Dom 14.10.2007

EL PAíS  › ASPIRANTES A LAS TRES BANCAS DE SENADOR NACIONAL POR LA CAPITAL FEDERAL

Cinco candidatos para el curul de los porteños

Un candidato oficialista, una de la Coalición Cívica, otro del PRO, un tercero de la UCR y Pino Solanas por Proyecto Sur hacen sus propuestas a los electores porteños. Filmus plantea “la profundización del proceso que inició el kirchnerismo”. Desde la oposición se pone énfasis en el funcionamiento del Congreso, la policía propia y el control y la denuncia de las políticas del gobierno nacional.

FERNANDO “PINO” SOLANAS

“Kirchner ha transado”

Por Santiago Rodríguez

Fernando “Pino” Solanas, es cineasta, fue electo diputado nacional en 1993 y es miembro fundador del Movimiento por la Recuperación de la Energía Nacional Orientadora (Moreno). Se postula como candidato a presidente y a senador por Proyecto Sur.

–¿Qué le dio por volver a los primeros planos de la política?

–Estamos viviendo uno de los momentos más graves de política económica porque Néstor Kirchner dio luz verde a la prórroga de las concesiones petroleras de Carlos Menem. Se está negociando diez años antes de su vencimiento la riqueza que pertenece a la generación de nuestros hijos. Kirchner se ha ganado un lugar en la vidriera de los grandes traidores a la Nación. Cuando en el mundo hay guerras para conseguir yacimientos de petróleo, acá se regalan de forma irresponsable.

–¿Por qué dice que se regalan?

–No sé, no hago terapia de Kirchner que fue el que votó todas las peores leyes de Menem: la privatización del petróleo, del gas, la destrucción del plan siderúrgico nacional. Kirchner ha sido incapaz de recuperar la fábrica nacional de aviones, de derogar la ley de radiodifusión de la dictadura, de cambiar el plan impositivo de Menem. Está rodeado de los mismos que protagonizaron el saqueo de Menem; no nos olvidemos que su brazo derecho es (Oscar) Parrilli, quien fue el miembro informante del PJ en la privatización de YPF. Kirchner ha transado con los peores intendentes del conurbano y fue incapaz de darle la personería a la CTA porque sigue manteniendo su alianza con los Gordos podridos. ¿Cómo puede ser que haya ciudadanos honestos progresistas que apoyan a este carnaval de traidores?

–¿Lo decepcionó Kirchner?

–Por supuesto, es uno de los políticos más hipócritas que he conocido porque calzándose el traje de la defensa de los derechos humanos ha engañado a medio país. Empezó una reforma judicial, pero terminó permitiendo el ingreso de Menem en el Senado y fue su mujer quien le aprobó los pliegos; no hay ningún condenado por el saqueo al patrimonio público y sigue permitiendo la destrucción del ferrocarril. Kirchner es alguien de ética muy dudosa; su concepción económica no pasa de la de un negociante inmobiliario y jamás ha tenido visión industrialista del país. De vuelta se hacen negocios privados con bienes públicos.

–¿Cuándo lo ilusionó Kirchner?

–Al comienzo de su mandato tuvo varios gestos muy importantes: la remoción de la cúpula de las Fuerzas Armadas, el plan para terminar con las leyes del terrorismo de Estado y la reafirmación del rumbo al Mercosur. Ahí paramos de contar.

–¿Y la reactivación económica?

–Acá lo que ha habido es una reactivación industrial por sustitución de importaciones y por el talento de nuestros empresarios y pymes que invirtieron en la reconstrucción. También, por una devaluación del 200 por ciento que no soportó Néstor Kirchner, sino todos los trabajadores.

–Kirchner criticó a Ricardo López Murphy por su doble candidatura a presidente y diputado. ¿En su condición de postulante a presidente y senador se siente aludido por eso?

–Es otra de las payasadas; un Kirchner que no tiene ninguna ética para comprar funcionarios y legisladores, ni para de impulsar el sistema impúdico de listas colectoras que destroza la democracia. Aquellos que creen que pierden el voto conmigo como candidato a presidente, que me elijan como senador porque fui un excelente legislador como diputado. Voy a ser el único que denuncie estas cosas. La nuestra es la única opción real de izquierda que sale a reconstruir un gran movimiento nacional, popular, democrático y latinoamericanista. No se hace progresismo votando a Elisa Carrió, que lleva como ministro de Economía a Alfonso Prat Gay, ni a Cristina Kirchner, que tiene para ese cargo al señor (Mario) Blejer.


CARLOS MELCONIAN

“Un progre del PRO”

Por W. P.

“Ponelo en el Congreso”, dice Mauricio Macri en cada spot y lo compara con Gabriela Michetti, la candidata-revelación de las elecciones porteñas: Carlos Melconian es el candidato a senador de PRO. Director de una consultora de finanzas, Melconian es uno de los pocos candidatos que tuvo un cruce con Néstor Kirchner: el Presidente recordó que en 2003 se lo mencionaba como futuro ministro de Economía de Carlos Menem.

–Si en 2003 ganaba Menem, ¿qué medidas hubiera tomado como ministro?

–Ya con la primera arrancás así... ¡qué bárbaro! Hubiera hecho un programa económico integral, pero eso es ciencia re-contra-ficción.

–Si gana López Murphy, ¿qué medidas tendría que tomar?

–Yo no creo que haya que dar un giro de 180 grados, porque cuando las cosas están bien, están bien. Lo que sí creo es que el programa económico hay que reencausarlo: en la política macroeconómica, en la vinculación financiera y de comercio en el exterior, hay que apurar la cuestión energética para un país de crecimiento en velocidad crucero. Pero eso es para un reportaje de dos hojas...

–En dos líneas, ¿coincide o no con el proyecto económico de López Murphy?

–¿Sabés qué pasa? Yo corro para senador, no como ministro de Economía. Este es mi pensamiento económico, si viene A, B o C y razono así con los tres.

–¿Lo piensa votar, aunque sea?

–Voy a votar boleta completa.

–¿Por qué se define como un “progresista práctico”?

–Porque para mí progresismo es construir y avanzar. Y lo diferencio del intelectual, ya que no es hablar sino hacerlo. A Valentín Alsina, yo vi llegar el asfalto, la luz y el gas. Y eso es progreso y no progresismo.

–¿Macri es progresista?

–Es una persona con sentido común y práctico.

–¿Tiene más de lo práctico que de progresista?

–Es progresista también.

–¿O sea que se puede ser progre y PRO?

–Se puede ser progre y PRO. ¡Es buena esa! La voy a decir en el debate.

–¿Qué proyectos llevaría como senador?

–El primer tema es la autonomía. Mauricio no puede sortear una carrera de obstáculos tratando de convencer a los legisladores sobre por qué necesita poner en práctica el traspaso. También hay otro tema: una reforma tributaria y una nueva y estable relación entre Nación y provincias.

–¿Cómo sería la reforma tributaria?

–Hay que pensarla, eliminar distorsiones y que sea pro inversión.

–Carrió y López Murphy plantean las retenciones como un impuesto distorsivo.

–Todos los impuestos, por definición, son distorsivos. En determinados momentos, con determinado tipo de cambio y determinados precios internacionales, transitoriamente pueden funcionar. Pero con el paso del tiempo son una distorsión.

–A Scioli se lo criticó por saltar de la Capital a la provincia, usted hizo el camino inverso...

–No salté, buscá saltarines que vas a encontrar un montón. Hay saltarines y saltarinazos. Por ejemplo, los que llegan desde el sur hasta la provincia de Buenos Aires.


MARIA EUGENIA ESTENSSORO

“Una liberal progresista”

Por Werner Pertot

María Eugenia Estenssoro se siente orgullosa cuando le recuerdan su parecido con Frida Kahlo. Nacida y criada en una familia tradicional de Bolivia, estudió Ciencias Políticas en La Sorbona y tiene un master en periodismo en la Universidad de Columbia. Trabajó en Time y The Wall Street Journal. Su tío abuelo fue presidente de Bolivia, su padre dirigió la privatización de YPF con Carlos Menem. Lo lleva en la sangre, podría decirse.

Fue electa diputada por Acción por la República, el partido que dirigía Domingo Cavallo, pero se negó a asumir la banca por diferencias con ese espacio. Su primera banca fue en la Legislatura, a la que llegó con la alianza entre Patricia Bullrich y Ricardo López Murphy. Luego rompió con “La Piba” y se acercó al ARI. En los inicios de la Coalición Cívica, se reconciliaron. La candidata a senadora por la CC atiende el teléfono a Página/12 desde Chicago, donde participa de la reunión del International Women Forum.

–¿Qué implicaría tener una presidenta mujer?

–Va a ser un cambio si realmente la mujer que gana tiene valores que son tradicionalmente femeninos, como puede ser un liderazgo integrador, basado en el respeto, en el cuidado y en el amor.

–¿Cristina no tiene estas condiciones?

–Es la cara femenina de un poder muy masculino, que somete, que acumula poder, que es hegemónico. No hay más que ver el clamor del pueblo de Santa Cruz por liberarse de 20 años de indignidad y también la fortuna personal que ha ido amasando el matrimonio Kirchner desde que está en el gobierno. Hacerse rico cuando uno está en la función pública, salvo que haya una cosa extraña, no es muy fácil. Ese liderazgo no tiene nada de femenino.

–¿Con Cristina coinciden en el gusto por la ropa?

–Me gusta la ropa de calidad y el diseño, pero no soy muy consumista. Le dedico poco tiempo a comprar. Además, yo me visto sola, no me viste nadie.

–¿Cuál cree que va a ser la relación de Repsol con Cristina?

–Cuando Kirchner asumió y dijo que iba a revisar las privatizaciones mal hechas pensé que la primera era la de Repsol. La venta fue una decisión muy errada para la Argentina, que hoy no tiene una política petrolera. Después descubrí que cuando en 1999 Menem decide vender el 20 por ciento que correspondía al Estado, Kirchner también vendió el 5 por ciento de Santa Cruz. Tanto Menem como Kirchner tuvieron una visión de caja, con el agravante de que el dinero de Santa Cruz no sabemos donde está.

–¿Comparte los resultados de la privatización que dirigió su padre?

–Durante la gestión de mi padre, era una empresa mixta, controlada por el Estado argentino. Fue muy diferente a todas las otras privatizaciones. Y la transformó en una empresa competitiva a nivel mundial.

–Estuvo con Cavallo, López Mur-phy, ¿cómo se autodefine en lo ideológico?

–Siempre fui muy de izquierda para la gente de derecha, y de derecha para la gente de izquierda. Me acerco más a lo que es un demócrata en Estados Unidos, algo así como una liberal progresista. Pero en la Argentina, el progresismo ha estado más vinculado al populismo que a valores republicanos. Pienso que una derecha democrática, comprometida con los derechos humanos, es algo positivo.

–La CC tiene dos listas: ¿va a votar a Patricia Bullrich o a Roy Cortina?

–Yo represento a las dos listas, y las dos me parecen excelentes. Por una cuestión de pertenencia, voy a votar a la de la Coalición Cívica.


DANIEL FILMUS (FPV)

“Falta profundizar”

Por S. R.

Daniel Filmus es ministro de Educación y candidato a senador por el Frente para la Victoria. Sacó el 40 por ciento de los votos en la segunda vuelta de la elección de jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

–La suya es la segunda campaña en seis meses, ¿qué lo lleva a presentarse como candidato a senador?

–Dos temas. Uno es apoyar desde el Senado las transformaciones que hacen falta profundizar. El segundo tiene que ver con la cuestión especial de Buenos Aires, porque es importante tener legisladores que representen a la ciudad con una agenda propia. Durante la campaña a jefe de Gobierno estudié los temas locales y desde el Congreso también se puede ayudar en las cuestiones del distrito.

–¿Qué queda por hacer a nivel nacional?

–Se ha progresado muchísimo en desocupación, pobreza, indigencia, distribución del ingreso, salud, trabajo y educación, pero los índices deben bajar todavía más. Lo central es la definición y consolidación de un modelo de sociedad que pueda crecer y distribuir al mismo tiempo.

–¿Y qué puede aportar para la ciudad como senador?

–Hay temas que hacen a la profundización de la autonomía, como la cuestión de la Justicia, la policía, el trasporte, el puerto y el juego. Hay que rediscutir también la coparticipación y la ciudad debe tener un papel muy importante en esa pelea. Además, hay un conjunto de asuntos interjurisdiccionales, como el de medio ambiente, y en el Congreso se pueden aprobar las leyes que permitan crear instancias entre Nación, provincia y ciudad.

–¿Cómo se puede llegar a saldar el debate sobre la coparticipación habida cuenta de que las provincias ya anticiparon su decisión de no resignar fondos ?

–Uno entiende que provincias con situaciones más difíciles que la ciudad digan que no quieren pagar la policía de los porteños porque tampoco pagan la suya, pero en la Ley de Coparticipación hay que discutir todos los fondos y Buenos Aires aporta 25 por ciento.

–¿Qué opina de la afirmación de Mauricio Macri de que el Gobierno no tiene vocación de transferir la policía?

–Hay que sentarse a discutir qué áreas de la policía se transfieren; es una discusión técnica.

–¿Y por qué esa discusión aún no comenzó?

–La verdad, no conozco en detalle en qué punto está; sé que hay un estancamiento por el tema de los recursos.

–¿El suyo es un ciclo cumplido al frente del Ministerio de Educación?

–Es difícil decirlo, pero creo que ayuda para la gestión que una persona trabajando en el mismo sentido, pero con otra mirada, asuma al frente de Educación.

–¿Qué se llevaría en el debe y el haber al salir de Educación?

–Uno mira para atrás y hoy es otro país, pero en Educación lo que nos falta tiene que ver con la aplicación de las leyes que elaboramos.

–En las elecciones porteñas usted criticó a Macri por no debatir. ¿Qué opina de que Cristina Fernández no quiera hacerlo?

–Cristina y Néstor decidieron tener otro tipo de relación con la gente. Hay una cuestión de estilos y formas.

–¿La senaduría podría ser una plataforma para una revancha suya por la jefatura de Gobierno porteño?

–Pensar en cuatro años en términos personales es muy complejo, pero el esfuerzo de la construcción del espacio pasa por pensar una gestión para la ciudad que combine la justicia social y la eficiencia.


RICARDO GIL LAVEDRA (UCR)

“Que trabaje el Congreso”

Por S. R.

Ricardo Gil Lavedra, fue juez en el juicio a las juntas militares y es miembro de la Asociación Permanente por los Derechos Humanos. Durante la gestión de Fernando de la Rúa fue ministro de Justicia y actualmente se presenta como candidato a senador por la UCR.

–¿Si un porteño quiere votar a alguien de la oposición, por qué habría de inclinarse por un radical que acompaña a Roberto Lavagna?

–Porque pienso que es necesario que el Congreso funcione; que legisle y controle. Actualmente no legisla porque gobierna el Presidente por decreto y no controla porque hay una enorme masa de recursos públicos, unos 20 mil millones de pesos al año, que el Presidente puede gastar sin intervención del Congreso. El Congreso no necesita más delegados del Poder Ejecutivo.

–¿Pero cuánto hace que el Congreso no funciona como debe?

–Hubo períodos donde funcionó bien. En los primeros años del retorno a la democracia hubo debates muy intensos y también en algún momento de la presidencia de Carlos Menem.

–¿Qué opina de los radicales K?

–No son radicales; han sido cooptados por el kirchnerismo. La imagen de Julio Cobos me parece bastante patética: como vicepresidente está pintado.

–Usted dijo días atrás que los países se construyen a partir de visiones comunes y que eso requiere consensos y acuerdos. ¿En qué difiere eso de la concertación que plantea el Gobierno?

–Las alianzas en la Argentina están muy devaluadas. Justamente el fracaso de la Alianza y de muchas concertaciones que se intentan es su falta de institucionalidad. Para que haya consensos se necesita tener conciencia de no querer imponer su voluntad y cumplir las reglas de juego.

–¿Lo de cumplir las reglas de juego lo dice por el Gobierno?

–Sí, claro, el de Kirchner es un modelo en el cual las resoluciones se toman entre cuatro paredes.

–¿Qué siente como radical frente al hecho de no tener a un hombre de su partido para votar a presidente?

–Es que no hay ningún radical con el liderazgo suficiente para competir por ese cargo, pero el radicalismo tiene un plan de gobierno que es el que lleva Lavagna junto a Gerardo Morales.

–¿Qué se puede hacer por la Ciudad de Buenos Aires desde el Senado?

–Muchísimo porque la ciudad esta parcialmente intervenida por el gobierno federal. El Gobierno no tiene política de seguridad y por eso tenemos la tasa delictiva más alta de la República; nos impide controlar los transportes y en el puerto y también se incautan las ganancias de juego, dándole migajas a los porteños. Los porteños han sido despreciados por las autoridades nacionales.

–Incluso durante el gobierno de Fernando de la Rúa, del que usted fue ministro de Justicia.

–Sin duda, pero parcialmente. Entonces se firmó el único convenio de transferencia de funciones judiciales que hay y se empezó a gestar mientras fui ministro. También durante ese mismo gobierno se comenzó a discutir de qué modo se podía hacer una transferencia gradual del puerto y de qué modo la ciudad podía intervenir en el tema de los transportes, pero ocurre que fue un gobierno tan breve como frustrante.

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