la convocatoria era abierta, en su mayoría eran estudiantes de la UB, que aprovecharon que las autoridades de la universidad les permitieron abandonar sus clases para asistir a la charla, más alguna señora del barrio que pasaba por ahí. El anterior invitado había sido el ex presidente Adolfo Rodríguez Saá y el próximo será el cordobés José Manuel de la Sota.
Quizás para conmover al auditorio, Zamora se tomó un rato para describir las tremendas cifras de pobreza y marginalidad. “Hay más de 18 millones de pobres y 9 millones de indigentes. Un tercio de los chicos no comen lo necesario. La desocupación es del 25 por ciento, y la juvenil es mucho más alta. El 10 por ciento más rico gana 33 veces más que el diez por ciento más pobre”, enumeró.
Y propuso: “Uno puede pensar en un plan alimentario masivo, en un plan de reactivación para crear tres millones de viviendas, pero cualquier propuesta de este tipo sería inmediatamente bochada por el Fondo. Entonces, yo no creo, como dicen algunos, que no se trata de estar con el Fondo ni contra el Fondo. La decisión principal es si estamos dispuestos o no a enfrentar al FMI”, agregó.
Sobre el final llegaron algunas preguntas sobre “temas concretos”, que Zamora se esforzó en contestar: vinculó la inseguridad a la pobreza, habló del desempleo y hasta del corralito. En todos los casos, se esforzó por subrayar que lo suyo no es un plan, un programa o una propuesta en el sentido tradicional. “Uno de los errores de la izquierda, que reconozco y asumo como autocrítica, es pensar que teníamos respuestas para todo, de manera casi religiosa”, admitió.
Sólo quedó la sorpresa de los estudiantes de la UB, desconcertados ante la noticia de que Zamora había cursado en las mismas aulas. Aunque muchos se sorprendieron, hubo una época en la que Zamora fue un joven rugbier sanisidrense y no un líder de izquierda renovado.
Cuando finalmente concluyó la charla, el legislador recibió un fuerte aplauso del público. Miró el elegante auditorio, todo alfombra, madera y cromados, ubicado en el subsuelo de la torre de la UB en la calle Zabala.Y dijo: “Yo acá me siento local, pero eso era otra época y la verdad es que esto era mucho más chico”.